Los problemas maritales de los padres afectan el sueño de los niños
Los bebés expuestos a las desavenencias maritales de sus padres pueden ser más propensos a tener problemas en su siguiente etapa del desarrollo, de 1 a 3 años.
A esa conclusión llegó un estudio publicado en Child Development, según el cual la inestabilidad marital puede predecir si un bebé tendrá problemas de sueño cuando tenga año y medio.
“Es importante estar pendientes de cómo la calidad de la relación matrimonial puede influir en de un niño”, dice la Dra. Anne M. Mannering, autora líder del estudio e instructor en la Universidad Estatal de Oregon.
“Puede ser importante en el desarrollo temprano , más de lo que la gente se imagina”.
Mannering y su equipo dieron seguimiento a 357 familias que habían adoptado niños de menos de tres meses de edad. Ninguno de los niños seguidos en el estudio estaba relacionado genéticamente a sus padres ni tenía problemas médicos relevantes.
“Estudiamos solamente a familias adoptivas para descartar la posibilidad de que la relación entre problemas de sueño y problemas maritales se deba a alguna cuestión genética ”, explica Mannering.
Todos los padres de familia fueron entrevistados cuando sus bebés tenían nueve meses de edad. Para medir el grado de inestabilidad matrimonial que cada pareja atravesaba en algún momento, se les plantearon preguntas sobre su relación, incluyendo si alguna de las partes había considerado la separación o el divorcio.
Los padres respondieron de forma independiente un cuestionario sobre la habilidad de sus hijos para dormirse y permanecer dormidos durante la noche.
Mannering y su equipo realizaron entrevistas de seguimiento cuando cada niño tenía un año y medio de edad. Ambos padres tuvieron que responder las mismas preguntas de su primera entrevista sobre su matrimonio y sobre los patrones de sueño de los niños.
“Descubrimos que la inestabilidad marital cuando los bebés tienen nuve meses de edad puede predecir problemas de sueño a los 18 meses, pero no descubrimos lo opuesto”, dice Mannering. Es decir: las dificultades de sueño de un niño no predicen o implican falta de armonía marital de los padres.
“Los patrones de sueño no predicen inestabilidad marital”.
Aunque el estudio no explica qué mecanismos biológicos están detrás de la asociación entre los problemas maritales y los patrones de sueño, Mannering dice que la hipótesis es que el ambiente de un niño podría tener un papel importante en un sueño plácido.
“Hay evidencia previa que muestra que las experiencias de los bebés pequeños definitivamente pueden dar forma a los sistemas cerebrales que responden al estrés desde una edad muy temprana”, dijo Mannering.