OPINIÓN: ¿Cuál es el primer paso para conocer un producto de inversión?

Nota del editor: Alberto Herrera Gómez es director de Producto de GBMfondos, empresa a la que llegó en 2009. Es Licenciado en Economía por parte del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y cuenta con estudios de posgrado en Finanzas en la Universidad de California, Berkeley. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.

(Expansión) – La más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, elaborada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela que el 68% de los adultos en nuestro país con acceso a los servicios bancarios tiene al menos un producto financiero.

Sin embargo, dos de cada tres personas no comparan estos productos o servicios antes de adquirirlos. Es decir, la propia encuesta ilustra que se observa un amplio desconocimiento de las características de los productos y servicios financieros entre los usuarios.

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Es de tal forma, lo primordial para todo individuo, que considera cualquier producto de inversión como una alternativa con mayor potencial de rentabilidad en el tiempo con respecto a los productos tradicionales de ahorro, es entender cómo este tipo de productos funcionan y satisfacen requerimientos en el tiempo, por muy personalizados que estos sean.

Derivado de lo anterior, el primer paso para conocer un producto de inversión es entender su estructura de costos; así como la consistencia de su desempeño durante periodos muy amplios.

En el caso de las inversiones en productos tradicionales, como certificados de depósito (CEDE), depósitos a plazo fijo y cuentas de inversión o ahorro, es la Ganancia Anual Total, mejor conocida como GAT.

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Esta métrica nos permite comparar los rendimientos antes de impuestos- que ofrecen las distintas opciones de inversión previamente mencionadas-menos los costos relacionados con la operación, como son las comisiones y que tienen un impacto en el tiempo sobre nuestro rendimiento.

Así es importante comenzar a evaluar la inversión de este tipo de productos por su GAT más que por el rendimiento en términos brutos que aparece en ventanilla de alguna sucursal o en medios publicitarios.

Cabe señalar que el GAT asume que los intereses ganados se reinvertirán en un año y que no se realizará ningún retiro de dinero, así como existe su versión donde al rendimiento se le descuenta la inflación, es decir, el GAT real.

nullPor su parte, para los productos de inversión que estadísticamente han proporcionado retornos en términos reales superiores a los instrumentos tradicionales en nuestro país, como son los fondos de inversión con activos administrados por $2 billones de pesos y favorecidos por la diversificación mediante la exposición a diferentes valores e instrumentos en los distintos mercados en los que participan, su estructura de costos es determinada principalmente por gastos de administración, operación y distribución.

Se destaca que estos son ya considerados en el precio de cotización pública del propio fondo, por lo cual, su retorno es presentado en términos netos de este tipo de costos e impuestos.

Cabe señalar que en el caso de comisiones de compra-venta, los fondos de inversión en instrumentos de deuda no generan ningún gasto, así como en la mayoría de los fondos que invierten en acciones conocidos de renta variable.

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Las ventajas de los fondos no terminan ahí. Para los inversionistas que mantienen acciones en directo y se encuentran sujetos en materia fiscal al impuesto de 10% a las ganancias que se obtengan por la enajenación de acciones, los fondos de renta variable -que también están sujetos a dicho impuesto- permiten un manejo más eficiente que la inversión en directo, debido al hecho de poder realizar las ganancias en las acciones que conforman la estrategia del fondo sin registrarse ese 10%, solo hasta que se tome la ganancia de capital del fondo en lo general.

Es una realidad que los mercados registran resultados impredecibles y los costos siempre están presentes e influyen a los rendimientos de la inversión. Sin embargo, la buena noticia es que podemos tener un mayor margen de control sobre los costos que sobre los mercados y con esto mejorar nuestros resultados.

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