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Una alternativa para la inversión turística y de bienes raíces

Uno de los objetivos de los Destinos de Desarrollo Recíprocos (DDR) es ubicarse en poblaciones donde no existe historia o antecedente suficiente para catalogarse como 'Pueblo' o 'Barrio Mágico'.
mar 04 julio 2023 05:59 AM
Una alternativa para la inversión turística y de bienes raíces
Los Destinos de Desarrollo Recíproco (DDR) prometen un flujo de visitantes jóvenes, incluyentes, con poder adquisitivo y un estilo de vida medio alto, que al tomarse fotos y subirlas a sus redes sociales, hacen la promoción gratuita, considera Rocío Robles Serrano.

(Expansión) - Recientemente cambiaron las reglas para las inversiones turísticas en México; en mayo pasado que se logró el aval y reconocimiento de la Secretaría de Turismo para sumar a las ya existentes categorías de Pueblos Mágicos, Ciudades Patrimonio, Barrios Mágicos, la de Reinos de México, como parte de la modalidad de Destinos de Desarrollo Recíproco (DDR).

Esta nueva categoría obedece a una manera de gestión sustentable entre el sector privado y el público. Uno de los objetivos es ubicarse en poblaciones donde no existe historia o antecedente suficiente para catalogarse como Pueblo o Barrio Mágico, pero que tiene el potencial de convertirse en un destino con servicios e infraestructura turística diferenciada en una arquitectura y temática específica.

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Este modelo nace con inversión privada y el Municipio, Estado o Federación, sólo participa facilitando la gestión de los permisos necesarios y servicios públicos como la electricidad y vías de comunicación. El resto (seguridad privada, drenaje, saneamiento, electricidad, etc.), son desarrollados por los empresarios inmobiliarios, tal como sucede en los modelos de fraccionamientos.

Tradicionalmente, los destinos turísticos habían sido detonados con financiamiento del sector público y formaban parte de los planes de desarrollo nacional sectorizados a Turismo, llegando a ejercer fondos de programas de promoción turística de hasta 1,571.71 millones de pesos del presupuesto anual público, mismo que se ejercía vía subsidios y apoyos directos.

Hoy, la Secretaría de Turismo no cuenta con ese magnífico recurso, pero sí con la voluntad de ser vínculo y promotor de los proyectos turísticos privados, en especial aquellos cuyo objetivo sea detonar una economía local sustentable en un punto geográfico del país, donde de otra manera no habría otras opciones de empleo para los pobladores de la región.

Los DDR pretenden crean Barrios comerciales a la vez de construir alrededor, exclusivos fraccionamientos residenciales y desarrollos inmobiliarios (apartamentos que pueden ser hoteles o Airbnb) como una oferta de vivienda alterna, para personas que buscan privacidad y al mismo tiempo desean vivir cerca de un entorno con una arquitectura y vibe especial.

El mejor y más famoso ejemplo de DDR y primer Reino de México es Val’Quirico. Ubicado en Tlaxcala, se trata de un destino turístico inspirado en un pueblo de la Toscana, que cuenta con el aval de la Embajada de Italia en México y hermandad con el pueblo de San Quirico d’Orcia, Italia.

Se espera que sean al menos ocho Reinos de México a desarrollar por Grupo Universo Abanza, el siguiente será Sassii del Valle, en Baja California, en sociedad con un grupo de empresarios de la región. Ya inició la etapa de desarrollo y planes de construcción, basados en estándares de economía circular y sustentabilidad. Este nuevo proyecto se suma a la ya rica oferta vitivinícola, gastronómica, cultural y de espectáculos del Valle de Guadalupe.

A todos nos ha pasado que a veces, al visitar uno de los más de 180 Pueblos Mágicos o Barrios Mágicos, no siempre se encuentran variedad de lugares para comer o visitar y la visita se reduce a caminar por las calles empedradas o comprar alguna artesanía que muchas veces ni resulta mexicana, ni artesanía.

En cambio, el DDR promete un flujo de visitantes jóvenes, incluyentes, con poder adquisitivo y un estilo de vida medio alto, que al tomarse fotos y subirlas a sus redes sociales, hacen la promoción gratuita y directa al mercado meta, generando así mayor flujo de turistas y “ruido” en la red.

Las inversiones iniciales para este tipo de proyectos son determinantes ya que al no contar con capital del sector público, el éxito del proyecto reside en la sustentabilidad del mismo.

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La visión de convertir en turística una región, que como el caso del proyecto de Tlaxcala, no contaba con ese potencial, es innovadora, y afortunadamente no cuenta con un bloqueo institucional a la IP, como sí lo existe en otros sectores (por ejemplo el Energético). El caso de Val’Quirico es muy interesante, ya que genera una derrama de más de 80 millones de pesos mensuales y al menos 7,000 empleos indirectos. Un gran modelo de negocio turístico e inmobiliario donde antes sólo había ruinas de una hacienda abandonada y tierras ejidales ociosas.

Mucho se ha criticado este tipo de proyectos, principalmente por contar con el aval de la Secretaría de Turismo, pero poco se conoce sobre cómo surgió la iniciativa. Es la inversión ideal para los gobiernos estatales y municipales, especialmente después de la terrible desaparición de los fondos de promoción turística federal en el año 2020. Se trata de un modelo que llegó para transformar al turismo y los bienes raíces, sólo requiere de la confianza de los stakeholders y dejar que el universo haga su magia.

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Nota del editor: Rocío Robles Serrano es experta en políticas públicas y socia fundadora de Lobbying México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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