OPINIÓN: Trump está destruyendo la confianza de los aliados de EU

La noticia de que el presidente compartió información secreta con Rusia alarmará a los servicios de inteligencia de los aliados extranjeros que ya están nerviosos por sus actos impulsivos.

Nota del editor: Jen Psaki es analista política de CNN y miembro numerario temporal del Instituto de Políticas y Servicio Público de la Universidad de Georgetown. Fue directora de comunicaciones de la Casa Blanca y portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos durante la presidencia de Obama y consultora de Planned Parenthood Federation of America. Síguela en Twitter como @jrpsaki. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) — El lunes 15 de mayo, cuando a través de los

de los diarios estadounidenses The Washington Post y más tarde del New York Times se dio a conocer que Donald
sumamente confidencial con el ministro del Exterior de Rusia durante su visita al despacho oval a principios de mayo, la onda expansiva se dejó sentir más allá de Washington.

Mientras Washington reanuda actividades el martes, los líderes de las capitales de Medio Oriente y Europa (y otros países del mundo) podrían llevar horas reevaluando la relación de sus servicios de inteligencia con Estados Unidos. Y con justa razón.

Dos exfuncionarios que están al tanto de la situación

a CNN que los puntos principales del artículo del Post son correctos y que si esto es cierto, Donald Trump no solo violó protocolos de inteligencia, sino que es probable que ponga en riesgo la vida de los miembros de los servicios de inteligencia que trabajan en un país aliado. La gente arriesga la vida para adquirir la clase de información que se dice que Donald Trump compartió.

Es muy impresionante. Aparentemente no se puede confiar en que el hombre que despacha en la Casa Blanca y que tiene acceso a información ilimitada no solo de Estados Unidos, sino de los países que conforman la alianza de inteligencia (Australia, Canadá, Nueva Zelandia y Reino Unido), se guarde esta información para sí.

Tal vez el desdén que Trump siente por la contribución de los aliados de Estados Unidos, los años que se han dedicado a desarrollar fuentes y el tiempo que se ha dedicado a fortalecer la confianza de los aliados no sorprenda a quienes estudian de cerca la

con los de su país.

Aun antes de que se diera a conocer la noticia el lunes, se podía sentir el nerviosismo en el extranjero. Incluso durante la transición, los funcionarios extranjeros

sobre la posibilidad de que Trump compartiera información con adversarios como Rusia e Irán. La incomodidad que causa la cercanía de Trump con los rusos ha crecido conforme avanzan las sobre las acusaciones de colusión.

En el mejor de los casos, si compartió información confidencial, Donald Trump estaba canalizando

con la intención de obtener la aprobación y ganar puntos a ojos del acosador más encantador, Sergei Lavrov (y por extensión, su jefe, Vladimir Putin).

En el peor de los casos, dio conscientemente información al ministro del Exterior de un país que pudo haber ayudado a arreglar las elecciones en Estados Unidos para beneficiarlo. Hasta ahora, los reportes indican que ocurrió lo segundo… pero aún hay más respecto a esta historia, por decir lo menos.

Si los socios y aliados de Estados Unidos dejan de compartir información de inteligencia, el país no tendrá acceso a la información de la que depende para mantener a salvo a sus ciudadanos en el extranjero. La restauración de la clase de confianza que permitió que Estados Unidos creara alianzas para compartir información en todo el mundo, en presidencias tanto demócratas como republicanas, podría tomar años.

El impacto potencialmente devastador de estas revelaciones hace que el lío de que se permitiera el acceso a la prensa estatal rusa a la reunión entre Trump y Lavrov y que la prensa estadounidense

parezca curioso, por decirlo de alguna manera.