OPINIÓN: Los niños de vacaciones y los padres trabajando, ¿qué hacer?

Nota del Editor: Tatiana Arévalo Dupont es licenciada en psicología y en educación preescolar. Puedes seguirla en su cuenta de twitter  @misspreescolar

(CNNMéxico) — Es cada vez más común que las mujeres dividan su tiempo entre la vida familiar y el trabajo, por realización personal, para complementar el sueldo de la pareja o porque son madres solteras.

Ese factor ha impactado en las familias económicamente, pero también respecto al tiempo de atención y convivencia que se dedica a los hijos.

En estos días, a propósito del periodo vacacional de Semana Santa, muchos padres se preguntan qué pueden hacer con sus hijos en esta situación. ¿Cómo aprovechar al máximo el tiempo de descanso laboral con el cuidado de los hijos?

Las vacaciones nos emocionan a todos. Rompen la rutina diaria, descansar cuerpo y mente y realizar actividades diferentes. Los niños esperan con ansias esta temporada vacacional pues también necesitan despejarse de la rutina escolar y buscan pasar más tiempo en familia.

Para los padres que trabajan, la situación se complica mucho. ¿Cuál es la mejor solución? Una buena organización del tiempo puede ser de gran ayuda, por ejemplo, hacer una lista de las actividades que se realizan a diario y descartar aquellas que no son tan importantes y en las cuales no salen beneficiados los hijos. Podemos también tomarnos un día libre en el trabajo, salir más temprano, ocupar nuestra hora de comida con ellos u organizar un fin de semana distinto y realizar actividades divertidas.

También existe la preocupación sobre qué hacer con los niños mientras los padres están en la oficina, pues existe el temor de que se convierta en un periodo de descontrol (debido al tiempo libre), y que los chicos olviden los conocimientos adquiridos en la escuela.

Debemos considerar lo siguiente:

- Para que no sea un periodo de descontrol, los padres debemos respetar los horarios y las rutinas, obviamente sin ser tan rigurosos como cuando hay clases.

- Hay que entender a los niños. Si esperan con ansias este periodo, ¿cómo los vamos a inscribir a clases de regularización, sólo para que no interfieran con nuestro trabajo?

- Las vacaciones deben ser divertidas y recreativas, y si los inscribimos a algún curso o taller, debe ser elegido por el niño.

Es muy importante asimilar que vacaciones no son sinónimo de ocio e inactividad. En realidad, implican un cambio de actividades, obviamente más relajadas, pero no tiempo de inactividad, en el cual pasen horas frente a la televisión, computadora, videojuegos o comiendo.

Y para los padres que trabajan: en realidad, es menos importante la cantidad de tiempo que dedica a los pequeños que la calidad con la que se relacionan con ellos.

Puede haber padres que no trabajen y que aunque estén todo el día en casa, ignoran a sus hijos, los dejan horas frente a la televisión o en su habitación para que "no molesten". O al contrario, pueden pasar poco tiempo con sus hijos pero con una calidad que llena ese espacio.

Padres e hijos podemos realizar muchas actividades juntos después del trabajo, como leer, jugar juegos de mesa, preparar juntos la cena o incluso solo conversar y escuchar a los pequeños, dejando a un lado el teléfono celular, computadoras o tabletas. Basta con ponernos a su altura, demostrarles que estamos interesados en ellos.

Otras actividades que podemos realizar con nuestros hijos son:

- Ver películas: adecuadas a su edad.

- Disfrazarnos: jugar a ser otras personas con ese disfraz (podemos conocer mejor a nuestros hijos).

- Manualidades: a todos los niños les gustan.

Hay muchas actividades para realizar en familia y que no requieren mucho tiempo, lo importante es que utilizar la imaginación y pensemos en las actividades que los pequeños gozan y les divierten.

Lidiar con las obligaciones de todos los días, la fatiga del trabajo y de nuestra tarea como padres, será la clave para tener momentos llenos de satisfacción en este periodo.

Lo más importante es tratar de disfrutar el tiempo que pasemos con nuestros hijos al máximo, y no olvidar que es muy sano darnos permiso de hacer algo distinto a nuestras actividades cotidianas.

¡Felices Vacaciones!

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Tatiana Arévalo Dupont.