¡Con las finanzas públicas no se juega! Renuncia el Secretario de Hacienda

La renuncia de Carlos Urzúa manda una señal muy negativa, dice Jorge Sánchez Tello.
Carlos Urzúa anunció este martes su salida de la Secretaría de Hacienda ante las "imposiciones de funcionarios que carecen de conocimiento de la Hacienda Pública".

El gobierno de López Obrador se la pasa afirmando que van a tener una política económica adecuada, pero no respalda a los funcionarios públicos que pueden tener el conocimiento técnico para ayudar a tomar decisiones de política económica y pública adecuadas.

Tener gente capaz en el gobierno es fundamental para su buen desempeño y sobre todo porque no pueden llegar improvisados a querer implementar políticas económicas responsables, al contrario se corre el riesgo de continuar enviando señales que solo van a generar más incertidumbre a los inversionistas y personas en general que están a la expectativa sobre lo que está haciendo este gobierno.

Si bien es buena señal el nombramiento de Arturo Herrera como Secretario de Hacienda, el golpe que ha dado Carlos Urzúa a la credibilidad de las políticas públicas que quiere implementar el gobierno del presidente López Obrador es contundente y será muy complejo recuperar esa confianza

Opinión: Renuncia de Carlos Urzúa, debido a su perfil

Es fundamental tener una Secretaria de Hacienda que recupere su prestigio y sobre todo credibilidad pero para lograrlo necesitará tener independencia en sus decisiones y que el presidente los sepa escuchar porque para poder tener mayor

necesitamos más inversión pública y privada pero si no hay mensajes claros simplemente no va a llegar.

Están todavía a tiempo de intentar componer el camino antes de llevarnos a una tragedia que se puede convertir en una crisis económica, es la falta de confianza la que ahuyenta a las inversiones.

Nota del editor: El autor es director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros – FUNDEF A.C. Centro de Investigación Independiente con sede en el ITAM. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.