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Haz crecer a tu empresa cumpliendo con obligaciones fiscales

Las herramientas tecnológicas para cumplir con regulaciones es una ventaja, opina David Ricárdez; una de los beneficios que ofrece es que la información que proporciona es coherente y transparente.
mar 22 septiembre 2015 06:01 AM
El uso de la tecnología para cumplir con los requerimientos fiscales se vuelve una fortaleza de las compañías actualmente (Foto: iStock by Getty Images )
El uso de la tecnología para cumplir con los requerimientos (Foto: iStock by Getty Images)

La comunidad empresarial nacional e internacional posee una verdad, la cual es permanente: cumplir en tiempo y forma a distintos tipos de regulaciones. Esta tarea puede llevarse a cabo aportando valor con el apoyo de fiscalistas especializados, que operan bajo los estándares de una red global.

A razón de dicha realidad de las empresas, existen compañías que han trabajado a fondo la creación de herramientas tecnológicas, que entre muchas otras características, se han convertido en una solución con visión a largo plazo, por ejemplo: Link 360 de KPMG.

Respondiendo a las necesidades de las organizaciones, dicha plataforma tecnológica agrupa una red de servicio que ayuda a las empresas a cumplir de forma ordenada y confiable los requerimientos fiscales o de otras índoles. Se trata de una red profesional internacional que establece un acuerdo previo sobre los procedimientos y herramientas que se utilizan en cada contexto fiscal.

Una de las mayores ventajas competitivas que ofrece contar con este tipo de herramientas, es que la información que proporciona es:

  • Coherente
  • Transparente
  • Compatible con diferentes plataformas informáticas
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Enterprise Resource Planning (ERP, o sistemas de planeación de recursos). En estos casos, la compilación de información es automática y no requiere correcciones o manipulación, lo cual suele ser el origen de muchos errores. Por ejemplo, el reporte que se utiliza en México, es el mismo que en Brasil o que el de algún país europeo, aun cuando los regímenes fiscales y regulatorios sean diferentes.

En la plataforma Link 360, se utiliza un formulario elaborado según las necesidades de cada cliente y de cada proceso de negocio, el cual toma la información del ERP y otras plataformas confiables, lo que permite a los directores modular sus consultas.

¿Qué necesita la Alta Dirección?

Es importante que la Alta Dirección pueda contestar de manera rápida y confiable, preguntas como: ¿cuánto dinero se puede repatriar al país de origen, con el menor costo fiscal en cada uno de los países donde se tienen operaciones? ¿Cuál es la utilidad fiscal que ha pagado impuestos? ¿Cuál es el monto de dividendos que se puede repatriar sin pagar un impuesto adicional al ya pagado? ¿Cuál es la tasa de retención sobre dividendos en cada país?

Si no se sabe en qué países o estados se pagan más impuestos o dónde hay más incentivos a la radicación de capitales, entonces la decisión de invertir estará apoyada en cimientos cuestionables, perdiendo de vista la llamada “competitividad fiscal”.

Bajo estas circunstancias, es posible imaginar que los resultados financieros sean impactados de manera negativa por asuntos fiscales, porque los recursos no se utilizan de manera eficiente, y se incrementan los pagos innecesarios, los retrasos, las multas y los recargos.

El panorama se torna aún más complejo, por ejemplo, al momento de llevar a cabo una auditoría en forma, la cual, hoy es un procedimiento muy especializado, en el que convergen la autoridad revisora, los fiscalistas, los asesores y el cliente.

Retos ante la tecnificación de las autoridades fiscales

El panorama de las empresas mexicanas y, en particular, los riesgos para el cumplimiento fiscal, han cambiado de manera radical en los últimos años. Resaltemos como ejemplo la Reforma Fiscal, que introdujo nuevos mecanismos como el buzón tributario y la contabilidad electrónica, que es obligatoria para las organizaciones.

A partir de 2014, de manera gradual, la autoridad fiscal está teniendo acceso a toda la información de los contribuyentes, en especial a la balanza de comprobación en línea y mensual, lo que implica un enorme reto de cumplimiento.

En el pasado, cuando las auditorías se limitaban a revisar el comportamiento a partir de dictámenes ya presentados, el cliente tenía varios recursos de defensa. Ahora, al tener la información en línea, se puede fiscalizar de manera inmediata y reaccionar ante prácticas usuales como las actualizaciones o ajustes en los datos de los balances mensuales anteriores.

Es decir, la corrección de cifras de meses previos, que antiguamente no tenía mayor consecuencia, podría ser motivo de una investigación por parte del fisco.

También pueden surgir controversias si se malinterpretan los nombres y conceptos amparados en el catálogo de cuentas, sobre todo, si las provisiones tienen tratamientos fiscales diferentes (el caso de la publicidad y las regalías por derechos de autor, por ejemplo).

A la luz del nuevo esquema, no solo hay que adecuar la contabilidad a los sistemas electrónicos, sino que debemos estar seguros de que los balances sean transparentes, que la información esté “limpia” y sea clara respecto de las cuentas y las provisiones.

Hay casos en los que la autoridad les solicita a los usuarios de un ERP, que en muchos modelos emiten los reportes en inglés, que la información sea traducida al español por peritos certificados, lo cual es un ejemplo que revela los nuevos desafíos que la autoridad fiscal, ahora dotada de plataformas electrónicas, ha agregado a los compromisos asimilables al cumplimiento.

Lo anterior implica que las áreas de Impuestos y las que interactúan directamente con esta, que aún siguen dedicando mucho tiempo al cumplimiento, necesitan la asignación de los recursos financieros adecuados para poder enfocarse en una agenda más estratégica, que soporte proactivamente los objetivos del negocio y se alinee con las tendencias emergentes.

La modificación de los modelos tradicionales en los cuales toma relevancia el uso de outsourcing, co-outsourcing y centros de servicios compartidos, permitirá a las empresas incrementar sus utilidades, confiando en que el cumplimiento de sus obligaciones fiscales está llevándose a cabo de manera oportuna y, sobre todo, que a este cumplimiento se le ha conferido un enfoque estratégico, alineado con los intereses de crecimiento del negocio.

*David Ricárdez es socio de la Práctica de Impuestos y Legal de KPMG en México.

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