OPINIÓN: Inseguridad y corrupción debilitan la competitividad en México
Nota del editor: Miguel Sierra es CEO de AM International Enterprise Services. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) — El Índice Nacional de Competitividad, recientemente publicado por el INEGI, nos da la oportunidad de entender cuál ha sido el comportamiento a nivel macroeconómico de nuestro país en esta materia, que afecta significativamente el nivel de inversión permanente que tanto nacionales y extranjeros realizan con el fin de obtener rendimientos financieros superiores.
Siguiendo una metodología formal que considera 117 variables agrupadas en siete componentes (Desempeño Macroeconómico, Instituciones, Capacidades, Infraestructura, Eficiencia de Negocios, Innovación, Medio Ambiente e Inclusión Social), el comportamiento del Índice ha sido favorable mostrando un crecimiento de 4.94% a lo largo de seis años. Sin embargo, al hacer un análisis del mismo podemos apreciar que el comportamiento de los componentes varía significativamente. Así por ejemplo podemos apreciar que el componente que mayor crecimiento ha tenido es el de Eficiencia de Negocios con una tasa de 17.2% y el que peor desempeño tuvo fue el de Instituciones con una tasa negativa de -3.5%.
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La Eficiencia de Negocios es evaluada calificando el Mercado de Bienes, el Mercado Financiero y el Mercado Laboral. En esta evaluación destaca el muy marcado crecimiento del financiamiento interno de la banca de desarrollo al sector privado, así como una importante apreciación en el Índice de Derechos Legales y un robustecimiento en los niveles de personal ocupado que recibe ingresos a través de bonos de productividad. Indudablemente este componente, al ser el único que tuvo una tasa de crecimiento de dos dígitos, influenció poderosamente el resultado final en el Índice de Competitividad Global.
Por otro lado, la evaluación del componente Instituciones se concentra en dos factores principales: Seguridad y Eficiencia de Gobierno, ambos con el mismo peso relativo. Desafortunadamente la experiencia con estos factores ha dejado mucho que desear. El tema de Seguridad es una variable de carácter cualitativo que pesa significativamente al momento de tomar decisiones estratégicas en las organizaciones; la percepción de hacer inversiones en mercados donde la inseguridad es alta reduce la incidencia de inversión. El incremento en víctimas de delito y el gasto de los hogares en medidas para prevenir la delincuencia son evidencia de esta situación. Si este factor hubiese sido percibido como positivo estaríamos ahora analizando un más robusto Índice de Competitividad.
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Lo mismo sucede con el factor Eficiencia de Gobierno, donde a pesar de múltiples compromisos verbales por parte de nuestras autoridades municipales, estatales y federales, el tiempo promedio para realizar trámites administrativos sigue siendo muy alto en términos relativos cuando lo comparamos con otros países. En especial hay una estadística registrada de mayor tiempo de atención de las denuncias hechas ante el Ministerio Público.
Los cinco componentes restantes del Índice Nacional de Competitividad muestran comportamiento positivo, pero de ninguna forma robusto. Así, los componentes de Capacidades (5.89%), Innovación (5.69%), Infraestructura (5.41%), Medio Ambiente e Inclusión Social (2.61%) y Desempeño Macroeconómico (2.49%) muestran tasas muy marginales en cuanto a crecimiento se refiere.
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En conclusión, aun cuando la tendencia en el Índice Nacional de Competitividad es positiva, hay mucho por mejorar. Para lograr una mejoría significativa se requiere de un esfuerzo coordinado del Sector Gobierno en todos los niveles y del Sector Privado. México sin duda puede convertirse en un país más competitivo, pero requerimos de trabajar coordinadamente con visión estratégica y con líderes honestos, competentes y efectivos.
