El consumo moderado de soya puede prevenir algunos tipos de cáncer
Pregunta:
Una de mis vecinas tiene cáncer de mama. Su médico le pidió que dejara de comer por completo soya y sus derivados, incluyendo chícharo edamame y tofu. ¿Hay alguna relación entre la soya y el cáncer? ¿Existe la posibilidad de que yo lo padezca porque solía comer edamame?
Respuesta del experto:
El médico de tu vecina está preocupado por la estimulación estrogénica, que puede causar cáncer de mama. Algunos de los tratamientos más efectivos contra el cáncer de mama involucran el bloqueo de la estimulación de estrógeno. La soya sí tiene estrógenos, pero cantidades moderadas de soya en la dieta son recomendables para la mayoría de la gente.
Dentro de una dieta normal existen varios compuestos naturales en las plantas llamados fitoestrógenos. Incluso las habas, cacahuates y dátiles tienen cierto contenido de fitoestrógenos, pero la linaza, la soya y los subproductos de soya tienen un contenido alto de fitoestrógenos.
Estos compuestos se llamaman fitoestrógenos como grupo, pero te pueden ser más familiares si escuchas su nombre por su categoría dentro de la familia de los fitoestrógenos, como los flavonoides, isoflavonoides, lignanos y cumestamos.
Los fitoestrógenos tienen cierta actividad pro-estrogénica y cierta actividad anti-estrogénica. La preocupación es que la estimulación estrogénica pueda, en algunas circunstancias, favorecer el desarrollo del cáncer de mama.
En los últimos años nos hemos percatado de que algunas terapias post-menopáusicas de remplazo de estrógeno aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama , y como resultado se ha prestado más atención a todas las formas de estimulación estrogénica.
Incluso entre los productos de soya existen diferencias en cuanto a la cantidad de fitoestrógenos. Un análisis realizado a alimentos descubrió que 100 gramos de linaza tienen casi cuatro veces tantos fitoestrógenos como 100 gramos de soya. 100 gramos de soya tienen tres veces tantos fitoestrógenos como 100 gramos de tofu, y 33 veces más que 100 gramos de leche de soya.
Se sugiere que una dieta con niveles entre moderados y altos de fitoestrógenos podría disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y prevenir la osteoporosis. Algunos estudios de población también sugieren que la ingesta elevada de fitoestrógenos podría tener un efecto preventivo en cánceres de endometrio y de mama en mujeres, y de próstata en hombres.
La dieta asiática es alta en soya, y esta es una de las teorías de por qué la población asiática tiene bajas tasas de cáncer de mama, de endometrio y de próstata.
Aunque estudios poblacionales más amplios sugieren un beneficio de altos niveles de fitoestrógenos en la dieta, los estudios en animales han notado que cantidades extremadamente altas de fitoestrógenos pueden fomentar el crecimiento de cáncer de seno y uterino.
Se sabe con más certeza que los fitoestrógenos pueden alterar el efecto anti-tumor en algunos medicamentos empleados para tratar el cáncer de seno. Como resultado, varios médicos recomiendan que las mujeres con cáncer de seno, o al menos con alto riesgo de padecerlo, reduzcan la cantidad de fitoestrógenos de su dieta.
Más médicos no consideran que las altas dosis de fitoestrógenos sean seguras para las mujeres que están siendo tratadas contra el cáncer de seno con terapias hormonales (los bloqueadores de receptores de estrógeno o inhibidores de aromatasa).
Para la persona que corre un riesgo promedio de padecer cáncer de seno, la dosis es la clave en la respuesta a tu pregunta.
Existe una diferencia entre los altos niveles de fitoestrógenos en tu dieta y las dosis muy altas en los suplementos alimenticios. Es muy razonable que una persona con riesgo promedio de padecer cáncer de mama coma cantidades moderadas de productos de soya, como el tofu, mantequilla de soya, nueces de soya y hamburguesas de soya, como parte de una dieta saludable bien balanceada.
Mientras que el consumo moderado de productos con base de soya es muy razonable, algunos suplementos con contenido de fitoestrógenos extremadamente alto, sobre todo compuestos de isoflavonoides a base de soya y lignanos de linaza, han sido promovidos como tratamientos “naturales” para bochornos y otros síntomas de la menopausia.
Ensayos clínicos muy bien diseñados muestran que estos suplementos no son más efectivos que un placebo (pastillas de azúcar) para aliviar los síntomas. La ciencia sugiere que estos suplementos de dosis altas podrían tener efectos negativos en la salud.