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Las tareas clave que debemos realizar tras el sismo del 19 de septiembre de 2017

Debemos aplicar mantenimiento a inmuebles, así como constantes revisiones técnicas a modo de prevención, dicen José Antonio López Meza y Laura Georgina Freyermuth Joffre.
jue 19 septiembre 2019 04:51 PM

(Expansión) - A las 10 am de este jueves 19 de septiembre de 2019 sonó la alerta sísmica en la Ciudad de México. Más de uno de nosotros seguramente estuvo con los dedos cruzados y algunos más hasta con vela prendida para que no pasara de ser un simulacro.

¿Invocar a la buena suerte es lo único que podemos hacer ante los sismos en la CDMX?

Después de 2 años de acompañar desde lo técnico y lo social, compartimos algunos aprendizajes y propuestas para construir una ciudad con menor riesgo: ¿Qué hemos visto que sí puede cambiarse? Primero, información accesible, a la mano, para tomar decisiones.

Hoy siguen en el aire preguntas sobre las que no debería caber duda: ¿Tiembla más en septiembre? No, ¿Las excavaciones del metro generan los microsismos? No, son demasiado superficiales, los temblores son en el subsuelo profundo.

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¿Los microsismos son provocados por actividad humana y/o obras de construcción? No, ¿Se pueden predecir los sismos? No, pero podemos recopilar información sobre ellos para entenderlos mejor y prepararnos.

¿Debe la alerta sonar con todos los sismos? No, son tantos los que se registran a diario (aunque no los percibamos) que nunca dejaría de sonar y perdería el potencial de alarma con los más significativos.

La mayoría de la población tampoco tiene respuesta a ¿Cuál es el lugar seguro en mi casa, oficina, escuela o barrio? ¿Cómo sé si salir o no en caso de sismo? ¿Qué hago si mi empleador nos obliga a trabajar en un lugar visiblemente dañado? Todas con respuestas, pero no desde recetas.

Existe hoy la información que personas expertas, dependencias y personas afectadas han creado a lo largo de los años, fuera y dentro de México. No se necesita inventar el agua tibia, lo que urge es tener una amplia difusión de esta información sobre prevención y reacción a emergencias: sí internet, pero también radio, televisión, campañas barrio a barrio, de forma participativa, donde aprendamos, asumamos roles de respuesta (incluso cómo hacer un acopio efectivo) y logremos estar como siempre con solidaridad, pero coordinados y con claridad de cómo actuar.

Importante, que no exista duda, como hace dos años, de qué autoridad tiene responsabilidad: Protección Civil de la Alcaldía debe estar de inmediato, y sólo en caso de algo de mayor escala, debe estar presente pero bajo las órdenes del gobierno central.

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Toda autoridad, desde la policía de tránsito, hasta la jefatura de gobierno deben tener sus protocolos de acción para evitar que la emergencia se vuelva una tragedia.

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En segundo lugar, algo que hemos visto que puede cambiarse es aplicar mantenimiento a inmuebles y revisiones técnicas como prevención constante. Debemos quitarnos la idea de que los inmuebles (casas, edificios...) son eternos, en promedio, sin mantenimiento duran 50 años.

Su cuidado no es complejo, implica seguimiento y hasta un registro escrito ¿Cuántas veces hemos tenido una fuga de agua y no sabemos cuándo fue la última vez que la habíamos arreglado? Podemos tener bitácoras, un diario de casa, sobre pintura, mantenimiento a instalaciones eléctricas, hidrosanitarias, el elevador en caso de contar con él, no obstante, no todo es arreglo estético y de instalaciones, también hay que monitorear la salud estructural de nuestro inmueble, realizar los estudios necesarios para evaluar su estabilidad y tomar las medidas necesarias para prevenir daños en un sismo futuro.

Los inmuebles acumulan daño y este se exhibe con el paso del tiempo y de los sismos. Si existe un daño mayor ¿cómo identificarlo y sobre todo, cómo repararlo sin caer una gran deuda o en manos de un defraudador? Debemos buscar ingenieros civiles especialistas en estructuras, exigirles su registro como tal, su cédula profesional y sus credenciales, el sismo de hace dos años exhibió las malas prácticas de pseudoingenieros y arquitectos que lejos de ayudar, confundieron, estafaron y entregaron revisiones sin un sustento técnico para el proceso de reconstrucción.

