En el caso de la FED, sus reducciones en tasas se dieron en julio, septiembre y octubre de 2019, tres bajas consecutivas que fueron suficientes para que la economía norteamericana, que mostraba en ese entonces síntomas claros de desaceleración, revirtiera esa condición y lograra cierto rebote en el cuarto trimestre.
En cambio, en México, la baja en tasas no ha incidido sobre la actividad económica, ya que el PIB se mantiene en una ligera recesión y solo con expectativas de una leve mejoría hacia mediados de este año.
Pese a que el banco central ha bajado sus tasas, el nivel actual sigue siendo superior al de otras economías emergentes y/o desarrolladas. Varios países emergentes también han bajado sus tasas, inclusive en una mayor proporción que México.
Adicionalmente, dado que la tasa de interés nominal pudiera no ser relevante, el diferencial entre las tasas nominales vs. la inflación de esos países aún favorece a México, ya que el actual 7% de la tasa Banxico se compara contra una inflación de 3.3%, lo que significa casi cuatro puntos de rendimiento real.
En los otros países, el diferencial es más bajo, por lo que ciertos capitales siguen ingresando a México y han ayudado a lograr una buena estabilidad cambiaria. La tasa del Banco de México podría seguir bajando hacia niveles de 6.5% al final de 2020 y hasta 5.75% en 2021.