Es así como el estrés en el trabajo derivado de la adquisición de diversas responsabilidades, cumplimiento de objetivos para los estándares actuales de los empleos, haber sido parte o haber presenciado algún acontecimiento traumático en el trabajo o durante al trayecto al mismo, y todas aquellas características de desarrollo que enmarcan la vida de cada individuo (como su entorno social, familiar, desarrollo profesional, etc.) desencadenan una serie de eventos en cascada que propician diversos daños, psicológicos, de comportamiento y físicos.
En diversos países del mundo la medición de riesgos psicosociales es una actividad usual desde hace varios años, por ejemplo, Colombia, Chile, y Perú en Latinoamérica, y Alemania, Bélgica, Dinamarca y España entre muchos otros en Europa. En México la necesidad de medición de estos riesgos nace como anteproyecto normativo en el 2016 y no es hasta octubre del 2018 cuando se establece como oficial por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), la NOM 035 de identificación, análisis y prevención de Riesgos Psicosociales.
¿Por qué nace la medición de Riesgos Psicosociales en México?
Desde hace años, la OMS, el IMSS y la UNAM han identificado que los trastornos mentales y de comportamiento están teniendo un impacto importante en la salud, económica y laboralmente.
La OMS por ejemplo estima que al menos el 25% de los pacientes que utilizan algún sistema de salud lo hacen por algún trastorno mental, y el IMSS y la UNAM proyectan que para el 2025 los trastornos mentales serán la primera causa de discapacidad laboral. Derivado de ello, la STPS en nuestro país ha determinado que los riesgos psicosociales son la causa de entre un 50% y 60% de todas las jornadas de trabajo perdidas. Simplemente en el 2017 hubo 13 millones 625,951 días inhábiles expedidos, cuyo costo por trastornos mentales corresponde al 11%, ascendiendo a 4,773 millones 532,909.97 pesos.