OPINIÓN: El silencioso colapso de los bonos estadounidenses
Nota del editor: Roberto A. Ruarte es asesor en mercados financieros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) — Desde estas columnas hemos advertido la peligrosa espiral en la que ha entrado el mercado estadounidense, luego de lo observado al comienzo de 2018 con una reflación generalizada de récords tras récords en Wall Street, subidas del petróleo, subidas del oro, subidas de Brasil; el mundo parece haber entrado en una fiesta generalizada en desmedro del dólar y de los bonos estadounidenses que están siendo los grandes perdedores de los últimos tiempos.
Cuando iba a la universidad, mi profesor de finanzas recalcaba que un bono triple A es más seguro que una acción, que la acción paga pocos dividendos, y su ganancia era potencial y que dependía de su valoración; el bono paga una renta y si el pagador era solvente obviamente el bono era un instrumento más conservador y menos arriesgado que una acción.
Las personas de dinero tienen básicamente tres componentes en su ahorro: real state, propiedades, que son menos líquidas que los activos financieros; y básicamente bonos y acciones, que en épocas inflacionarias, pueden tener oro, pero consideramos al oro básicamente costo de oportunidad contra la moneda que elegimos.
Es decir, de 100 dólares que tengo puedo tener 20 dólares en propiedades y en general la composición de los 80 restantes, suelen ser 70 dólares en bonos de diferente tasa, y 10 dólares en acciones. En momentos de desconfianza se cambia esta composición a tener masivamente bonos, casi nada de acciones, y lo menos, en real state, como sucedió en el 2008 y 2009.
En el día de hoy estamos en las antípodas de esta situación de ocho años atrás, de 100 dólares, la gente toma real state que está subiendo fuerte 30 o 40%, los bonos los reduce a 20 o 30% y coloca en acciones o renta variable el restante 50 o 30%, según el caso, es decir, se vuelca más al instrumento de riesgo apostando que ganancias pasadas como las de 2017 se repitan en 2018.
Lee: China quiere desacelerar o detener la compra de bonos en EU
Algunos podrán estar en desacuerdo con esta composición y dirán yo tengo más bonos en mi portafolio, pero tendrán bonos de baja calificación y alto rendimiento. El spread entre un bono basura y el bono de EU está en valores mínimos de años; con confianza, el inversor pide poco spread entre un bono triple A y otro que no llega a una calificación de inversión.
Alan Greenspan, el célebre chairman de la FED, viene advirtiendo su temor por la situación y burbuja de los bonos. Es bueno remarcar que desde el año pasado, los bonos de 10 y de 30 años han reventado su burbuja y vienen perdiendo un 20% o más de su valor, y que la tasa del bono de referencia de 10 años que estaba en 1.33 ha subido a niveles cercanos a 2.7% en los últimos días.
Lee: El mercado de bonos en EU y el fin del 'rally' accionario
Esto hace que cada vez más inversores vendan bonos seguros de baja rentabilidad que van cayendo, y comprando acciones o bonos de baja calificación de alta renta, entrando sin dudas en un grado de euforia. No solo Greenspan ha advertido de este tema, el CEO de PIMCO, uno de los más importantes jugadores en bonos ha advertido también de su temor por el mercado de bonos.
Cuando uno vende algo seguro para comprar algo que viene rindiendo muy bien, es una actitud de confianza; en vez de volar a la calidad que se llama cuando uno ve riesgo, esta saliendo de una alta calidad con bajo rendimiento a baja calidad con alto rendimiento, y ese comportamiento refleja confianza y cuando se acelera se torna en euforia.
Debemos revisar lo que sucedió en las otras oportunidades en que subió la tasa de interés que los inversores le exigen al gobierno estadounidense. ¿Qué pasó en 1986-1987 cuando subió la tasa de 10 y de 30 años? En el segundo semestre de 1987 tuvimos una caída de 40% focalizado en tres días en la Bolsa de EU; en 1993-1994 subió la tasa y tuvimos el efecto tequila (caída de México); el alza de 1996-1997 generó el efecto arroz y el efecto vodka (emergentes asiáticos y Rusia); con la subida de 1998-1999 tuvimos el techo del 2000 y la caída del 80% de las tecnológicas; la subida de 2005-2007 generó el efecto de Lehman y caída de Wall Street.
La subida de 2010-2011, la caída de Europa, y ahora la que estamos protagonizando, que en términos porcentuales es la más importante en tasa, ya llevamos casi un 100% de subida de la de 10 años, seguramente producirá un nuevo terremoto de la misma o mayor envergadura que las nombradas, y el epicentro puede ser Wall Street.
Por lo tanto, esta subida en la tasa es una seria amenaza para la burbuja de Wall Street cuya subida ya es la más importante de la historia desde 2009; es mejor perder una oportunidad que dinero, aislarse de la euforia y como dijo el gran integrante de la familia Rothschild cuando le preguntaron cuál era el secreto de su salud financiera, que siempre vendía demasiado temprano las tendencias alcistas de la Bolsa, ¿será así y en 2018 se romperá la burbuja?
Las caídas suelen ser mucho más rápidas y volátiles que las subidas, el 2018 promete romper la baja volatilidad eso creemos.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión