OPINIÓN: Preguntas importantes para el inversionista
Nota del editor: Iván Barona González estudió Administración y Finanzas en la Universidad Panamericana. Comenzó su carrera en GBM Grupo Bursátil Mexicano en 2004 como analista de vivienda y luego se enfocó en la cobertura del sector de infraestructura. Desde 2012 ocupa el cargo de Director de GBMhomebroker. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — La inercia pareciera adueñarse de muchas decisiones de nuestro día a día, se suele generalizar que lo que funciona para unos debería funcionar para todos, y en ocasiones resulta. Lo cierto es que decisiones trascendentales deberían tomarse voluntaria y conscientemente, y una vez convencidos podemos apasionarnos de un proyecto y participar activamente en la mejora de los resultados.
Es por eso que, en temas de ahorro, patrimonio e inversión, con la finalidad de obtener mayor compromiso, mejores resultados y visibilidad en los alcances, uno debiera ser capaz de responder sencillas preguntas como el: ¿Qué?, ¿Cómo? y ¿Por qué?
OPINIÓN: ¿Cuál es el primer paso para conocer un producto de inversión?
¿Qué? Voy a comenzar a invertir para generar patrimonio a mediano y largo plazo.
¿Cómo? Abriré un contrato con una institución donde pueda ejecutar una estrategia de inversión.
¿Por qué? Porque quiero garantizar un futuro para mi familia, con educación y oportunidades para mis hijas, a la vez que pueda disfrutar “plenamente” en mi retiro.
El “qué” queda establecido desde un principio, destinaré una parte de mis ingresos, preferentemente superavitaria (es decir percibo más de lo que gasto), para conformar un patrimonio creciente.
Para definir de manera el “cómo” necesitamos tener claro el “por qué” y de esa manera desarrollar una estrategia ideal. Queda claro que en este ejemplo el “por qué” tiene diferentes componentes, así como horizontes de tiempo. A medida que uno traza en su mente el plan a seguir, uno podrá enfocar los medios para alcanzarlo.
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Ahora bien, definidos los distintos horizontes de inversión que componen nuestro objetivo, podemos poner manos a la obra. Estando 100% conscientes de nuestras capacidades y fortalezas, debemos buscar la manera que más se adecúe para el diseño y ejecución del mismo.
Si soy disciplinado, y cuento con las tablas y tiempo para gestionarlo, podría abrir un contrato con un broker, periódicamente hacer aportaciones y manejar mi inversión de manera activa, buscando aprovechar oportunidades de mercado y diversificando en instrumentos desde acciones, ETFs, fondos de inversión, etc.
Si no cuento con los conocimientos necesarios, hoy en día existen diversas opciones en el mercado que simplifican la ejecución de estrategias, diversificadas y manejadas por profesionales, que buscarán apoyarte en el logro de tus metas, acoplándose a tus necesidades, perfil de inversionista y horizonte. Te recomiendo te apoyes en instituciones reguladas.
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Es importante mantener en mente la meta para evitar tentaciones que nos desvíen de ésta de manera consistente. La magia del interés compuesto, que jugará un rol esencial en nuestros objetivos, tiene un efecto contrario similar en nuestras inconsistencias.
Supongamos que una inversión crece a una tasa anual compuesta de 10%, dicha inversión podría duplicar su valor en un lapso de aproximadamente 7 años. Ahora bien, si de nuestro objetivo “tomáramos prestado” 1,000 pesos en el año 3, reponerlo en el año 10 nos costaría 2,000 pesos. A medida que la tasa de crecimiento sea mayor, el “costo de oportunidad” será mayor.
Como en cualquier proyecto, es necesario revisar la efectividad del modelo a seguir, evaluar resultados, y de ser necesario ajustar la estrategia, lo que permanece constante es el objetivo. Ese “por qué” es el que evidencia que el mundo de las inversiones es uno de los tantos caminos para lograr un fin.
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