La revisión constante del subsuelo de la ciudad debe ser también una obligación que no podemos perdonar a la autoridad, deben ser públicos y entendibles los estudios que se realizan en conjunto con personas expertas e instituciones académicas; deben estar presentes las medidas de mitigación, es decir para reducir el riesgo ante grietas y fallas

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¿Quién cuenta hoy con los papeles esenciales de su inmueble? Planos y escrituras. Es urgente una política pública que dé opciones para obtenerlos, así como existen las jornadas notariales, deben ponerse en marcha acciones para que cualquier habitante de la ciudad pueda contar con esta información, así como con las revisiones de expertos y vías asequibles para su atención. Esta seguridad no puede depender de cuánto tenemos para pagar por ella, es parte de nuestro derecho a la vivienda.

En tercer lugar, debe afinarse la articulación entre actores de distintos sectores. La complejidad de las acciones que hemos descrito no es cosa menor. Constantemente nos recuerdan que la protección civil requiere corresponsabilidad y ello va más allá de ser solidarios el día de la emergencia; implica crear espacios para que todas las partes involucradas se (re)conozcan: Colegios de arquitectos e ingenieros, asociaciones de brigadistas voluntarios, vecinos organizados, universidades y autoridades.

Es indispensable crear estos canales de diálogo, de acuerdo, de creación de confianza para fortalecer la prevención, la reacción a la emergencia e incluso la reconstrucción, la cual debe ser un proceso previamente definido, siguiendo estándares que internacionalmente se han creado y que respondan a las necesidades de la ciudad.

Los acuerdos arbitrarios, en lo oscurito, no pueden seguir poniéndonos en riesgo.

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Alvaro Obregón

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El 19 de septiembre de 2017, el derrumbe del edificio de Álvaro Obregón 286 le costó la vida a 49 personas. Este jueves, familiares y rescatistas dejaron flores y veladoras en el lugar.
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tlatelolco

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En el edificio Nuevo León, en la unidad habitacional de Tlatelolco, rescatistas también llevaron a cabo un homenaje a las víctimas del sismo de 1985.
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ciudad juarez

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En el macrosimulacro de este jueves participaron las 32 entidades del país.
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perros rescatistas

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La unidad canina de rescate y búsqueda de la Sedena ofreció una demostración en la plancha del Zócalo capitalino, con perros rescatistas en 2017.
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tlalpan homenaje

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Familiares de las víctimas del multifamiliar ubicado en Tlalpan, derrumbado tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, también se reunieron este jueves en una misa.
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rebsamen

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Con coronas de flores y fotografías de los pequeños fallecidos en el Colegio Rébsamen, se realizó una misa este 19 de septiembre.
Shelma Navarrete
rebsamen

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El Colegio Rébsamen se convirtió en uno de los símbolos de la tragedia de 2017. En ese inmueble, murieron 26 personas: 19 menores y siete adultos.
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Antes de que sonara la alerta sísmica, en la plancha del Zócalo capitalino un hombre vestido de rescatista ondeó la bandera de México.
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Damnificados reunidos en el Multifamiliar Tlalpan llevaron a cabo una misa para recordar a los fallecidos en esta parte de la ciudad.
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Ciudadanos y damnificados del Multifamiliar Tlalpan alzaron el puño en punto de las 13:14 horas, para conmemorar a las víctimas que murieron hace dos años.
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Es necesario afrontar el trauma, con reconstrucción digna y una verdadera gestión integral de riesgos. Es normal que aún escuchar la alerta nos genere miedo ¿Es posible que esto sea diferente? Sí. No es cuestión de olvidar o de ignorarlo (son las opciones menos recomendables).

