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La riqueza cambia de cartera, ¿quién gestionará el capital ahora?

La nueva generación de inversionistas redefine la gestión patrimonial, exigiendo propósito, tecnología y valor real más allá del rendimiento.
mar 05 agosto 2025 06:03 AM
(Fotografía temática de dólares)
La gran transformación del capital ya comenzó. Y solo prosperarán quienes sepan combinar visión estratégica, innovación tecnológica y una nueva forma de construir confianza, apunta Walter Andriani.

Cuando hablamos del potencial de la Inteligencia Artificial (IA) para generar ingresos, no nos referimos solo al comercio, la manufactura o los servicios; sino también a la transformación silenciosa de la gestión del dinero a gran escala, incluyendo la administración de altos patrimonios. De hecho, nuestro estudio más reciente revela que la IA impulsó en un 6.2% el patrimonio de las personas más ricas a nivel mundial.

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Este crecimiento es innegable. Según Oxfam Internacional, en 2024 el número de milmillonarios ascendió a 2,769, frente a los 2,565 del año anterior. Su riqueza conjunta pasó de 13 a 15 billones de dólares en tan solo un año, marcando el segundo mayor incremento registrado desde que existen mediciones.

Un análisis indica que este auge impulsa una forma distinta de tomar decisiones: más audaz, más digital y, sobre todo, más intrépida. Un cambio estructural que redefine la gestión de la riqueza a escala global. Millennials y Generación Z están listos para asumir el control del capital. A diferencia de generaciones previas, no temen al riesgo: invierten en criptomonedas, fondos sostenibles, tecnologías emergentes y mercados de capital de riesgo. En los próximos 20 años, más de 83.5 billones de dólares cambiarán de manos. Pero este traspaso no es solo financiero: también es cultural y tecnológico.

El contraste en América Latina es evidente. México y Brasil lideran el Producto Interno Bruto regional, pero en términos de riqueza per cápita están por debajo de economías más pequeñas como Puerto Rico y Bahamas, que superan los 35,000 dólares por persona, conforme a Statista. Paralelamente, la población de individuos con alto patrimonio (HNWI) cayó un 8.5% en la región, con retrocesos marcados en Brasil (-13.3%) y México (-13.5%), como revela la encuesta. Entre las causas se encuentran: inestabilidad fiscal, depreciación monetaria y una oferta financiera que no evoluciona al ritmo de las nuevas expectativas del inversionista.

Un dato aún más revelador es que el 81% de los herederos planea cambiar de firma de gestión de patrimonio en los próximos dos años, lo cual está en relación no solo con el dinero, sino también con la relevancia de las instituciones financieras.

Además, la lealtad dejó de ser un legado familiar: ahora se construye en tiempo real, con tecnología, personalización y valores compartidos.

Hoy, la gestión patrimonial va más allá del rendimiento. Los inversionistas demandan experiencias digitales integrales, productos diferenciados y una narrativa de inversión que conecte con su visión del mundo. Para esta nueva generación, el dinero solo tiene sentido si genera impacto.

Aunque Estados Unidos sigue siendo el epicentro de la creación de riqueza, los flujos de inversión se están descentralizando. La lealtad, como la riqueza, se redistribuye. Y eso exige repensar a fondo el modelo patrimonial tradicional.

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¿Cómo responder desde la estrategia?

Ya no es momento de postergar decisiones. Nuestro informe identifica cinco líneas de acción urgentes para las instituciones financieras:

1. Diversificación de portafolios: El 88% de los asesores consultados detecta un creciente interés en instrumentos no tradicionales por parte de los inversionistas más jóvenes. La oferta debe evolucionar.

2. Centros de riqueza emergentes: Singapur, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita ganan peso como nuevos destinos del capital global. Las estrategias deben ser realmente globales.

3. Valor más allá del rendimiento: Salud, lujo con propósito, sostenibilidad y ciberseguridad dejaron de ser diferenciales: son expectativas mínimas. La propuesta de valor debe ir más allá de lo financiero.

4. Tecnología como pilar: La automatización inteligente, la analítica avanzada y una visión 360° del cliente ya no son ventajas: son requisitos básicos para lograr eficiencia y personalización.

5. Empoderamiento del gestor de relaciones: Su efectividad depende de la tecnología que tenga a su disposición. Sin herramientas digitales adecuadas, no hay confianza ni conexión posible con la nueva generación de clientes.

Durante la próxima década, el liderazgo en gestión patrimonial no se medirá por el volumen de activos, sino por la capacidad de generar vínculos relevantes, ágiles y profundos. La gran transformación del capital ya comenzó. Y solo prosperarán quienes sepan combinar visión estratégica, innovación tecnológica y una nueva forma de construir confianza.

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Nota del editor: Walter Andriani es VP, Líder del Sector de Banca y Servicios Financieros de Capgemini para el Norte de Latinoamérica. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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