OPINIÓN: Las grandes burbujas que explotaron en la historia
Nota del editor: Roberto A. Ruarte es asesor en mercados financieros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) — El ser humano tiene la propensión de considerar la historia como obvia. Si revisamos las grandes burbujas de la historia, los actuales analistas explicarían con lujo de detalles por qué los inversores enloquecieron en el pasado, y encontrarán los motivos por los cuales terminó la fiesta y dramáticamente cambió la tendencia que provocó la ruina de los inversores.
Sería una experiencia fascinante si existiera una máquina del tiempo, enviar un analista actual a 1637 en plena burbuja de los tulipanes; a 1720 en plena burbuja de Mississippi y de la compañía de Indias del sur; a 1929 en plena euforia en Wall Street; en el año 1989, en plena euforia del Nikkei; en el año 2000 en la fiesta de las tecnológicas.
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Imagínese usted lector, que el analista pudiera ir a advertirles a los eufóricos compradores de la compañía de Mississippi en EU, y la de Indias del sur en Inglaterra, que se aproximaba un colapso de dichas empresas, que perderían el 95-99% de sus inversiones y que tardarían mas de tres generaciones que se recuperaran, en el caso de Inglaterra, el valor de su Bolsa de 1720.
Con los años dorados de 1920, llega la luz, el avión, el auto los electrodomésticos; de 1922 a 1929, la Bolsa de valores de EU atrajo a 3 millones de inversores, siendo RCA la compañía emblemática; el DOW subió exponencialmente. El analista que llegue del futuro conociendo la historia les diría señores, esto es una locura que terminará en un colapso de tres años de un 95% de la Bolsa y una gran depresión económica, así como en la Segunda Guerra Mundial.
Hubieran contestado: "otra guerra imposible, acabamos de salir de una, Europa quedó devastada y EU es el único país confiable para invertir y lo mejor aún está por venir", no le creerían y considerarían un evento de una caída del 95% con depresión y luego una Segunda Guerra Mundial con la probabilidad de una en un millón.
nullMas loco sería trasladarse a los tulipanes, que llegaron a valer dos containers de trigo, o llegar a tener el valor de 200 cerdos, o en su mejor momento como una casa, un tulipán. Alguien de estos tiempos que se trasladara a 1637 y les dijera vendan porque colapsarán un 99% su precio, lo mirarían con desconfianza y nuevamente, como poco conocedor de la euforia que no tenía fin por los bulbos y la belleza de los tulipanes, justificaba eso y mejores precios.
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El Nikkei fue una de las Bolsas que subió meteóricamente entre 1952 y 1989; llegó a ser la Bolsa de mayor capitalización bursátil del mundo, y luego de la caída de 1987 de Wall Street, el mini crash, Tokio tomó un impulso exponencial entre 1988 y 1989. Nuevamente, el viajero del futuro al pasado les diría, "vendan sus acciones, esta Bolsa bajará 21 años, y caerá mas de un 80%". La mayoría nuevamente hubiera dicho que la probabilidad era una en un millón de que pasara y no hubieran tomado los recaudos necesarios.
En la burbuja de las punto com desde 1995 a 2000, Yahoo una acción que valía menos de un dólar fue a niveles cercanos a los 400 dólares; Enron pasó de ser petrolera a un conglomerado que nadie debía dejar de tener en sus portafolios, inclusive las calificadores poco antes del colapso mantenían calificaciones muy seguras para esta acción. Con el descubrimiento del ADN, las compañías biotecnológicas volaban en sus precios, y las IPO (Initial Price Offering), apenas salían duplicaban su valor en cuestión de días.
Nuevamente el viajero de la actualidad al pasado diría, vendan todo, se viene una caída del 80% en el sector tecnológico, esto es una burbuja y explotará en el 2000. Nuevamente hubieran dicho que era imposible que ello ocurriera tan rápido y tan gran caída en tan poco tiempo. Les contaría que Enron quebraría y no le creerían, les contaría que Yahoo caería debajo de dos digitos, les diría que el Nasdaq solo 17 años después recuperaría los 5000 puntos y lo tratarían de pesimista y de loco y realmente la frustración sería enorme.
El viajero del tiempo quería advertir que la euforia de 1637 en tulipanes, la de Indias del sur en 1720, la de 1929 en Wall Street, la de 1989 en el Nikkei, la del 2000 en los punto com, los podría llevar a la ruina a todos ellos y regresaría frustrado, porque los inversores navegan las burbujas sin darse cuenta, y menos aún pueden preveer que las mismas exploten llevándolos a grandes pérdidas.
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