La contaminación del aire: un asesino silencioso de las ciudades
Durante los últimos días he estado en el hermoso Kobe, Japón, informando sobre el foro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre urbanización y salud.
Dado que más de la mitad de la población mundial ahora vive en ciudades, y se espera que las cifras aumenten significativamente, las consecuencias en la salud individual se están volviendo muy claras. Muchas de las discusiones han sido específicamente sobre la calidad del aire que respiramos, y las noticias no han sido gratas.
Para empezar, un informe de la Agencia de Protección Ambiental encontró que el aire en muchas ciudades simplemente es demasiado sucio como para respirarlo.
Para como están las cosas ahora, la contaminación tóxica se ha convertido en una enfermedad particular de la población urbana del mundo, afectando a más de mil millones de ciudadanos.
Y si se mira más de cerca el impacto de la contaminación, se verá que más de la mitad de lo que aqueja a la salud humana está en personas de países en desarrollo ya de por si paralizados por la pobreza y los pocos recursos.
Por ejemplo, aquí en Kobe, existe una unión obvia entre el sector industrial, lleno con por lo menos 15 fábricas, y las zonas residenciales cercanas. Paseando por la ciudad, rápidamente se pueden ver las consecuencias del crecimiento urbano descontrolado.
La combinación de las emisiones de las fábricas con las exhalaciones de los camiones, autobuses y automóviles se vuelve tóxico para la salud de las personas.
Hoy en día, la contaminación urbana mata a más de un millón de personas al año, de acuerdo a las Naciones Unidas. Un estudio publicado en el 2007 reveló que en los días en que la contaminación es alta, las ciudades tienen records en las visitas a las salas de emergencia durante las siguientes 24 horas. Sólo un día.
Si vives en una ciudad, es probable que ni siquiera hayas notado que tan contaminado está el aire, pues resulta que en un plazo de cuatro días de respirar el aire sucio, tu cuerpo comienza a acostumbrarse a él, tus vías respiratorias se inflaman y restringen, y el riesgo de problemas pulmonares o cardiacos comienzan a aumentar.
La buena noticia es que se han comenzado a probar soluciones en muchas ciudades del mundo. En Shanghai, se han establecido en el centro zonas libres de carbono que ya han resultado en menos partículas. En Nueva York, hay una prohibición para autobuses y camiones en mal estado. Y en Bogotá, algunas políticas han llevado a que se incremente el uso de transporte público.
Habiendo estado un tiempo en muchas grandes ciudades de todos los continentes del mundo, es seguro decir que la "urbanización" está aquí para quedarse. Como individuos y como sociedades, sin embargo, depende de nosotros tratar de convertir la hermosa ciudad en la que vivimos en un lugar más seguro y saludable.
* Jefe Médico Corresponsal de CNN