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OPINIÓN: Evitar el debate sobre las armas en EU atraerá más tragedias

La política estadounidense debe incentivar un debate efectivo y racional para controlar el acceso a todo tipo de armamento
lun 17 diciembre 2012 04:37 PM

Nota del editor: Saul Cornell es presidente del centro Paul and Diane Guenther de historia americana en la universidad de Fordham

(CNN) –En una escuela primaria de Connecticut 26 personas, incluyendo 20 niños,  fueron asesinados por un hombre  el pasado viernes por la mañana. El hecho ocurre justo después de una masacre el martes en Oregón, donde un hombre enmascarado abrió fuego hacia la multitud en un centro comercial, en el que murieron dos personas y el culpable se suicidó.

Trágicas imágenes aparecen en nuestros televisores y pantallas de computadora, como sucede desde hace poco tiempo atrás. Los eventos traerán a la mesa nuevamente un ciclo de predecibles y poco efectivas pláticas sobre el uso de armas en Estados Unidos. Nos dirán que ahora no es el momento de discutir las políticas.

Para mañana, una bien fundamentada campaña sobre el derecho a las armas saldrá a la luz. Los seguidores de la ideología piensan que la solución no son mejores regulaciones sino más armas. ¿Tiroteos en escuelas? Otorguen armas a los maestros. ¿Tiroteos en los cines? Suministren a los que van al cine.

Los simpatizantes contemporáneos se burlan de los ilustres autores de la Segunda Enmienda. Los Fundadores obviamente apoyaban la propiedad de armas, pero estaban a favor de una fuerte regulación. Estados Unidos tiene la formación, pero parece que nadie quiere hablar racionalmente acerca del último punto. Todos tenemos que aprender algo de los pensadores.

Algunos han interpretado el derecho a portar armas como una barrera a una regulación razonable. Nada podría estar más lejos de la realidad. La Segunda Enmienda no es un obstáculo, más bien pide uno. Desde que hay armas en Estados Unidos, éstas han sido reguladas. Hubiera sido imposible reunir un ejército para luchar contra los británicos, si la ideología contemporánea hubiera estado vigente durante la revolución.

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El registro, inspección obligatoria de armas de fuego y entrenamiento constante, fueron esenciales para formar un ejército bien regulado. En  los Estados Unidos de hoy, tenemos muchas más armas , pero menos límites gubernamentales.

Nuestras ideas acerca de una defensa personal armada están en contra de la visión de los Fundadores. En el momento en el que se escribió la Segunda Enmienda, el objetivo de la ley del derecho a defenderse a sí mismo heredado por los británicos era muy limitado. De hecho, regresar a su entendimiento original requeriría derogar los estatutos sobre "defender su posición" que algunos estados han adoptado.

Bajo el precepto original, uno tiene la obligación legal de retirarse sin defender su posición. Desde 1328 el Parlamento actuó para limitar los viajes armados, con la notable excepción de los miembros de la nobleza, que podían viajar con gente armada, un reconocimiento legal de los privilegios de la cuna aristocrática.

La Revolución de EU no marcó el inicio de una nueva era en la ley de armas. Thomas Jefferson, una de las voces a favor de las armas entre la generación de los Fundadores, propuso crear un derecho individual para tener armas que sería incluido en la Declaración de Derechos de Virginia en 1776, sin tener mucho éxito.

Los estados reconocieron el derecho a viajar armado con un mosquetón para cumplir con la obligación legal de ir a las reuniones del ejército, pero algunos impusieron ciertas regulaciones como viajar con un arma cargada o descargar un arma durante o cerca de la asamblea.

En 1835, Massachusetts aprobó una ley que limitaba severamente el derecho a circular armado: “Ninguna persona podrá portar un cuchillo, daga, espada, pistola, u otra arma ofensiva y peligrosa, sin causa aparente de violentar a su persona, familia o propiedad".

El concepto clave aquí es el miedo, el argumento que  desean anular los que defienden el derecho a las armas  y que la corte federal en Nueva York confirmó.

Los que apoyan la regulación de las armas ganaron una importante victoria cuando el Segundo Circuito de Apelaciones neoyorquino requirió que se probara una "causa razonable" para portar discretamente un arma en público.

La corte rechazó la idea de sentir miedo ante la violencia inminente. El demandante principal en el caso, Alan Kachalsky, dijo que la decisión es “una ridícula interpretación de la Segunda Enmienda”. Tristemente, la idea parece sin sentido para algunos.

Pero la derrota se hizo presente cuando el Séptimo Circuito de Apelaciones en Illinois dijo que la prohibición de portar un arma en público es inconstitucional en ese estado. Los expertos no incluyeron esa excepción de presentar una razón para utilizar cierto instrumento de defensa ante un peligro.

La Corte de Apelaciones que lleva el caso de Nueva York nos ha puesto en la dirección correcta, Illinois debería seguir su ejemplo.

Es tiempo de impulsar un debate racional en Estados Unidos sobre las armas. Evitar el tema, solo traerá más tragedias.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Saul Cornell.

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