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Vacunas mexicanas. La fórmula para producirlas y ser autosuficientes

Si se busca el bien común, el gobierno, los empresarios, la academia y los científicos tienen que unir esfuerzos para solucionar grandes problemas y no depender de otros, opina Jonathán Torres.
lun 22 marzo 2021 11:59 PM

(Expansión) - México no es Estados Unidos; tampoco China, Rusia e Israel. Pero también cuenta con el conocimiento científico para hacer historia. Los sectores público y privado, junto con la academia y la comunidad científica, trabajan en varias líneas de investigación cuyos resultados podrían darle la vuelta al mundo, pero principalmente dotar a México de su propia fórmula para vencer al endemoniado virus del COVID-19.

Mientras hoy los reflectores están puestos en los cargamentos que llegan a México con vacunas de laboratorios extranjeros, los científicos del Instituto Gould-Stephano, de los institutos de Biotecnología y de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, de la Universidad Autónoma de Querétaro, del laboratorio Avimex y del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN, están concentrados en el desarrollo de 6 vacunas que se encuentran en fase dos (nivel preclínico regulado).

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“Hay 6 vacunas en desarrollo, prometedoras todas”, afirma María Isabel Gracia, directora ejecutiva de la Unidad de Investigación Preclínica de la Facultad de Química de la UNAM. ¿Cuándo podrían aplicarse masivamente? “Más pronto de lo que se imaginan”.

Así, al margen de la estrategia actual basada en la aplicación de millones de vacunas provenientes de laboratorios internacionales, no sería nada descabellado pensar que en los próximos meses, antes de cerrar 2021, haya una vacuna hecha 100% en México.

Frente a ello, vale la pena reflexionar alrededor de la vacunación al corte de hoy y de lo que podría venir después:

Primer punto, el arribo de vacunas y su aplicación. Más de 5 millones de personas hoy sienten ese alivio por liberarse de un gran peso, gracias a que ya recibieron la primera dosis de alguna vacuna. Felicidades, pero preocupa que eso genere un relajamiento en las medidas y que la gente piense que esto se acabó.

La prevención no basta con la vacuna, se requiere el acompañamiento de las medidas ya conocidas (sana distancia y cubrebocas). Lo que salva vidas no es la vacuna, es la vacunación; mientras no tengamos una amplia cobertura de vacunación, la pesadilla seguirá aquí.

Paralelamente se espera el recrudecimiento de la narrativa por parte de los movimientos antivacunas. Conforme avance la vacunación, y se conozcan algunos casos aislados que describan algún efecto secundario adverso, los movimientos antivacunas gritarán, pero para frenarlos basta la cautela, el análisis con datos duros y considerar el costo-beneficio de vacunarse versus el costo-beneficio de enfermarse.

Segundo punto, las investigaciones alrededor de las vacunas mexicanas. Al margen de los avances (que no se conocen) de la llamada vacuna “Patria”, anunciada por el presidente de la República, hay seis vacunas a nivel preclínico regulado, lo que significa que se han ejecutado bajo un sistema de gestión que fue auditado; después, pasarán a una siguiente etapa preclínica, posteriormente a las pruebas en humanos y, en caso de demostrar su eficacia y seguridad, podrían aplicarse masivamente.

“Sin duda, podemos competir con la calidad de desarrollo de otros países”, sostiene María Isabel Gracia Mora. “Sin embargo, llevar una vacuna desde la investigación científica hasta el mercado, involucra algo más que la ciencia básica; se requiere que hagamos una investigación preclínica, regulada, con ciertos requisitos normativos”.

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Moderna inicia ensayos clínicos de su vacuna anticovid en niños

La UNAM funge hoy como sede del laboratorio centralizado para la medición de inmunidad contra el COVID-19, sirviendo así para la realización de pruebas de las vacunas en desarrollo y la evaluación de su eficiencia. Para dicho proyecto participan los laboratorios de las facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y de Química; así como del Instituto de Biotecnología de la Máxima Casa de Estudios.

Como sea, hay algo mucho más importante en este proceso: tener muy presente que no estamos en una carrera contra el tiempo, sino que México tenga la capacidad de tener una vacuna, lo que significaría ser autosuficientes en el desarrollo de vacunas.

“Más allá de cuándo llegará la vacuna mexicana, lo importante es que tengamos la vacuna mexicana. Si México demuestra que tiene la capacidad de producir una, dos, tres, seis vacunas o más, nos ponemos en otro nivel”, asegura Laura Cobos Marín, profesora del departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

Es ahí donde debe estar la conversación. El COVID-19 llegó para quedarse y vendrán más virus. Pero lo verdaderamente importante está en tener el andamiaje, las plataformas científicas para llevar hasta las últimas consecuencias las investigaciones y, eventualmente, generar productos que solucionen los problemas de salud de la población.

La experiencia de los científicos mexicanos está al nivel de cualquiera, pero falta la infraestructura para trasladar la investigación que se hace en los laboratorios hasta la cama de los pacientes.

Si se busca el bien común, el gobierno, los empresarios, la academia y los científicos tienen que unir esfuerzos para solucionar grandes problemas y no depender de otros. Si eso está ocurriendo hoy, ¿por qué no después? Muchas voces lo han dicho hasta el cansancio, pero vale la pena volverlo a pregonar: hace falta política pública, que se entienda la importancia de impulsar la ciencia porque, sin ella, seguiremos con la respiración contenida y esperando que alguien más venga a salvarnos.

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¿Qué es lo que genera riqueza en un país? Alguien dirá que el petróleo. Pero, en realidad, es el valor agregado, que se genera con conocimiento y éste, a su vez, siempre se produce a partir de la ciencia. En cualquier innovación o avance tecnológico hay ciencia detrás. Si no lo entendemos, no habremos aprendido nada de esta pandemia. Nada.

Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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