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OPINIÓN: ¿Qué son los bonos catastróficos?

México es país de vanguardia en el desarrollo de medidas financieras que mitigan el impacto financiero de catástrofes como terremotos y huracanes, señala Carlos Arocha.
mié 28 febrero 2018 07:00 AM
Reconstrucción
Reconstrucción de la CDMX Las catástrofes naturales no pueden evitarse, pero la innovación financiera permite por lo menos mitigar las consecuencias económicas, aseguran expertos. (Foto: YURI CORTEZ/AFP)

Nota del editor: Carlos Arocha es actuario consultor y director general de Arocha & Associates con sede en Zúrich, Suiza, puedes escribirle a su correo info@arochaandassociates.ch. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(Expansión) – El más reciente de los sismos experimentados por la población mexicana nos transporta a septiembre de 2017: nos trajo a la mente el del jueves 7, que con magnitud 8.1 afectó a 11,000 viviendas en el estado de Oaxaca, o el del martes 19, que con magnitud 7.1 causó el colapso de 52 edificios en la Ciudad de México y dañó la estructura de otros 500.

Nuestro país se privilegia de contar con un territorio actual de casi dos millones de kilómetros cuadrados (el no. 13 del mundo) pero su geografía lo expone a terremotos, huracanes y en general, a desastres hidrometeorológicos como inundaciones y granizos. Es evidente que el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales requieren medidas preventivas y de socorro cuando ocurren estos eventos.

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México es país de vanguardia en el desarrollo de medidas financieras que mitigan el impacto financiero de dichas catástrofes. Así, desde principios de este siglo el Gobierno de la República instituyó el Fonden (Fondo de desastres naturales) o el Fopreden (Fondo para la prevención de desastres naturales), con actores como la Secretarías de Gobernación y la de Hacienda y Crédito Público, y la participación de organismos internacionales como el Banco Mundial y hasta el Ministerio de Asuntos Económicos de la Confederación Suiza.

nullUno de los mecanismos financieros utilizados por los fondos nacionales de reconstrucción es el bono catastrófico. Este tipo de inversiones permite transferir riesgos financieros a los mercados internacionales. Por ejemplo, en 2006 el Fonden realizó su primera transferencia: se colocaron 160 millones de dólares (mdd) a través de un instrumento a tres años de duración en los que el emisor pagaba un cupón periódico si no había catástrofes naturales de ciertas características específicas, y se apropiaba del capital invertido (cesando también el pago de los cupones), en caso de que sucedieran estas catástrofes.

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Paralelamente, el Fonden obtuvo reaseguro internacional por 290 mdd, consiguiendo así una protección total de 450 mdd y convirtiéndose en un caso de estudio emulado por otras entidades. Los fondos obtenidos se destinan a actividades de reconstrucción para evitar rezagos económicos que afecten el desarrollo del país.

De haber contado Haití con un mecanismo similar, no hubiera retrocedido dramáticamente en términos económicos a consecuencia del devastador terremoto del 2010, que con magnitud de 7.0 trajo consigo la destrucción o el daño severo de 30,000 edificios y 250,000 casas, además de la trágica muerte de más de 100,000 haitianos. El fenómeno natural desencadenó una epidemia de cólera, y la economía entró en una fase de aguda recesión.

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Los bonos catastróficos son inherentemente riesgosos, pero otorgan rendimientos atractivos para el público inversor. Por otra parte, el emisor cuenta con una herramienta para tareas de reconstrucción que se precisan con presteza casi inmediatamente después de que ocurre una catástrofe natural.

nullRecientemente el Banco Mundial emitió bonos para el desarrollo sostenible por 1,360 mdd, otorgando así protección a los países miembros de la Alianza del Pacífico y constituyendo la mayor emisión de bonos catastróficos. Se unen a México los demás países de la Alianza: Perú, Colombia y Chile. Aun cuando las características de los instrumentos financieros dependen de la situación particular de cada uno de estos países, todos comparten la misma filosofía.

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La colocación conjunta crea economías de escala importantes, ya que los estudios necesarios para llevar a cabo la emisión son muy especializados y suponen gastos elevados. De esta manera, el Banco Mundial asiste a gobiernos soberanos con el manejo de riesgo ante catástrofes naturales. México cuenta con una exitosa trayectoria en el tema y comparte esta experiencia con otros países de América Latina y del resto del mundo.

Las catástrofes naturales no pueden evitarse, pero la innovación financiera permite por lo menos mitigar las consecuencias económicas.

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