OPINIÓN: Mis 13 lecciones para ser una mamá ejecutiva feliz
Nota del editor: Liliana Mejía Corona es Directora Global de Asuntos Corporativos de Grupo Bimbo y ocupa el lugar 9 en el ranking ' Las 100 mujeres más poderosas 2018' de la Revista Expansión. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(Expansión) –
1. Antes que nada, tienes que decidir ser mamá, ser ejecutiva y ser feliz. Todo debe ser tu decisión, no una circunstancia. Cuando nació mi hijo tuve que aprender a ser mamá, decidiendo qué tipo de mamá quería ser. Lo primero que me dejé claro es que la vida de mi hijo no es la mía ni la mía es la suya, aunque su felicidad y sus logros me hagan inmensa e infinitamente feliz. Para mí quedó claro que a pesar de que soy mamá todos los días, todas las horas, todos los minutos y todos los segundos del año, no es el único rol que tengo ni que quiero. Pero esa fue mi decisión racional… y claro, también soy la única proveedora, así que la decisión fue más fácil.
2. Tienes que entender que esta decisión tiene consecuencias, no llamarle sacrificio ni costo, es parte de la decisión.
3. Tienes que construir tu red de apoyo -en mi casa fueron mi mamá y mis hermanos-. Esta red de apoyo funciona diario, pero especialmente cuando sales de viaje de trabajo o cuando te enfermas; todas las mamás sabemos que cuando nos enfermamos no importa que nadie nos cuide, lo importante es que cuiden a nuestros hijos mientras estamos recuperándonos. Me acuerdo de una vez que mi mamá, super amorosa, nos cuidó a los hijos, a mi hermana que también es ejecutiva, y a mí, para que nos fuéramos un fin de semana a Ixtapan de la Sal a reponer energía -fue un gran regalo-.
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4. Tienes que tener tiempo de calidad con tus hijos, porque está claro que cantidad es imposible. Lo que me ha funcionado muy bien es tratar de salir temprano los viernes, así mi hijo sabe que estoy disponible para él desde esa hora del fin de semana.
5. Tienes que hacer lo posible por ir a todos los festivales del Día de las Madres, de Halloween, de Navidad y clases públicas, pero si faltas alguna vez no pasa nada.
6. Tienes que confiar en que los maestros del colegio saben su trabajo y dejar que lo hagan sin tener que estar encima de ellos.
7. Tienes que conocer los lugares que entregan a domicilio pasteles, piñatas y todo lo relacionado a fiestas infantiles y a cenas o comidas para eventos sociales, que solo necesites mandar Whatsapps para organizar todo -yo tengo a Halina desde que nació mi hijo hace 15 años-.
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8. Tienes que tener amigas con las que puedas reírte, relajarte y tomarte varias copas de vino de vez en cuando y además que estén en un grupo de Whatsapp para que puedas desahogarte y pedir consejos sobre temas cotidianos, sabiendo que tendrás respuesta inmediata.
9. Tienes que tener a alguien que te pinte el pelo en tu casa a las 6:00 de la mañana cuando sea necesario- yo tengo a Benny-.
10. Tienes que saber en dónde hacerte manicure los domingos.
11. Tienes que aprender a disfrutar el tiempo cuando estás sola, sin culpa.
12. Tienes que hacer ejercicio- yo todavía estoy trabajando en eso, pero en alguna época me funcionó dormir con mis leggins y calcetines para poder correr a las 5:00 de la mañana. Cuando sonaba el despertador solo tenía que levantarme sin caer en la tentación de regresarme a la cama a dormir un ratito más. Hoy me subo a la caminadora en mi casa en pijama y tenis, porque en el proceso de ponerme leggins puedo distraerme con los primeros e-mails en el celular y apresurar mi entrada a la regadera.
13. Y de depilación… ni hablamos.
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