OPINIÓN: El impacto de los drones y el reto de la industria aseguradora
Nota del editor: Igal Rubinstein es socio director de 4P/MX (www.4p.com.mx), responsable de la operación de Seguros S, compañía de tecnología pionera en México en vender seguros por internet. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – Mucho se ha hablado de los drones; sin embargo, la mayoría de las personas los relaciona con actividades militares, cuando en realidad su uso se ha expandido tanto que se ha convertido en una industria con gran potencial de crecimiento.
Los drones no solo son gadgets tecnológicos que sirven para fines recreativos, también son considerados vehículos aéreos, no tripulados, que ofrecen diferentes funcionalidades y ventajas. Se han empleado, por ejemplo, para operaciones logísticas (en Nueva Zelanda, la cadena de comida Domino’s Pizza realizó pruebas para entregar sus pedidos a través de esta tecnología) o también para controlar incendios forestales (en España existen drones especiales que previenen y vigilan este tipo de situaciones).
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En este sentido, muchas industrias como la agropecuaria, telecomunicaciones, entretenimiento, además de sectores educativos y de investigación, entre muchas otras, se han dado cuenta del valor que brindan estos dispositivos tecnológicos, y por ello, muchas empresas los consideran parte importante de su equipo de trabajo.
Esto ha dado como resultado el creciente uso de drones con fines comerciales, lo que a su vez ha originado que varios países comiencen a regular el manejo de estos dispositivos. En Estados Unidos (donde se estima que en 10 años los drones podrían generar más de 82,000 millones de dólares para su economía) se establecieron requisitos operativos y de seguridad, como la prohibición de vuelo de drones por encima de las personas, además de que deben mantener una distancia de ocho kilómetros de los aeropuertos y siempre estar a una altitud de 122 metros.
Esta tendencia abrió paso a una nueva necesidad que detectó la industria aseguradora. Me refiero a la creación de coberturas especiales que protejan este tipo de aparatos, sobre todo al momento de presentarse algún incidente.
En el caso de México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) emitió una regulación sobre la utilización de drones , donde se indica que el operador de un drone será el responsable de cualquier accidente o daños que provoque el dispositivo. En otras palabras, las personas que operan estos dispositivos deberán contar con una póliza de seguro de responsabilidad civil por daños a terceros. Esta reglamentación se dio meses después de que la industria aseguradora comenzara a comercializar seguros para proteger este tipo de artefactos.
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En lo que se refiere al costo del seguro, éste se determina según el valor comercial del drone. En México puede llegar a costar hasta 11,000 pesos en promedio con una suma asegurada, dependiendo de la compañía de seguros, de aproximadamente 500,000 pesos por responsabilidad civil.
Estimaciones de la industria aseguradora indican que a nivel mundial, en un lapso de 5 años, el uso de drones será común (40% de los negocios contarán con esta tecnología), lo que representa un gran reto para las aseguradoras, porque deben de seguir evaluando los riesgos que pueden ocasionar estos dispositivos, así como investigar los posibles daños que puedan sufrir este tipo de aparatos, a fin de desarrollar un seguro más completo que responda a sus necesidades.
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Sin duda, esta tecnología llegó para quedarse y para que muchas otras industrias la aprovechen. En el caso del sector asegurador, el desarrollo de productos innovadores que garantizan una protección económica para este tipo de dispositivos. En diversos países se han empezado a utilizar para la valoración de siniestros en zonas de difícil acceso (de acuerdo a las imágenes que toma el drone, las aseguradoras pueden determinar el daño y estimar su costo) y permiten simplificar procesos, pero sobre todo ahorrar tiempo y costos para las compañías de seguros, que impactan positivamente en el crecimiento de la industria aseguradora.