OPINIÓN: Monterrey y sus nuevas formas de hablar del narcotráfico
Nota del editor: Krupskaia Alis es corresponsal de CNN en Español en Ciudad de México. Se incorporó a CNN en el 2006 y desde entonces ha trabajado como productora y corresponsal.
(CNN)— Si algo caracteriza a la gente en México es su poder de socializar. Siempre hay alguien dispuesto a iniciar una conversación, y si todo corre con suerte, la plática puede acabar en la sala de la casa conociendo a la familia y estudiando un posible compadrazgo.
Sin embargo, algo ha cambiado. En las zonas donde opera con mayor virulencia el narcotráfico estos códigos se han trastocado y la gente ensaya nuevas formas de comunicación, sobre todo con aquellos que no pertenecen al círculo más cercano.
Uno de los grandes temas tabú es el narcotráfico. Por principio nadie sabe nada y la manera más socorrida para concluir cualquier intercambio, es con un lacónico: "Eso es cosa de los malitos, de nadie más".
Lo toma o lo deja. Y si no lo deja, habrá que iniciar el diálogo con uno de los tópicos por excelencia: el clima. Así, uno puede conocer que los meses con más calor en Monterrey, por ejemplo, se registran en junio, julio y agosto y que en diciembre la temperatura puede bajar hasta los dos grados o menos.
Así de frío el termómetro, siempre queda hablar de la gastronomía. Un asunto que de tan vasto se puede alargar pasando por el cabrito hasta el punto de recomendar las muy famosas tortas Bernal, que si bien pudieran no ser las mejores del mundo, si califican para el primer lugar en México.
Cuando se unen conversaciones, el diagnóstico sobre la situación actual podría ser muy preciso.
En Nuevo León, a los cárteles de la droga se les conoce como la maña, los de la última letra o la letra, la compañía o mejor aún los de la gente, entre otros.
Su estructura está basada en un comandante que es el jefe del municipio y se apoya por cinco o seis estacas, quienes tienen a su cargo varios halcones.
A la extorsión se le llama el moche, la cuota o los que quieren la polla.
Tan en blanco y negro la realidad, que pocas horas después del atentado en el Casino Royale, muchos tenían en claro, su versión extraoficial de los hechos: "Eso es cosa de la maña, que le cobró a los dueños porque no se mocharon".
Una hipótesis que en todo caso, dicen, es tarea de las autoridades corroborar, porque ellos, ni son investigadores, ni policías y más importante aún: "por si las moscas".
Las opiniones en este texto representan las de Krupskaia Alis y no las de CNNMéxico.