OPINIÓN: Trump presiona a México, ¿pero qué dice Wall Street?
Nota del editor: Roberto A. Ruarte es asesor en mercados financieros. Síguelo a través de Facebook.com/RobertoARuarte. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión)— Algunos expertos en política consideran un error histórico la invitación y llegada de Donald Trump furtivamente a México invitado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Otros opinan que esa decisión, para muchos errónea de política internacional, se ha cobrado una víctima: el secretario de Hacienda de extrema confianza del presidente, quien ha renunciado a su cargo este miércoles y se ha expresado que no ocupará otro cargo público en el gobierno.
No somos expertos en política y no nos corresponde opinar sobre ello. Trump vino a México, ratificó sus dichos que van dirigidos al electorado duro estadounidense, habló del famoso muro fronterizo y comentó que será construido y pagado por los mexicanos, algo que Peña Nieto se encargó primero de decir que México no pondrá un solo peso para dicho muro.
Tampoco es motivo de este artículo saber si el muro se construirá o no, ni quien lo pagará. Lo que haremos es ver qué nos dice Wall Street acerca de la próxima elección presidencial el supermartes de noviembre de 2016.
Históricamente, si Wall Street tiene un año negativo, lo más probable es que cambie de signo gobernante, en este caso de demócrata a republicano sin importar los protagonistas.
Si la Bolsa estadounidense está con humor positivo, eso ha tendido en la historia a reflejar continuidad en los mandatos, salvo en el caso de Bush padre que aún con un año bursátil bueno en 1992 perdió las elecciones con el demócrata Bill Clinton.
Tenemos eventos políticos y económicos importantes. No queremos entrar en la discusión si será primero el huevo o la gallina. En la tercer semana de septiembre tenemos la reunión de la Fed para ver si subirá tasas; luego de los últimos números de la economía, los especialistas están divididos, si tomará esa decisión o lo dejará para después de las elecciones.
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No estamos en la mente de los directores de la reserva federal para saber la actitud que tomarán, si se guiarán por el último número de empleo más débil de lo esperado o los anteriores que demostraron robustez.
El otro evento será el primer debate presidencial, el 26 de septiembre, entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump. Este debate puede inclinar a muchos indecisos y también los posteriores que puedan hacerse antes de la crucial elección.
Las encuestas muestran que Clinton está arriba de Trump, algunos dicen 5 puntos, otros optimistas 10, los pesimistas 2 puntos; diferencias que no son materiales teniendo en cuenta lo que falta para la elección: mucho tiempo, a pesar que en días calendarios suenen pocos, y es lógico que la candidata demócrata esté arriba con Wall Street rozando los máximos de toda su historia.
nullLo que está claro es que si el mercado estadounidense se cayera antes de la elección del martes 8 de noviembre, Trump tendrá las mayores posibilidades. Cuanto más grande la caída, más posibilidades tendrá según nuestro concepto. Si el mercado se mantuviera firme al momento de la elección, salvo por lo observado con Bush padre, la continuidad demócrata tendría más chances.
Si el mercado se cayera y el triunfo de Trump pasara de una utopía a una gran posibilidad, el mercado mexicano lo sufrirá tanto en su moneda como en su Bolsa, pero creemos que podremos aplicar el concepto de vender el rumor y comprar la noticia si ello ocurriera.
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Mientras debemos seguir con mucha expectativa, las cotizaciones de Wall Street han mostrado la volatilidad más baja en años en el último mes y medio. De hecho, esto no puede durar mucho tiempo y la volatilidad puede incrementarse a medida que se acerquen las fechas de las elecciones.
Históricamente, septiembre no ha sido un buen mes para las Bolsas en la historia, peor octubre, que ha sido testigo de caídas históricas como la de 1929, el crash de 1987, pero en general, las caídas tipos crash generan pánico de ventas que luego son seguidas por grandes oportunidades de compra a precios viles. Si ello ocurriera, este año creemos que la historia se repetirá y que la caída, de darse en México y en EU, sin quitar mérito que de darse puede ser rápida e importante, puede guiar a una histórica oportunidad hacia el año 2017.
Seguimos pensando que Wall Street, inducida por políticas de bajas tasas y de expansión monetaria, ha entrado en una burbuja; lo que resta saber es cuando explotará: si antes de las elecciones, allí vendrán las posibilidades de Trump. Si es después de las elecciones, el presidente triunfante el 8 de noviembre recibirá una bomba de tiempo, una Bolsa inflada que le puede estallar en sus propias manos. Veremos, queda poco y mucho al mismo tiempo.