Lo que necesitamos descubrir, capitalizar y potenciar es la gran fortaleza de la reforma, que está justamente en la participación de los trabajadores; por esto la fórmula para preparar efectivamente a las empresas está en el desarrollo de un criterio consciente de los colaboradores que les permita tomar decisiones y participar en los procesos de votación con total responsabilidad.
Es una realidad que muchas compañías en México han vivido sin actividad sindical por muchos años, lo que no ha sido un obstáculo para la mejora de las condiciones de trabajo pues existe una alta demanda de trabajadores, lo que obliga a las organizaciones a generar estrategias de retención que incluyen mejores beneficios y condiciones laborales, entonces realmente no todos los sectores, empresas o trabajadores requieren la participación de un sindicato para cuidar los intereses del trabajador.
La decisión del tipo de representación colectiva es sin duda la más importante tarea de los trabajadores en este nuevo marco de libertad de asociación, y aunque claramente las empresas deben respetar este derecho pueden apoyar a sus colaboradores en el desarrollo de su criterio democrático, asegurando así la mejor implementación de esta reforma.
Para esto existen tres estrategias que nos pueden apoyar en la preparación de un ambiente laboral saludable, independientemente de la existencia o no de un sindicato:
1. Preparar a la organización para comprender la dimensión del impacto de la reforma de tal manera que esté habilitada para diseñar las estrategias y tomar las decisiones correctas. Para esto tenemos que capacitar a trabajadores, sindicatos y líderes para transformar la cultura laboral y desarrollar buenas prácticas en el ambiente de trabajo. Ejemplo de esto lo estamos viendo en algunas empresas que están desarrollando políticas laborales, ajustando sus procesos internos relacionados con el manejo de conflictos, la aplicación de medidas disciplinarias y un mejor esquema de liderazgo, entre otras.
2. Contar con un sistema de identificación preventiva de riesgos del ambiente laboral, que permita a todos los involucrados actuar de forma rápida y efectiva para solucionar las inquietudes de las personas contribuyendo a consolidar un clima laboral positivo. Esto implica que las encuestas de clima o los pulsos laborales evolucionen para preguntar “las netas” y no solamente sean herramientas para participar en los ranking empresariales.
3. Fortalecer los canales de comunicación, implementando rutinas que estén enfocadas de verdad en escuchar a la gente y compartirles la realidad del negocio. Usualmente cuando evaluamos los sistemas de comunicación de las empresas encontramos que la mayoría está diseñado para “bajar” información enfocada en los objetivos, por lo que necesitamos fortalecer los canales de escucha y diversificar la información, sumando temas humanos asociados a la mejora del ambiente laboral. Lo divertido de esta estrategia es que nos permite ser creativos e innovadores buscando generar realmente un impacto positivo en las personas.