OPINIÓN: Egipto y México superan la distancia a través de su comida
Si la intención de este reporte era mostrar la mayoría de los platillos que mexicanos y egipcios compartimos, muchos se preguntaran ¿por qué no mostramos los frijoles bayos también conocidos como el ful egipcio?
Claro que nos hubiera encantado filmar los puestos ambulantes que en las mañanas, muy temprano, venden a menos de un dólar unos sándwiches de frijol que aquí se sirven con el pan egipcio (especial de 'tortilla' gruesa de trigo o harina) y que pueden incluir huevo y vegetales verdes rociados con tehina (pasta de sésamo, jugo de limón y ajo).
Lamentablemente, y a causa de la inestabilidad política y social tras la revolución , el ambiente que actualmente reina, especialmente en las zonas populares del Cairo, es de gran desconfianza y en ocasiones hasta de hostilidad hacia los periodistas locales y extranjeros.
Pasear por los callejones sin pavimento con una cámara de televisión es un verdadero desafío, sobre todo cuando se trata de grabar imágenes de trabajadores informales, muchos de los cuales dicen estar "seguros" de que los reporteros formamos parte de un "complot" para mostrarlos al mundo como peleoneros.
Por ello, tras intentos fallidos por explicar a la gente que nuestra intención es acercar a las culturas a ambos lados del mundo y mostrar sus similitudes más que sus diferencias, tomamos la decisión de grabar en uno de varios restaurantes formales: el Felfela.
Ahí el dueño, el señor Hassan, autorizó al capitán de meseros Ibrahim Mahmoud a concedernos una entrevista en la que nos explico cómo cocinar el típico falafel con habas fritas y machacadas. También saboreamos el carcade frío y caliente, que en México se conoce como agua de jamaica.
Uno de los platillos más populares en Egipto, el kushari, cuenta con ingredientes ampliamente consumidos en México y Latinoamérica: arroz, lentejas, macarrones, espaguetis, tallarines, cebolla y salsa de tomate.
Entre los comensales estaban el ciudadano argentino Diego Sadofschi y su esposa Erika, quienes dijeron apreciar la abundancia de carnes como la shawerma (similar a los tacos al pastor mexicanos, pero elaborados en Egipto con carne de cordero y pollo), así como la gran variedad de dulces árabes, vendidos también en las provincias del norte de Argentina.
Cuando nos trasladamos a la ribera del Nilo en busca de los gazl el benet o coloridos algodones de azúcar, confirmamos una vez más que permanecer en un solo lugar grabando con una cámara de televisión durante mucho tiempo y por razones que todavía no comprendo bien, inflama los ánimos de los egipcios.
Y así, aunque en principio hubo jóvenes y niños que hasta aplaudieron espontáneamente cuando termine de grabar mi toma mostrando los hommos el sham o garbanzos en jugo que se sirven como los esquites mexicanos (granos de elote tierno en jugo), en cuestión de minutos, agitadores desconocidos empezaron a convencer a los presentes de que nuestro reporte sería contraproducente para la sociedad egipcia y hasta el vendedor de ahwa o café, a quien minutos antes compramos un vaso con zucar hafif (poca azúcar), nos corrió del espacio que informalmente se apropió en ese lugar público.
Para evitar ser víctimas de agresiones físicas y que nuestro equipo fuera destruido, como ha ocurrido recientemente a otros compañeros periodistas, decidimos marcharnos inmediatamente del lugar llevándonos un sabor amargo y preguntándonos: con las próximas elecciones parlamentarias en puerta ¿qué sabores nos tocará probar?