OPINIÓN: Por qué el empujón de Trump a un primer ministro complació a Putin

En vez de que los aliados de la OTAN sintieran confianza en su compromiso incondicional con la organización, se sintieron censurados.

Nota del editor: Frida Ghitis escribe sobre asuntos internacionales para el diario estadounidense The Miami Herald y fue productora y corresponsal de CNN. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) — El lenguaje corporal de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, durante su visita a Bruselas el jueves 25 de mayo, fue casi tan sutil como el del político estadounidense que

a un reportero.

Para los principales aliados de Estados Unidos, que se dieron cita en una cumbre de la OTAN, los actos y las palabras del nuevo presidente de Estados Unidos fueron evidentemente preocupantes. Para Vladimir Putin, quien seguramente estuvo muy atento desde Moscú, el día estuvo lleno de imágenes agradables y discursos satisfactorios.

El momento que resumió mejor el día de Trump ocurrió después de los discursos, cuando los líderes de la OTAN hacían un recorrido por las nuevas oficinas centrales de la alianza. Trump se quedó rezagado del grupo, pero se las arregló para abrirse paso y

para colocarse al frente.

No insinuaré que Trump eligió deliberadamente al primer ministro Dusko Markovic para quitarlo de su camino, pero el incidente no pudo haber sido una metáfora mejor.

Esta fue la primera vez que Montenegro y Markovic asisten a una cumbre de la OTAN. El pequeño país balcánico acaba de entrar en la alianza, para disgusto del gobierno ruso.

¿Qué tanto les disgusta? Las autoridades montenegrinas informaron que habían

un complot que contaba con el respaldo de Rusia para matar al predecesor de Markovic con la intención de evitar que Montenegro se incorporara a la OTAN. Han arrestado a 14 personas, entre ellas dos rusos. Rusia niega tener algo que ver.

Según los fiscales, el complot consistía en implementar un gobierno leal a Rusia que se opusiera a los esfuerzos de Montenegro por acercarse a Occidente y a la OTAN. El complot fracasó y ahora, Montenegro es el 29º miembro de la OTAN.

Jalar al líder de Montenegro y abrirse paso agresivamente para llegar al frente fue solo uno de los extraños desplantes de Trump en Bruselas. Ejecutó su clásico

con el presidente de Francia, Emmanuel Macron y añadió un capítulo más a la extraña historia de los saludos entre machos alfa. El lenguaje corporal fue lo menos importante.

nullLa parte de la visita de Trump que debe haber complacido realmente a Putin fue su discurso.

Normalmente, una cumbre de la OTAN es una oportunidad para reforzar los lazos y los compromisos entre los miembros de la alianza que ha mantenido a salvo a Estados Unidos y a gran parte del mundo occidental desde la Segunda Guerra Mundial.

Esta cumbre se lleva a cabo cuando la alianza está bajo presión. Rusia ha estado expandiendo sus fronteras, capturando y anexionando territorios de un país vecino e

. Además, el gobierno ruso está con elecciones en Europa y Estados Unidos. Pero sobre todo, Putin está tratando de dividir a la OTAN para debilitarla.

Trump debió haber dado confianza a los aliados de Estados Unidos en que su compromiso con la OTAN sigue siendo total. Los aliados querían que Trump dijera que está incondicionalmente a favor del Artículo 5 de la OTAN, principio que establece que cuando uno de los miembros está bajo ataque, los demás miembros saldrán en su defensa. El Artículo 5

solamente una vez en la historia de la OTAN, después del 11-S.

Pero no, Trump no mencionó el Artículo 5. Frente a un monumento en honor a las víctimas del 11-S, Trump dio un

, regañó a los aliados de Estados Unidos y les dijo que deberían gastar más en defensa, tema que se ha abordado en el foro adecuado y de resolución.

En este discurso de miras estrechas hubo más halagos para el rey de Arabia Saudita (quien prodigó montones de cumplidos al presidente de Estados Unidos, con éxito) que para la alianza atlántica y los principios y valores que mantienen unidos a Estados Unidos y a sus aliados.

Trump incluso encontró tiempo para hacer un chiste incómodo sobre el costo de las nuevas oficinas de la OTAN.

El evento seguramente fue todo un éxito en Moscú. Sin embargo, las inquietudes crecen en Bruselas. Después de reunirse con Trump, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk,

: "No estoy cien por ciento seguro de que podamos decir… que tenemos una postura en común, una opinión en común respecto a Rusia".

De pie frente a un viejo segmento del muro de Berlín, la canciller de Alemania, Angela Merkel, asumió la responsabilidad de

que "no son los muros los que tendrán éxito, sino las sociedades abiertas que se levantan sobre valores en común". Es probable que Trump haya escuchado la palabra "muro", pero nada más.