OPINIÓN: ¿Apple deja de ser cool?
Nota del Editor: John C. Abell es columnista de tecnología y hace reseñas para Reuters. También fue editor de Wired.
(CNN) — Apple ha sido muy zarandeado en días recientes. La reacción de los digerati al iPhone 5 fue de "mmm", la respuesta al iPad Mini fue semejante a un "ya era hora", y todos estamos más entusiasmados por los productos que quizá salgan, tales como un iWatch y iTV, que por las cosas que en estos momentos se pueden comprar.
La fuerza de Apple es su talón de Aquiles: esperamos que la empresa reinvente a tiempo y cuando en nuestra infinita sabiduría, creemos que no lo hace, la tratamos como al chico que ya no pertenece a nuestra camarilla.
Es de esperarse algo así cuando una empresa con tan increíble trayectoria reciente como Apple parece más estar durmiendo en sus laureles que encontrando nuevas batallas que ganar. Desde la quijotesca presentación de la iMac, en 1998, dándole un nuevo impulso a las computadoras de escritorio, hasta bien entrada la era de las portátiles, Apple ha tenido una gran racha:
- El iPod (2001)
- La iTunes Store, la cual permite comprar canciones por separado (2003)
- La tienda de distribución de Apple (2004)
- El iPhone (2007)
- El iPad (2010)
Y a la lista se puede añadir la revitalización que dio Steve Jobs a las películas de animación a través de la adquisición de Pixar.
Hay mucha imaginación en un lapso muy corto de tiempo. Apple no ha dominado la historia durante una década: ha escrito la historia de la última década. Eso es demasiado como para que otros estén a su altura. La mayoría de las empresas no lo están. Es particularmente salvaje para las empresas dedicadas a la tecnología (a diferencia de, por ejemplo, las dedicadas a hacer shampoo), las cuales, en el mejor de los casos, pueden aspirar a marcar el paso en su ramo por un periodo de aproximadamente una generación, hasta que sus productos formen parte de la clase media acomodada.
Llame a este fenómeno la Curva de Microsoft. Microsoft dominó la década de 1990, los años cumbre de la era de la PC. Actualmente no va hacia ninguna parte. Sigue ganando dinero a través de la venta de licencias para MS-Office y Windows. Pero si observas un gráfico de cotizaciones de precios de cinco años se podrá ver que precisamente ha ido hacia ninguna parte. Las únicas personas que bailan de alegría por tener un equipo con Windows parecen ser las que aparecen en los comerciales de televisión de Surface Pro.
En la parte de abajo del montón está la triste historia de Palm, la empresa de tecnología más popular del mundo por un cortísimo tiempo. Las Palm Pilot alguna vez estuvieron en todas partes. Pero la empresa tropezó al no lograr reconocer con suficiente rapidez que, en la era de internet, nadie quería un dispositivo portátil que no pudiera conectarse a la red.
Otro caso de mala suerte es el de Research in Motion, ahora BlackBerry. Esa empresa puso a circular los dispositivos portátiles, pero de gran manera se equivocó en los cálculos de la revolución de los smartphones desatada por Apple.
Ahora Apple se encuentra en este territorio desconocido: exitosa, con productos que se ven en todas partes, con MacBooks y iPhones colocados casi en cada programa de televisión y en las películas y, sin embargo ... el factor cool se está desvaneciendo.
Por supuesto, hay una gran diferencia entre lo percibido en el ambiente y la realidad. Pero nadie quiere ser considerado como algo pasado de moda en la práctica.
La lección de la historia de la tecnología es que las empresas tecnológicas colisionan cuando creen que lo que han hecho es lo único que tienen que hacer: que redoblar apuestas y hablar pavadas de la competencia es lo que hace falta.
¿Muestra A? El CEO de Microsoft, Steve Ballmer, cuya primera reacción pública al iPhone fue que los clientes de negocios no lo querrían "ya que no tiene teclado, lo cual hace que no sea un buen aparato para los correos electrónicos".
Este sería un buen momento para mencionar que cada vez más "clientes de negocios" ahora quieren un iPhone en el trabajo, desafiando a Microsoft en lo que ha sido su bastión como empresa.
El éxito nunca está asegurado, pero solo puede ampliarse de dos maneras: si se acapara el mercado, algo imposible en el sobresaturado espacio tecnológico, o si descaradamente se está dispuesto a cuestionarlo todo, todo el tiempo.
Facebook comenzó como la red social privada más exclusiva del mundo, solo para los estudiantes de Harvard. Sin embargo, se convirtió en una empresa pública valuada en 68 mil millones de dólares, debido a que decidió convertirse en la red privada menos exclusiva del mundo.
Incluso la trayectoria de Palm podría haber sido diferente si hubiera invertido su imaginación a tiempo: imagine un Palm Pilot no como un administrador personal de información con conectividad, sino como un dispositivo conectado con aplicaciones estilo administrador personal de información, y entonces sería exactamente lo que en la actualidad es el smartphone.
No existe razón alguna para pensar que Apple no va a prosperar económicamente en los próximos años, al igual que Microsoft. Sin embargo, su continua reputación como principal árbitro de lo cool está siendo desafiada. Puede que Apple siga teniendo el smartphone más vendido del mundo, pero los demás teléfonos que cuentan con el soporte del sistema operativo rival, Android, de Google, y sobre todo los fabricados por Samsung, superan por mucho al iPhone.
Durante años, quienes escriben sobre tecnología revisaban cada nuevo smartphone bajo una simple escala de clasificación: ¿Es este el que superará el iPhone? Ninguno de ellos lo ha sido, pero en conjunto se ha logrado eso:
Ningún teléfono ha superado el iPhone, pero muchos de ellos coexisten de gran manera. Muchísimas gracias.
Esperamos lo inesperado de Apple y la empresa no hace gran cosa para aplacar estas expectativas. Así que cuando no nos deslumbra, el hastío comienza a llegar. Apple también está agobiado por lo que en su momento llamé el hito, carente de sentido, de haberse convertido en la empresa más grande de la historia. ¿A dónde se va desde ese punto? O bien se sigue siendo el más grande, o se viene abajo. Consolidar su liderazgo está perfecto, pero no es sexy.
Mi pronóstico sobre el futuro de Apple es que tiene que preocuparse por convertirse en una empresa de media categoría una vez que el CEO, Tim Cook, y el diseñador Jony Ive, los otros dos integrantes del triunvirato encabezado por Steve Jobs, ya no estén en la empresa.
Hasta entonces, quizá dentro de una década, apueste en contra de Apple bajo su propio riesgo.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a John Abell.