Nota del editor: Luis Mauricio Torres Alcocer es investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Síguelo en su cuenta de Twitter
. Para más información sobre los estudios del IMCO entra a su o síguelos en redes sociales: | . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.(Expansión) – Tras observar la inmensa producción del yacimiento de petróleo Cantarell en las costas de Campeche, el entonces presidente José López Portillo nos advirtió que debíamos “acostumbrarnos a administrar la abundancia”. Esa historia no terminó muy bien porque no supimos administrarla.
En 2016, con la victoria del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la recomendación que deberíamos seguir es administrar la incertidumbre. Si no lo logramos, la competitividad del país puede verse afectada severamente.
¿A qué ponerle atención los primeros 100 días?
Tres de las siete acciones que el señor Trump plantea impulsar durante los primeros 100 días de mandato con el
estadounidenses son renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la salida del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) y un nuevo mandato de identificar abusos de comercio internacional.Comenzar una estrategia de diversificación comercial y consolidación de nuevos tratados de libre comercio reduciría el riesgo mexicano ante la dependencia de exportaciones con Estados Unidos, además, es necesario tener una agenda económica que impulse el mercado interno como motor de crecimiento.
Dos puntos adicionales podrían impactar a México de manera indirecta: el levantamiento de restricciones a la producción energética incluyendo petróleo, gas y carbón, así como la aceleración de proyectos de infraestructura energética como el oleoducto de Keystone.
En cuanto a su política de seguridad, la propuesta de iniciar inmediatamente la
indocumentados es una de las más radicales. Si esto sucede, deberíamos estar preparados en el terreno económico para desequilibrios al mercado laboral mexicano y el impacto regional de una reducción de las remesas.
La
de 100 días de Donald Trump incluye también una lista de 10 nuevas leyes que se compromete a impulsar. Una de ellas tiene implicaciones directas para México y sus intereses. La Ley para Eliminar la Subcontratación Internacional (End of Offshoring Act) establecería impuestos para desincentivar el despido de trabajadores en Estados Unidos por parte de las empresas transnacionales con el fin de establecerse en otro país para producir y exportar, usualmente, de regreso a Estados Unidos.¿Qué esperar en 2017?
Para empezar, volatilidad en los mercados cambiarios y accionarios. No es posible predecir el comportamiento del tipo de cambio, pero seguramente existirán presiones al alza. El desempeño de la Bolsa Mexicana de Valores tampoco será del todo positivo al menos durante la primera mitad del año. Las autoridades deben mandar señales que den seguridad a los mercados financieros. En los siguientes meses podemos esperar alzas en la tasa de interés del Banco de México.
En este contexto es necesaria una mayor prudencia fiscal para enfrentar una desaceleración económica y un incremento del costo de la deuda. Mientras no exista certeza sobre las acciones de las nuevas autoridades federales en Estados Unidos deberíamos esperar una pausa en decisiones importantes de inversión en nuestro país, sobre todo para industrias exportadoras. Independientemente de la incierta política comercial, si las demás propuestas para la economía doméstica del vecino del norte tienen un impacto negativo en su deuda, crecimiento o inflación, los efectos se sentirían también de este lado de la frontera.
¿Cómo administrar la incertidumbre?
La falta de experiencia del señor Trump en cargos públicos, su comportamiento errático y sus propuestas radicales lo convierten en un líder impredecible. Existirán propuestas en su plan de acción que serán virtualmente imposibles de lograr o que simplemente serán abandonadas, pero habrá otras que sean viables.
En el corto plazo las decisiones de las autoridades mexicanas deberán enfocarse en controlar los efectos de la incertidumbre que genere el plan de los primeros 100 días que ha propuesto el presidente electo de los Estados Unidos.
En términos prácticos, el corto plazo acabará en el momento en que el rumbo de la política americana y el ritmo de implementación de las propuestas de Trump sean medianamente predecibles y/o se defina su viabilidad legal, presupuestal y política.
La clave está en esperar a identificar las señales que ayuden a dar certidumbre sobre el rumbo de la política pública estadounidense: la composición del gabinete, el proceso de implementación de cambios de dirección en temas de cambio climático, seguridad nacional, reducción de impuestos o modificaciones al Obamacare.
Si los planes de Trump se materializan los resultados pueden ser devastadores. Si únicamente son propuestas sin posibilidades de avanzar, de cualquier manera la falta de certeza afectará muchas esferas económicas y sociales en el mundo y en nuestro país. México debe administrar esta incertidumbre, esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor.