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OPINIÓN: ¿Cómo los líderes tecnológicos pueden fijar su ley ante Trump?

Es cierto que los ejecutivos de la industria tecnológica tienen derecho a estar enojados con el presidente electo de EU, pero su reunión esta semana fue una oportunidad para ponerle límites.
vie 16 diciembre 2016 07:00 AM
De alto nivel
De alto nivel El CEO de Apple Tim Cook, la directora operativa de Facebook Sheryl Sandberg, Jeff Bezos de Amazon, Larry Page de Alphabet y Satya Nadella de Microsoft, se reunieron con Trump. (Foto: SHANNON STAPLETON/REUTERS)

Nota del editor: Kara Alaimo es profesora asistente de relaciones públicas en la Universidad de Hofstra y autora de Pitch, Tweet, or Engage on the Street: How to Practice Global Public Relations and Strategic Communication. Fue portavoz de asuntos internacionales en el Departamento del Tesoro estadounidense durante la administración de Obama. Síguela en Twitter @karaalaimo. Las opiniones en esta columna expresadas son exclusivamente de su autor.

(CNN) — En un artículo muy leído esta semana, Kara Swisher, del sitio de noticias Recode, afirmó que los directivos del sector tecnológico que se reunirían el miércoles con Donald Trump - entre ellos el CEO de Apple Tim Cook, la directora operativa de Facebook Sheryl Sandberg, Jeff Bezos de Amazon, Larry Page de Alphabet y Satya Nadella de Microsoft - "deberían avergonzarse por alinearse como borregos" luego de que el presidente electo los convocara.

Se equivoca.

Es cierto, los ejecutivos de la industria tecnológica tienen derecho a estar enojados. Trump hizo mal uso de los medios sociales durante la campaña presidencial para mentir al pueblo estadounidense e intimidar a sus oponentes. Su campaña también se vio favorecida por los ciberataques a cuentas de correo electrónico de los operativos demócratas.

Pero desairarlo o negarse a hablar con él habría sido infantil y contraproducente. En cambio, los líderes tecnológicos harían bien en enfrentarse a Trump.

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Aunque supuestamente el objetivo de Trump era discutir la creación de empleo, ellos habrían llevado su propia agenda, una en la que unieran fuerzas. Lo ideal habría sido incluir lo siguiente:

1. Facebook debería asociarse con Politifact, el sitio web ganador del premio Pulitzer, para comenzar a verificar todas las declaraciones que Trump, sus secretarios de gabinete y sus principales ayudantes en la Casa Blanca publican en la plataforma.

Esto es particularmente necesario porque, de acuerdo con Politifact, hasta la fecha solo el 14% de las declaraciones de Trump son ciertas. El pueblo estadounidense no podrá participar en nuestra democracia si no sabemos la verdad sobre lo que pasa.

Como lo dijo James Madison, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, el “derecho de examinar libremente figuras y medidas públicas y de informar libremente al pueblo de ello… es un derecho que con toda justicia ha sido considerado el único guardián efectivo de todos los demás derechos”.

Así que cada vez que los altos funcionarios de la administración de Trump publiquen en Facebook, el equipo de Politifact -fortificado con nuevo financiamiento de la red social- se pondría a trabajar. Tan pronto determinaran en qué categoría entra una declaración en la puntuación de Politifact -verdadera, mayormente verdadera, en parte verdadera, mayormente falsa, falsa, o "falsa a rabiar" (pants on fire en su jerga)- pondrían un icono junto al post de Facebook, así como un enlace a una explicación más larga.

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Idealmente, Sandberg habría estado en posición de notificar a Trump de dicha iniciativa el miércoles. Mejor aún, habría podido notificar a Trump en nombre de Twitter -cuyo CEO extraña y señaladamente no fue invitado a la reunión- de que ellos estarían haciendo lo mismo.

2. Los CEO debieron prometer públicamente que nunca compartirán voluntariamente datos de usuario con él y nunca construirán, o contratarán a alguien que trabaje en, un registro de musulmanes o inmigrantes ilegales.

