OPINIÓN: Trump ataca a Obama y Obama pone la otra mejilla, ¿qué está pasando?
Nota del editor: Jay Parini es poeta y novelista; da clases en el Middlebury College en Vermont, Estados Unidos. Su libro más reciente es New and Collected Poems, 1975-2015. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) — El contraste no podría ser más radical: un Donald Trump estridente, insistente y antiintelectual en la presidencia contra un expresidente Barack Obama mesurado, filosófico, que tiende a retroceder. La diferencia ha llamado más la atención en días recientes porque Trump ha roto una y otra vez la tradición de abstenerse de faltarle al respeto a su predecesor.
nullDe hecho, Trump se ha tomado muchas molestias para atacar a Obama; hace poco, dio un giro ilógico al atacar a Obama por su falta de reacción ante la interferencia rusa en las elecciones de 2016: "¡Obama no hizo NADA!", tuiteó Trump . Luego, ¡acusó a Obama de estar coludido con los rusos!
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Para estas alturas, el mundo ya conoce esta estrategia de Trump: hace negocios poco escrupulosos , así que le pone a Hillary Clinton el mote de "Hillary la torcida". Miente , así que llama "Ted el mentiroso" a Ted Cruz.
Y así hay muchos ejemplos. Si alguien denuncia algún error, Trump le hace la misma acusación en la cara y, lo más sorprendente de todo, es que funciona. O funciona con los simpatizantes de Trump, a quienes parece no importarles que destruya su sistema de salud pública, que permita que las fábricas contaminen el agua que beben o que hace enormes condonaciones fiscales a los ricos a los que tanto admiran. ESTO es hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande.
La verdad es que Obama encaró directamente a Putin por haber interferido en el sistema político estadounidense e implementó sanciones, aunque está claro que no hizo lo suficiente. "Siento que de alguna forma nos pasmamos", dijo un antiguo colega de Obama, según un artículo que publicó el diario The Washington Post .
Esto está muy mal porque los rusos se salieron con la suya con el crimen del siglo y es posible que hayan hecho fracasar a Clinton, quien criticaba duramente a Rusia.
nullHoy tenemos un presidente incompetente que (por razones que tal vez descubramos pronto) aparentemente no está dispuesto a oponerse al régimen ruso.
Las reacciones débiles de Obama ante los ataques de Trump han sido preocupantes. No sé por qué simplemente no dio a conocer los archivos sobre Putin y dijo: "Dios mío, ¡miren lo que los rusos están tratando de hacer! ¡Levanten la guardia!".
No puede haber una razón lógica para no advertir a la gente de Estados Unidos que se cometerá un ataque contra su derecho más atesorado: el derecho a votar.
Tampoco me gusta la reacción de Obama ante Trumpcare. Sus palabras fueron lo suficientemente duras: "La propuesta de ley del Senado, que se dio a conocer hoy, no es una propuesta de ley de servicios de salud", escribió en Facebook, con lo que arremetió contra la ley con la que se pretende abrogar y reemplazar la Ley de cuidado de salud asequible.
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Dijo que la propuesta republicana "es una enorme transferencia de la riqueza de la clase media y las familias pobres hacia la gente más rica de Estados Unidos". Esto es exactamente lo que debió haber dicho, pero ¿por qué solo lo dice en una publicación de Facebook y no se lo dice a la prensa o en algún discurso?
Una y otra vez, Trump ataca a Obama y Obama pone la otra mejilla. ¿Qué está pasando aquí?
Hay una vieja tradición cristiana de poner la otra mejilla y suele ser la mejor reacción ante el abuso. Pero hay que recordar que Jesús también volteó las mesas de los mercaderes y los cambistas en el templo de Herodes en Jerusalén. Los acusó de transformar el sitio más sagrado del judaísmo en "una cueva de ladrones" (Marcos 11:17). Me pregunto si aquí la analogía con Trump y sus compinches no es más adecuada de lo que pensamos.
Un amigo mío insinuó hace poco que Obama es quietista en el fondo. El quietismo es una tradición mística que consiste en "acallar" la mente consciente, en replegarse hacia las capas más profundas del ser e incluso en la aniquilación propia.
El quietismo político consiste en alejarse de las actividades del mundo para centrarse en la verdad religiosa, condena el engrandecimiento propio y la búsqueda del poder por el poder en sí. Rechaza la búsqueda de la riqueza.
Sin embargo, parece que el quietismo está mal encaminado en este contexto. La vida política es en donde creamos una comunidad. ¿Qué es el gobierno sino nuestra comunidad hecha visible? Si queremos crear una comunidad que se enorgullezca de cómo cuida a sus miembros, que promueva valores correctos como la humildad, la tolerancia y el deseo de compartir, no tenemos más opción que alzar la voz, declarar nuestra voluntad y defender nuestros valores.
Obama tiene que encontrar su voz ahora, como se rehusó a hacerlo cuando estaba en el despacho oval, tal vez por temor al inmenso poder del púlpito del abusador. Pero ahora hay un auténtico abusador en el púlpito y Obama, al igual que todos, no tiene más opción que alzar la voz… y actuar.
Espero que Obama, después de haber sido presidente, dé un paso valiente al frente y diga lo que le parece correcto. Y tiene que hacerlo en los foros más públicos. Lo exhortaría a alzar la voz, no indirectamente en Facebook, sino a que se manifieste más públicamente y sin reservas, que revele sus ideas, sus pasiones. Tal vez aquí haya algún defecto fatal, desde luego, que le impida hablar a voz en cuello. Pero espero que no sea así.
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