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La inflación que viene

La inflación se ha acercado a una tasa del doble del objetivo central de 3%, mostrando una fuerte resistencia a bajar, señala Alfredo Coutiño.
jue 07 octubre 2021 12:11 AM
Analistas esperan nuevo aumento en la tasa de interés de Banxico
Es de esperar que los estimados oficiales de inflación continuarán corrigiéndose a la alza, ya que una mayor inflación aún parece estar por llegar, asegura Alfredo Coutiño.

(Expansión) - El horizonte económico aún no se ha despejado para la inflación ni para el peso en el país, variables que es posible aún no hayan alcanzado los niveles máximos que aún podrían venir. La llegada de la normalización monetaria global tenderá a corregir los niveles artificiales reportados por dichas variables durante la pandemia, para llevarlas a sus verdaderos niveles consistentes con la realidad económica del país.

El estallido de la pandemia ocasionada por el coronavirus en el 2020 ocasionó una respuesta económica global altamente sincronizada para mitigar el impacto negativo sobre las economías y los mercados. Además de las medidas fiscales, los bancos centrales en general y los de las economías más industrializadas en particular bombearon cantidades extraordinarias de liquidez monetaria para evitar una posible paralización de los sistemas de pago y facilitar el acceso al crédito.

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El exceso de liquidez, sobre todo el implementado por la Reserva Federal y denominado en dólares, buscó acomodo en mercados emergentes que ofrecían mejores rendimientos que los ofrecidos por lo bonos estadounidenses. Así, economías como la mexicana, entre otras, se vieron beneficiadas por esa liquidez internacional, lo cual al aumentar la oferta de dólares en el país facilitó la baja de las tasas de interés internas y el fortalecimiento del peso.

Así, hacia la segunda mitad del año pasado, los beneficios del exceso de liquidez se vieron reflejados en una caída de las tasas de interés y recuperación del peso después de la depreciación registrada durante la primera mitad del año y que fue ocasionada por la creciente aversión al riesgo e incertidumbre interna. Al final, el efecto revaluatorio del peso se reflejó en un descenso inflacionario hacia tasas de 3% para finales del 2020.

A lo largo del 2021 la paridad cambiaria se ha mantenido relativamente estable a medida que el exceso de dólares se ha mantenido, adicionalmente apoyado por la tendencia creciente del flujo de remesas. Sin embargo, la inflación empezó a despertar tanto por interrupciones de oferta, como por precios externos y presiones ocasionadas por la liquidez monetaria.

La inflación se ha acercado a una tasa del doble del objetivo central de 3%, mostrando una fuerte resistencia a bajar. Para el 2022 no se alcanza a ver que la inflación vaya a mejorar mucho, no solo por el enfoque gradualista de normalización monetaria adoptado por el Banco de México, sino mayormente porque se avecina una normalización monetaria externa que va a corregir los niveles artificialmente bajos alcanzados por las variables financieras y de precios en el país.

Si bién la Reserva Federal estadounidense aún no empieza a subir la tasa de interés, si ha expresado intenciones de empezar a reducir el exceso de liquidez en la economía, a través de la reducción de la compras de valores a más tardar para el 2022. La reducción de dichas compras presionará el precio de los bonos a la baja y las tasas de interés a la alza. El resultado será similar al que se presentó después de la crisis global del 2009: Un retiro de la liquidez de mercados emergentes ante la apreciación del dólar y mayores rendimientos de los bonos estadounidenses.

La consecuente salida de capitales de mercados emergentes producida por este evento monetario estadounidense ocasionará correcciones cambiarias, y el peso mexicano sufrirá las mismas consecuencias depreciatorias. De persistir el enfoque gradualista de normalización monetaria en México, es de esperar que las salidas de capital del país aumenten en los próximos meses y el próximo año, ocasionando que el peso abandone su nivel artificial hasta ahora mostrado para avanzar hacia niveles más consistentes con la nueva realidad económica del país.

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La corrección del peso definitivamente ocasionará el tradicional traspaso cambiario a los precios al consumidor, convirtiéndose en una fuente de presión adicional que mantendrá la inflación en niveles por encima de su objetivo y posiblemente mayores a los que hasta ahora ha alcanzado, ante la posible pérdida de competitividad del mercado mexicano de bonos.

De esta forma, de la misma manera que la expansión de la liquidez internacional benefició al peso y a la inflación, el inminente retiro de la misma ocasionará el efecto contrario: el peso, las tasas de interés y la inflación regresarán a niveles consistentes con las variables fundamentales de la economía. Así, ante este inminente panorama, es de esperar que los estimados oficiales de inflación continuarán corrigiéndose a la alza, ya que una mayor inflación aún parece estar por llegar.

Sin embargo, el país puede evitar que estas correcciones sean bruscas y desordenadas si el banco central se adelanta y acelera la normalización monetaria interna, antes de que la realidad se haga presente.

Nota del editor: Alfredo Coutiño es Director para América Latina en Moody’s Analytics. Síguelo en Twitter . Las ideas expresadas son de la exclusiva responsabilidad del autor y de ninguna manera deben ser atribuidas a la institución para la cual trabaja.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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