El asesor de transición de Trump, Peter Thiel, que ayudó a convocar la reunión del miércoles, es cofundador de Palantir, la empresa de “big data” que ya tiene un contrato para una base de datos que podría ayudar a la administración Trump a tomar medidas contra estos grupos. La cercanía de Thiel y Trump ha detonado temores de que amplíe tales acuerdos.

Muchos ingenieros de tecnología ya han firmado una promesa de nunca trabajar en un registro de musulmanes. Pero para los indecisos, saber que hacerlo les cerrará futuras oportunidades de empleo en algunas de las firmas más atractivas de Silicon Valley acaso les mueva a tomar más fácilmente la decisión de declinar tales tareas en Palantir.

Cook también debería reiterar que Apple no ayudará a los agentes federales a descifrar comunicaciones encriptadas. Esas peticiones podrían ser usadas para atacar a los críticos de Trump, quien tiene un historial de arremeter contra sus detractores.

3. Page de Google y Nadella de Microsoft deben planificar la implementación de nuevas medidas de seguridad para proteger las cuentas individuales de correo electrónico, y comunicarle a Trump dicho plan. Esto es necesario porque Rusia hackeó la cuenta de Gmail del jefe de campaña de Clinton John Podesta, los servidores de correo electrónico del Comité Nacional Demócrata y Republicano, y las direcciones de correo electrónico vinculadas al Comité Nacional Republicano. Más recientemente, un gobierno extranjero ha estado atacando las cuentas de Google de periodistas y profesores liberales, incluida la mía.

No hay evidencia de que Trump estuviera implicado en los ataques, si bien pidió públicamente al Kremlin que hackeara el correo electrónico de Clinton. Pero él ciertamente se benefició de esos ataques, pues los hackers filtraron solamente los correos electrónicos de los demócratas.

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Los directivos tecnológicos deben hacer saber a Trump (que ya ha dicho que planea ser presidente por ocho años) que no contará con este tipo de ayuda cuando se lance para la reelección.

4. Facebook debería bloquear los sitios de noticias falsas, y comunicárselo a Trump.

Lee: Facebook anuncia su estrategia para combatir noticias falsas

Craig Silverman de Buzzfeed determinó que la influencia de las noticias falsas fue tan grande en la elección que, hacia el final de la campaña, las 20 noticias falsas que más se difundieron (según las veces compartidas, las reacciones y los comentarios) superaron a las 20 principales noticias legítimas. Diecisiete de las 20 historias falsas favorecieron a Trump, como las que afirmaban que fue apoyado por el papa y aquel titular que rezaba "Agente del FBI sospechoso de filtrar los correos de Hillary es encontrado muerto en un departamento en un homicidio-suicidio".

Trump debe saber que en adelante los usuarios de redes sociales lo juzgarán basándose en los hechos.

5. Por último, Sandberg debería advertirle a Trump que las normas comunitarias de Facebook prohibirán las expresiones de odio, incluido contenido que "ataque directamente" a personas por razón de su religión, origen étnico, discapacidad, orientación sexual u otras características.

Esto es necesario porque, durante la campaña presidencial, Trump pidió prohibir la entrada a musulmanes, llamó a los mexicanos violadores y criminales, y se burló de un periodista que tenía una discapacidad. Sus partidarios han buscado que sus comentarios resuenen en las redes sociales.

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Sandberg debería informar a Trump que, de acuerdo con las reglas de la red social, "Facebook no admite organizaciones ni personas dedicadas a promover el odio hacia estos grupos protegidos en su plataforma", y que Trump y sus seguidores correrían el riesgo de perder sus cuentas si participan en tales ataques en la red social.

Sandberg también debería decirle a Trump que ella no le permitirá singularizar a estadounidenses comunes para ser atacados en Facebook, como el universitario de 18 años acosado en Twitter que luego recibió amenazas de violación y muerte.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Debido a que este tipo de amenazas cibernéticas son casi siempre lanzadas por hombres contra mujeres, la profesora de derecho de la Universidad de Maryland Danielle Citron dice que pueden considerarse crímenes de odio. Y aunque para Trump puede estar bien discutir con personas que han elegido activamente la vida pública, Sandberg debe hacerle saber que sus futuros intentos de ciber-avergonzar a ciudadanos individuales serán eliminados de la plataforma.

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