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OPINIÓN: Miles de empresas te espían, no solo Facebook

El capitalismo de la vigilancia es el motor de gran parte de internet. Está detrás de la mayoría de los servicios "gratuitos" y también de muchos de los de paga.
mié 28 marzo 2018 11:07 AM
Aunque Facebook
Aunque Facebook es una de las entidades más grandes de este espacio, hay miles de empresas que nos espían y nos manipulan para ganar dinero. (Foto: nadla/Getty Images/iStockphoto)

Nota del editor: Bruce Schneier es autor del libro Data and Goliath: The Hidden Battles to Collect Your Data and Control Your World. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — Luego del escándalo de Cambridge Analytica, las noticias y los analistas se han centrado en lo que Facebook sabe de nosotros. Resulta que es mucho. Recaba información de nuestras publicaciones, nuestros "me gusta", nuestras fotos, las cosas que tecleamos y borramos sin publicar, las cosas que hacemos cuando no estamos en Facebook e incluso cuando no estamos en línea.

Compra información nuestra a otras entidades. Además, puede inferir otras cosas: nuestra orientación sexual, nuestra ideología política, si tenemos una relación, si consumimos drogas y otros rasgos de personalidad … aunque no hayamos hecho la prueba de personalidad que Cambridge Analytica desarrolló.

Pero por cada artículo sobre la escalofriante conducta acechadora de Facebook, miles de empresas más suspiran aliviadas de que es Facebook la que está bajo la lupa, no ellas. Aunque Facebook es una de las entidades más grandes de este espacio, hay miles de empresas que nos espían y nos manipulan para ganar dinero.

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Shoshana Zuboff, profesora de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard lo llama "capitalismo de la vigilancia". Pese a que Facebook es escalofriante, la industria en general lo es más. Ha existido en secreto por demasiado tiempo y está en manos de los legisladores obligar a estas empresas a salir a la luz para que todos podamos decidir si queremos que la sociedad funcione así y qué hacer al respecto si no.

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En Estados Unidos hay entre 2,500 y 4,000 corredores de información cuyo negocio es comprar y vender nuestros datos personales. El año pasado, Equifax fue noticia porque unos hackers robaron los datos personales —incluidos números de seguro social, fechas de nacimiento, direcciones y números de licencias de conducir— de 150 millones de personas. Es seguro que tú no autorizaste que se recabara ninguno de esos datos. Equifax es uno de esos miles de corredores de datos, de los que seguramente no has oído hablar, que venden tus datos personales —sin tu conocimiento ni tu consentimiento— a quien pague por ellos.

El capitalismo de la vigilancia va un poco más allá. Empresas como Facebook y Google te ofrecen servicios gratuitos a cambio de tus datos. La vigilancia de Google no ha sido noticia, pero es impresionantemente íntima. Nunca les mentimos a los motores de búsqueda. Nuestros intereses y curiosidades, nuestros anhelos y nuestros temores, nuestros deseos y tendencias sexuales se recaban y se guardan. A eso hay que sumarles los sitios web que visitamos y que Google rastrea a través de su red publicitaria, nuestra cuenta de Gmail, nuestros movimientos en Google Maps y lo que recopila a través de nuestros smartphones.

Ese teléfono es probablemente el dispositivo de vigilancia más íntimo que se haya inventado. Registra nuestra ubicación constantemente. Sabe en dónde vivimos, en dónde trabajamos, en dónde pasamos el rato. Es la primera y la última cosa que revisamos en el día, así que sabe a qué hora nos levantamos y a qué hora nos acostamos. Todos tenemos uno, así que sabe con quién dormimos. Uber acaba de usar información de esta clase para detectar aventuras de una noche; tu proveedor de telefonía y cualquier aplicación a la que le permitas conocer tu ubicación saben mucho más.

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El capitalismo de la vigilancia es el motor de gran parte de internet. Está detrás de la mayoría de los servicios "gratuitos" y también de muchos de los de paga. El objetivo es la manipulación psicológica en forma de publicidad personalizada para persuadirte de comprar algo o de hacer algo como votar por un candidato determinado. Aunque la manipulación personalizada del caso de Cambridge Analytica parece abominable, no es tan diferente a lo que todas las empresas quieren, a final de cuentas. Por eso recaban todos tus datos personales y por eso son tan valiosos. Las empresas que los entiendan los pueden usar en tu contra.

nullNada de esto es novedad. La prensa ha informado sobre el capitalismo de la vigilancia desde hace años. En 2015, escribí un libro al respecto . En 2010, el Wall Street Journal publicó una serie galardonada de dos años, con el título de What They Know, sobre cómo se rastrea a la gente tanto en línea como fuera de ella.

El capitalismo de la vigilancia está profundamente arraigado en nuestra sociedad cada vez más computarizada. Si saliera a la luz su verdadero alcance, habría exigencias generalizadas para limitarlo y regularlo. Pero como el sector opera mayormente en secreto y solo se expone ocasionalmente tras una filtración de datos o de un reportaje de investigación, casi siempre ignoramos hasta dónde llega.

Esto podría cambiar pronto. La Unión Europea aprobó en 2016 la Norma General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés). Los detalles de esta ley son demasiado complejos como para explicarlos aquí, pero algunas de sus disposiciones establecen que los datos personales de los ciudadanos de la Unión Europea solo pueden recabarse y guardarse para "propósitos específicos, explícitos y lícitos" y solo con el consentimiento expreso del usuario. El consentimiento no puede estar oculto en los términos y condiciones ni puede suponerse aunque el usuario no haya accedido. Esta ley entrará en vigor en mayo y las empresas de todo el mundo se están preparando para su implementación.

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Como casi todas las empresas del capitalismo de la vigilancia recopilan datos sobre los europeos, esto expondrá como nada al sector. Este es apenas un ejemplo: en preparación para esta ley, PayPal publicó discretamente una lista de más de 600 empresas con las que podría compartir tus datos personales. ¿Qué pasará cuando todas las empresas tengan que publicar esta información y explicar cómo usa tus datos personales? Estamos a punto de descubrirlo.

Tras este escándalo, hasta Mark Zuckerberg dijo que su sector debería regularse, aunque ciertamente no quiere que se implementen los reglamentos integrales que la GDPR llevará a Europa.

nullTiene razón. El capitalismo de la vigilancia ha operado sin límites desde hace demasiado tiempo. A causa de los avances en el análisis de macrodatos y la inteligencia artificial, las aplicaciones del mañana serán aún más aterradoras que las de hoy. La regulación es la única solución.

El primer paso para implementar cualquier regulación es la transparencia. ¿Quién tiene nuestros datos? ¿Son correctos? ¿Qué hacen con ellos? ¿A quiénes se los venden? ¿Cómo los resguardan? ¿Podemos borrarlos? No tengo esperanzas de que el Congreso estadounidense apruebe una ley de protección de datos personales parecida a la GDPR en el futuro cercano, pero no es descabellado exigir leyes que obliguen a estas empresas a ser más transparentes respecto a su proceder.

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Una de las reacciones al escándalo de Cambridge Analytica es que la gente está borrando su cuenta de Facebook. Es difícil hacerlo bien y no sirve de nada respecto a los datos que Facebook recaba sobre la gente que no usa Facebook. Pero es un comienzo. El mercado puede presionar a estas empresas para que nos espíen menos, pero esto solo puede lograrse si obligamos al sector a salir de la clandestinidad.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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