El trabajo infantil impide el desarrollo de los niños en México
Dos años de la infancia de Ricarda Herrera transcurrieron entre las cadenas de producción de una fábrica en la que separaba materiales plásticos y a la que entró a trabajar cuando tenía 14 años.
Su caso es similar al de los más de tres millones de menores trabajadores de México, según datos del Módulo de Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009. Organismos internacionales, entre ellos UNICEF y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), celebran este 12 de junio el Día de la erradicación del trabajo infantil .
Ricarda salió por primera vez de Huautla de Juárez, Oaxaca, hace cinco años. Seguía el ejemplo de su hermano, que se desplazó a la Ciudad de México para buscar trabajo.
Aunque la Ley Federal del Trabajo permite que los mayores de 14 años trabajen, excluye los trabajos peligrosos o “superiores a sus fuerzas y que puedan impedir o retardar su desarrollo físico y mental”.
Ricarda no participaba en los procesos que involucraban el uso de sustancias químicas, pero su estancia en la fábrica implicaba riesgos a su salud. A su edad, podía absorber las sustancias tóxicas con mayor facilidad y la incapacidad la maquinaria de deshacerse de los contaminantes podría causarle enfermedades en el futuro, según el reporte de Trabajos Peligrosos publicado por la OIT.
Aunque asegura que no sacrificó su niñez por trabajar desde los 14 años, el abandono de sus estudios afectó a su desarrollo. Dejó de convivir con niños de su edad y no pudo practicar las actividades necesarias para madurar.
“Los niños quieren hacer deporte, quieren jugar. No quieren estar sujetados a un ritmo estricto y hermético de obligaciones. Y tienen derecho a jugar, aprender cosas jugando , conociendo sus propias facultades y capacidades", asegura Thomas Wissing, director adjunto de la OIT, en entrevista con CNNMéxico.
"Están en una etapa de crecimiento físico donde el trabajo pesado y las posturas forzosas no son tareas naturales que tienen que ver con cómo se debería desarrollar su mente y su cuerpo. Pueden dañar terriblemente a largo y corto plazo su salud”,
Como el 40% de los niños trabajadores, Ricarda abandonó sus estudios. Su futuro quedó comprometido, con una condición que, no sólo podría perpetuar el ciclo de pobreza , sino que limitó sus posibilidades a medida que iba creciendo.
“Todos los países del mundo prohíben el trabajo infantil porque los niños necesitan ir a la escuela para desarrollar habilidades. Todo lo que necesitan para desarrollarse como seres completos y no limitados a una tarea impuesta de trabajo. Eso debe de venir después", afirma Wissing.
Ricarda tiene 19 años y desde hace tres ya no trabaja en la fábrica. Se dedica a realizar labores de limpieza y tareas domésticas en una casa, un trabajo que desempeñan al menos 300,000 niñas en México, según cifras oficiales.
Su mayor sueño es ahorrar el dinero suficiente para construir una casa en su pueblo, pero no tiene nada ahorrado después de trabajar cinco años. Todo lo que ha ganado lo ha dividido en dos partes: una para cubrir sus gastos y otra para ayudar a la economía de su familia, en la que, asegura, no deja de pensar.