Una forma de ir sanando esta herida es la atención al daño: casas, escuelas, centros de salud, calles, oficinas de gobierno y centros de trabajo deben estar en las condiciones que minimicen el riesgo. No sólo las visiblemente afectadas por el 19s, todas las que lo requieran, para que en nuestros trayectos dejemos de ver los tapiales, dejemos de ver los edificios olvidados ( ¿con manita de gato los venderán de nuevo? ), dejemos de tener la duda sobre dónde caminar sin temor a encontrar el recuerdo de esa herida. Incluso, con sanciones a particulares y autoridades responsables por la omisión en la prevención y/o la atención deficiente, que nos vulnera; con absoluta transparencia y cero discrecionalidad sobre la atención que se brinda a quien lo requiere.

Otra forma es poder saber qué hacer, como un hábito anclado a nuestra forma de vida: qué hacer ante las obras chuecas, ante los peligros de todos los días (baches, fugas, cables sueltos, daños en casa), saber cómo aportar de la mejor forma con nuestros talentos cuando es requerido para salir lo más pronto y lo más dignamente posible de la emergencia. Que nos quede muy claro que un simulacro al año no es suficiente para protegernos.

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Finalmente, también se requiere asumir la responsabilidad de exigir una vivienda segura. El derecho a la vivienda aún no está garantizado en la ciudad. Son pocas las personas que pueden comprar un departamento o casa, no sólo son muy altos los precios, sino que no hay garantía de la seguridad de los inmuebles. Incluso si rentamos, el riesgo sigue ahí e incluso aumenta si no hay mecanismos claros para que quien no renta asuma su responsabilidad y la autoridad de seguimiento a su cumplimiento.

Debemos prestar atención a los detalles y hacernos interrogantes básicas antes de pensar en adquirir una vivienda en la CDMX

Por principio se requiere investigar su año de construcción y si éste es previo a 1985, cuestionar ¿cómo le fue en los sismos de ese año?, ¿habrá sufrido daños? ¿lo repararon o reforzaron, o simplemente lo maquillaron?, dado esto debemos preguntar por la existencia de planos y memorias en edificios antiguos y sobre todo en edificios nuevos, con el objeto de que un especialista los revise y de manera inmediata saber si los criterios empleados cumplen las medidas mínimas de seguridad que marca la reglamentación sísmica de la ciudad.

En edificios nuevos deben existir permisos de construcción, de terminación de obra, constancias de seguridad estructural, y las constructoras deben brindar un seguro en caso de imperfectos, vicios ocultos y daños estructurales. Si nos niegan planos o información del edificio debemos alejarnos inmediatamente de esa opción. También, podemos buscar en mapas de internet o en el Atlas para saber en qué tipo de suelo se ubica, si su altura es mayor a la de los edificios colindantes, todos estos son detalles que debemos revisar.

La autoridad aun debe la publicación de la base de datos de ubicación y el dictamen de los inmuebles que tuvieron afectaciones en 2017, esta información es indispensable para que no nos engañen con reparaciones superficiales o falsos dictámenes

La mejor decisión debe llevarse en compañía de un ingeniero civil con especialidad en estructuras, que tal como lo hace un médico especialista, nos dará el diagnóstico correcto y nos puede evitar una pena en el futuro.

No podemos dar tregua en ninguno de estos puntos, debemos ser voraces en la exigencia de una ciudad que se planea considerando la información de sus riesgos, que apuesta a reducirlos, que ya no es lugar para el negocio de unos cuantos, sino para los derechos de todas las personas.

Nota del editor: Laura Georgina Freyermuth Joffre es Licenciada en Ciencias Políticas y Sociales, Especialista en Ciencia Política, Derechos Humanos, Género, Acompañamiento Psicosocial, Transformación pacífica de conflictos y alternativas a la violencia. Coordinadora de Urbanismo Cívico en Ciudadania19s, y autora del Manual para la Reconstrucción con Dignidad CDMX. @LauFrey

José Antonio López Meza es Ingeniero Civil, experto en Ingeniería Estructural y Sísmica. Es Ingeniero de Proyecto en Euro Estudios S.A. de C.V y profesor de la División de Educación Continua de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica. Síguelo en su cuenta de Twitter como @antoniolmx7

Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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