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OPINIÓN: Contra ISIS, la batalla por las mentes se disputa en Facebook

Mediante la transmisión en vivo de la pelea contra el grupo terrorista, la coalición occidental busca ganar los corazones de la población iraquí.
dom 23 octubre 2016 07:10 AM

Nota del editor: David Patrikarakos es editor colaborador de The Daily Beast y autor de un libro de próxima publicación sobre las redes sociales y la guerra. Las opiniones expresadas en este artículo son solo del autor.

(CNN) – Si el siglo 21 nos ha enseñado algo es que, para pelear exitosamente una guerra, un ejército necesita una estrategia de salida exitosa. Si carece de una, aunque puede que gane la batalla militar, en última instancia perderá la guerra estratégica.

En ninguna parte es este aforismo más claro que en los conflictos posteriores al 11-S en Afganistán e Iraq. En ambos casos, las coaliciones lideradas por Estados Unidos —especialmente en el caso de Irak— ganaron una victoria inicial fácil en contra de sus adversarios. Pero la derrota del ejército de Saddam Hussein resultó ser solo el comienzo, y no el final, de la verdadera guerra en Iraq.

Esta semana sucedió algo casi sin precedentes. Los espectadores pudieron ver, a través de una transmisión en vivo en Facebook, cómo las fuerzas de la coalición dirigida por los iraquíes comenzaron su campaña para retomar Mosul de manos del grupo terrorista ISIS. Fue la captura de Mosul por parte de ISIS, la segunda ciudad más grande de Iraq, lo que permitió a su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, declarar la restauración de un califato islámico a través de grandes extensiones de Iraq y Siria en junio de 2014.

OPINIÓN: ¿Qué pasará cuando ISIS pierda Mosul?

La transmisión en vivo de una operación militar tiene desventajas obvias, la menor de las cuales no es la militar. ¿Por qué, por ejemplo, le permitirás a tu enemigo ver lo que estás haciendo mientras te preparas para asaltar su fortaleza?

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La respuesta se encuentra en el corazón de la guerra moderna. En el siglo 20, las guerras se libraban más generalmente entre Estados. En el siglo 21, el mayor desafío es la guerra asimétrica: las naciones ahora luchan contra grupos insurgentes.

Así como las mayores amenazas de Israel ya no provienen de los estados árabes que lo rodean, sino de grupos terroristas como Hamas y Hezbolá, y las mayores dificultades de Estados Unidos en Iraq no provinieron del ejército de Hussein, sino de la insurgencia que surgió después de su derrota, así que la mayor amenaza de Iraq no proviene de su enemigo tradicional Irán (al menos no militarmente), sino de ISIS, que aprovechó los años de mal gobierno sectario del exprimer ministro iraquí Nuri al-Maliki para unir a sus filas a sunitas perseguidos.

nullLa batalla entonces se trata no solo de derrotar militarmente a ISIS, sino de ganar los corazones y las mentes de la población local. Se convierte en no solo una guerra militar, sino también en una guerra narrativa, en la que lo último es posiblemente más importante.

En Afganistán, después de los combates iniciales, la coalición liderada por Estados Unidos trató de no derrotar a los talibanes sino de convencer a la población local de no unirse a ellos. En Iraq, la coalición debía que convencer a los insurgentes de deponer las armas y unirse al “nuevo Iraq”. En esencia, ambas se convirtieron en campañas políticas, no militares. Solo una vez ganada la batalla narrativa, las fuerzas podrían retirarse. Pero nunca fue ganada: los corazones y las mentes no estaban suficientemente capturados. Hoy en día, ambos países siguen sumidos en la violencia.

En Iraq, el gobierno no puede permitir que ningún iraquí más se una a ISIS. Esta meta es tan importante, o más, que derrotar al grupo en el campo de batalla. Pero los iraquíes desconfían de su gobierno, y el país, escindido por la división sectaria, sigue siendo un campo fértil para el reclutamiento de ISIS.

Lee: 5 claves para entender la importancia de Mosul en la lucha vs. ISIS

De tal forma que la coalición, que incluye a kurdos -así como ataques aéreos de Estados Unidos y Reino Unido- y fuerzas especiales sobre el terreno, necesita no solo informar, sino también mostrar al pueblo iraquí cuán determinados están a acabar con ISIS. Aunque en el Oeste pudieron acceder al streaming en vivo, el hecho de que no se proporcionaran subtítulos a medida que los soldados se gritaban en árabe el uno al otro, muestra que Occidente no es su público objetivo, sino los iraquíes y el mundo de habla árabe.

La derrota de ISIS significa, sobre todo, ganar la guerra narrativa. Para ello, la nueva tecnología de la información, desde Twitter hasta la capacidad de transmitir eventos en tiempo real en plataformas como Facebook, es vital. Solo una vez que la guerra de narrativa contra ISIS sea ganada, Occidente podrá estar seguro de que el grupo no se regenerará y brotará en otras partes de Iraq, y solo entonces podrá Occidente —finalmente— desvincularse de su lodazal del siglo 21 en Medio Oriente.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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