¿Habrá electrificación en México?

El CENACE también debe ser el Operador Independiente del Sistema, pues realiza sus funciones bajo los principios de eficiencia, transparencia y objetividad, cumpliendo los criterios de calidad, confiabilidad, continuidad, seguridad y sustentabilidad en la operación, en tanto que la CFE es una empresa más en el mercado que debe mejorar la eficiencia operativa en general.

También el CENACE realiza la operación del Mercado Eléctrico Mayorista en condiciones que promueven la competencia, eficiencia e imparcialidad, mediante la asignación y despacho óptimos de las Centrales Eléctricas para satisfacer la demanda de energía del Sistema Eléctrico Nacional. La CFE tiene un gran porcentaje del mercado de generación, pero no significa que tiene preferencia en ciertas zonas.

Aclarada la función del CENACE, podemos determinar que de acuerdo al balance eléctrico de cada 24 horas realizado en la Península hay un déficit entre lo generado y la demanda de alrededor de 1,000 MW.

Actualmente la península demanda entre los 2,000 a 2,200 MW, pero la generación actual está en el orden de los 1,000 a 1,200 MW.

Ante la falta de electricidad, el CENACE tiene que compensar el déficit, incorporando el de alguna región del país para enviarlo a la Península, aunque esto conlleva a un desgaste continuo de balance de energía nacional para poder compensar en forma continua la demanda a lo largo del país.

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Es decir, dependemos de la eficiencia de la generación de CFE y privados para mantener un sistema en armonía. Y no es simplemente mandar la energía, también hay que considerar que las redes de distribución y transmisión no pueden incorporar más de la capacidad de aquella para la que fueron diseñadas debido que causarían apagones continuos. Podemos ejemplificar esto cuando en la colonia donde vivimos se va la luz y la cuchilla, de acuerdo al argot, se abrió por la saturación de la línea; esto se puede dimensionar en la red nacional donde al saturar la línea se causaría un caos en el país. Debido a esto existe el centro.

Parte de la falta de generación radica en no tener en forma continua la materia prima para las plantas como el gas natural para la región sur-sureste.

Ante la caída de producción de gas en nuestro país por el descuido de las regiones gasíferas al considerar que no era negocio, como el gas seco, tuvieron que incluir una planeación por parte del CENACE, para cubrir la demanda de consumo de gas para la generación de electricidad en función de incrementar la eficiencia en la utilización de plantas y tener menos contaminación. El dia de hoy está por concluir la estrategia con el ducto que proviene de EU a Tuxpan, la reconfiguración del centro de recompresion de Cempoala y la interconexión del ducto de Mayacan con la red nacional que dará continuidad a tener molécula a la península.

Aunque el inconveniente de poder tener molécula quedará resuelto en corto plazo, ahora queda la determinación de la conversión de las plantas de combustóleo/diésel que actualmente están en Yucatán; para poder cubrir el déficit debe la CFE invertir.

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En el PRODESEN 2019-2033 indican que el crecimiento de la demanda en México crecerá a un ritmo del 3 a 4% en forma anualizada. La capacidad actual instalada de generación al cierre del 2018 fue de 70,053 MW; las cuales generaron alrededor de 36,217 MW por hora a demanda de 35,298 MW por hora, dando entre ambas partes 2% de diferencial. La pregunta es quien invertirá para cubrir la demanda de la CFE o Privados.

Concluyo así que hay una primera y única llamada de atención por el sistema eléctrico nacional ante la falta de inversión continua por empresas del mercado y la falta de conectividad para obtener materias primas baratas para generar electricidad.
Se requiere acelerar la inversión en reforzar las redes de distribución y transmisión actuales; además de poder incorporar en forma acelerada licitaciones que incrementen el trasporte de la electricidad por medio de licitaciones o alianzas público-privadas.
El incremento de la demanda en México está en el orden del 3 a 4% anual, dando pie a eficientar las plantas actuales en base a la eficiencia de cada una y en función de la materia prima o privados que inviertan para sustituir las que técnicamente ya estén obsoletas o incrementen un alto contenido de dióxido de carbono por cada MW producido.