OPINIÓN: Cómo disfrutar el Mundial sin afectar tu presupuesto
Nota del editor: Manuel Francisco Valencia Bastida es director de los programas académicos de Negocios Internacionales en el Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe
(CNNMéxico) - Es importante reconocer que independientemente de nuestro grado de afición por el futbol, la Copa del Mundo que se está jugando en Brasil, termina tocando socialmente a prácticamente cualquier persona. Esto debido a que son 64 partidos que se juegan durante un mes, de manera que aislarse del contacto con cualquier noticia de Brasil 2014 resulta prácticamente imposible.
Adicionalmente, los horarios a los que se programaron los juegos resultan ideales para que tanto los centros de trabajo como los amigos fomenten reuniones para ver los partidos. Por lo tanto, es altamente probable que nuestra cartera empiece a resentir los estragos de tanta convivencia tanto familiar como con colegas.
Hay que destacar que existen aficionados que ya están endeudados desde antes de que empezara el Mundial, pues si no contaban con el sistema de cable que difunde los 64 juegos, había que mantener con ellos un contrato de por lo menos seis meses para tener acceso a las transmisiones.
Además, fuimos testigos unos y víctimas otros, de un sin fin de promociones y ventas nocturnas en todo tipo de tiendas comerciales, en las que se podían adquirir pantallas de televisión modernas en plazos que iban desde los 6 hasta los 18 meses sin intereses. Partiendo de este par de fenómenos, resulta creíble la afirmación de que aún antes del partido de Brasil contra Croacia del 12 de junio, hubo quien ya debía tener planeados sus primeros pagos de una deuda que, en el mejor de los casos, terminará en diciembre o enero.
Ahora bien, los centros de trabajo, estudio y recreo –desde fábricas, oficinas y plazas públicas hasta restaurantes pasando por los cines y escuelas- no están ajenos al Mundial, por lo que durante la segunda quincena de junio y la primera de julio estará latente la tentación de salir varias veces a convivir con colegas o amigos para disfrutar de los juegos. Y es aquí donde entra la variable del presupuesto y su muy probable afectación.
Es de todos sabido que si queremos ver crecer exponencialmente el monto de una cuenta de restaurante, basta con añadir alcohol al consumo para multiplicar varias veces el valor de ella. De aquí se deriva un primer consejo: Evitar al máximo incluir alcohol en cualquier cuenta de restaurante que implique estar viendo un partido del Mundial, pues la comida se termina pronto, mucho antes del fin del primer tiempo y siempre estará presente la tentación de acompañar el resto del juego con más bebidas.
Añadiría a este consejo el pedir cuentas separadas para pagar sólo lo que uno consume y más aún, si es posible, también evitar pedir platillos al centro o entradas, pues aunque esto prolonga el tiempo que permanece uno comiendo en el lugar, al mismo tiempo nos hace comer y gastar de más.
Otro consejo: entre semana, procurar ver sólo los juegos que nuestro centro de trabajo tiene programados, incluyendo los que se juegan a la hora de la comida. Esto porque en ocasiones el departamento de Recursos Humanos hace un esfuerzo por ofrecer alguna amenidad durante los partidos.
Y si vemos los juegos en el comedor de la empresa, evitamos salirnos de nuestra rutina y por ende empezar a explorar restaurantes que muchas veces ni frecuentamos ni conocemos como parte habitual de nuestro ritual de comida en horas laborables. De esta manera nuestro gasto no se verá afectado por disfrutar del Mundial mientras trabajamos y por supuesto tampoco afectaremos nuestro rendimiento laboral.
Nos falta analizar nuestro comportamiento de fin de semana, por lo que es importante incluir a la familia en la planeación de qué y cuándo hacerlo, pues de hecho un partido del Mundial puede ser un buen pretexto para reunirse con los amigos y también con la familia.
Siempre me ha parecido un crimen lo que en ocasiones cuestan alimentos tan sencillos como ensaladas o cervezas en los restaurantes. Debo confesar que he pagado muchas veces, 80 pesos por una ensalada y alrededor de 35 por una cerveza, cuando una ensalada casera para 2 personas no lleva más de $15 pesos en ingredientes y una cerveza en la tiendita cuesta menos de $10 pesos.
El secreto para cuidar el presupuesto reside en evitar al máximo los restaurantes o bares y organizar los partidos del Mundial de fin de semana, más bien como un evento muy importante, al estilo de lo que se hace en Navidad.
Es decir, se reparten las responsabilidades de preparación de comida entre los participantes, se asumen gastos limitados de la operación del evento y se abre la convocatoria de participantes con suficiente antelación. Si evitamos improvisar el gasto será también menor.
Como siempre, organización, planeación e inclusión, resultan muy útiles cuando se trata de ahorrar, de disfrutar con quienes uno más quiere y de vivir momentos emocionantes en los que no está en juego una fortuna.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Manuel Francisco Valencia.