La mujeres tienden a detener su vida cuando padecen dolor crónico
La sensación comenzó en el cuello un día que Melanie Thernstrom nadó mucho tiempo. El dolor avanzó al hombro y alcanzó la mano, como si hubiera tenido una quemadura de sol bajo su piel.
Melanie, de 32 años en ese entonces, hizo un par de citas con médicos para tratar el problema, hasta que un neurólogo le dijo que el dolor desaparecería solo.
“Cada vez me daba más miedo, pero no de una forma que me hiciera tomar acciones al respecto, sino de una forma que me paralizaba”, dijo. “Pienso en el dolor como en uno de esos animales marinos que te atacan inmovilizándote primero”.
Ahora tiene 46 años, es madre de gemelos de 9 meses de edad, y aún padece dolor.
En todo el mundo, el dolor crónico afecta a una proporción mayor de mujeres que de hombres, dijo Jennifer Kelly, del Centro de Medicina del Comportamiento de Atlanta, en Georgia. Los doctores están descubriendo que las mujeres padecen más dolor recurrente y más discapacidades por el dolor que los hombres.
El dolor crónico en las mujeres también tiende a ser más intenso y a durar más que el de los hombres, dijo recientemente en la Convención de la Asociación Psicológica de Estados Unidos en San Diego, California. Las enfermedades que causan dolor, como la fibromialgia , la artritis reumatoide y el síndrome de colon irritable, son más comunes en mujeres que en hombres, según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor.
Una razón posible por la que las mujeres sufren más es por las hormonas, dijo Kelly. El ciclo menstrual puede estar asociado a cambios e incomodidades entre las mujeres que padecen dolor crónico.
El dolor también tiene consecuencias duraderas que los científicos apenas comienzan a comprender. Un estudio publicado en el número de septiembre del diario PAIN (Dolor), descubrió que las mujeres que padecen cólicos menstruales presentan cambios significativos en la estructura cerebral en comparación con las mujeres que no los padecen.
Otros estudios también han concluido cambios estructurales anormales en el cerebro en la gente con desórdenes como dolor de espalda crónico y síndrome de colon irritable. Los científicos aún no saben lo que estos cambios significan, o si son reversibles.
Un estudio publicado en 2008 por el Diario de Neurociencia descubrió que la gente con dolor crónico tiene neuronas con actividad excesiva en ciertas regiones del cerebro, lo que podría causar daños permanentes. Esto puede explicar los hallazgos repetidos en otros estudios, los cuales muestran que los dolores crónicos están ligados a la depresión .
Las mujeres tienden a concentrarse en los aspectos emocionales del dolor, preocupándose por cómo afectarán sus responsabilidades, mientras que los hombres se concentran en el aspecto sensorial, dijo Kelly. Es por eso que es particularmente importante que los médicos ayuden a las mujeres a eliminar los pensamientos negativos que empeoran la situación.
Thernstrom, quien eventualmente descubrió que padecía de una condición de artritis superpuesta, coincide en que varios pacientes con dolor crónico necesitan ayuda para cambiar su mentalidad con respecto al dolor. Ella pasó mucho tiempo enojada y frustrada mientras buscaba una cura mágica, y desesperó cuando las intervenciones como la terapia física y los medicamentos no le ofrecían soluciones completas y al momento.
“Parte de lo que me ayudó fue cambiar el modelo en el que tenía que estar libre de dolor para poder ser feliz ”, dijo Thernstrom. “Al darme cuenta de que podía tener algo de dolor y aún así ser feliz , todo cambió, y todo depende del nivel del dolor”.
A pesar de que hombres y mujeres lidian con el dolor de forma distinta, los médicos los tratan por las mismas condiciones, como la artritis reumatoide, dijo el doctor Chaim Putterman, jefe de reumatología en el Centro Médico Montefiore y de la Facultad Albert Einstein de Medicina en el Bronx, Nueva York.
Las asesorías psicológicas para la gente con dolor crónico pueden ayudar a los pacientes a evaluar su forma de ver el dolor y manejar las consecuencias en otros aspectos de su vida, dijo Kelly.
Varios estudios han descubierto una conexión entre la depresión y el dolor crónico, pues el estrés mental maximiza la incomodidad física y viceversa. Un análisis de depresión podría ser parte de la evaluación de un paciente que padece dolor crónico, dijo Putterman.
Algunos de los síntomas de la fibromialgia son los mismos que los de la depresión, y los medicamentos para la condición de dolor crónico también funcionan como antidepresivos, dijo Putterman. La terapia de comportamiento cognitivo , que ayuda a la gente a cambiar sus patrones de pensamientos y comportamientos, también ha mostrado ser efectiva en esta condición.
Pero algunos pacientes de dolor crónico se resisten a buscar ayuda psicológica y quieren tratamientos exclusivos para el dolor. “Preferirían tener una enfermedad orgánica que una mental por el estigma asociado a las enfermedades mentales en varios círculos”, dijo.
En general, las mujeres dependen más de su red de amistades y familiares para lidiar con el dolor crónico, en comparación con los hombres, quienes tienden a manejar los problemas por sí mismos, dijo Putterman. En su experiencia, las mujeres suelen asistir a las consultas médicas en compañía de un familiar, mientras que los hombres asisten solos.
El nuevo libro de Thernstrom, Crónicas del dolor, que saldrá a la venta el martes en Estados Unidos, detalla su propio viaje a través del dolor así como la historia del dolor desde la antigua Babilonia hasta el presente.
Buscar tratamiento para el dolor lo antes posible es crucial, dijo. “El dolor es como una filtración de agua en tu casa. Después la casa queda destrozada”, dijo el doctor Daniel Carr, y ella agregó que “el mejor momento para arreglar el problema es cuando comienzas a percibir una gotera”.