Para el creciente número de paganos, el 31 de octubre es más que Halloween
Al igual que las calabazas, las brujas y las telarañas falsas se apoderaron de gran parte de los hogares para Halloween, Clare Slaney-Davis se prepara para una fiesta del 31 de octubre que algunos considerarían más espeluznante, con sitios en la mesa para sus abuelos, una tía abuela y otros parientes que murieron.
Cuando ella y sus invitados coman, compartirán historias y recuerdos de sus seres queridos que fallecieron.
Slaney-Davis, quien vive en Londres, no prepara una cena para Halloween. En lugar de eso, ella y otros paganos alrededor del mundo celebran Samhain, el inicio del Año Nuevo pagano, una noche en donde el velo entre el mundo de los vivos y los muertos es más delgado que durante el resto del año.
Por eso es una noche que se dedica a los antepasados. "Los honramos y reconocemos que no vivimos en un mundo en donde las personas sólo están vivas o muertas", dice Slaney-Davis, de 46 años. "Los antepasados son fundamentales para nosotros".
Junto con el Día de Todos los Santos de la religión católica, Samhain se considera un antiguo precursor de Halloween. Samhain inició como una celebración celta que marcaba el fin de las cosechas y el comienzo de las dificultades en invierno.
Hoy en día, los paganos le restan importancia a la conexión entre Halloween y Samhain. Pero la creciente popularidad del Año Nuevo pagano en Europa y Estados Unidos es parte de lo que muchos expertos dicen que es un renacimiento del paganismo en el mundo.
Slaney-Davis, quien se formó como bruja y como druida, dice que su religión no tiene nada que ver con fantasmas y demonios. “Para mí, ser pagana significa estar en un equilibrio divino con la naturaleza y ser responsable de mis acciones”, dice. “Entiendo que mi comportamiento tiene un efecto sobre las personas que ni siquiera sé que existen. No es una teología de la perfección, más bien es una de pertenencia”.
Y es una teología que gana terreno. De acuerdo con la encuesta Identificación Religiosa Estadounidense realizada en 2008, el número de miembros en las categorías de "otras religiones" o "nuevos movimientos religiosos", que incluyen a los paganos, aumentaron más del doble entre 1990 y 2008, y llegaron a 2.8 millones de personas.
En la encuesta, que llevó a cabo el Trinity College de Connecticut, se informó que la cantidad de wicca y neopaganos también se duplicó en ese periodo.
Las religiones paganas contemporáneas como la wicca y los druidas se consideran movimientos neo-paganos.
“(El paganismo) es una de las religiones de mayor crecimiento en el mundo”, dice Michael York, un estudioso de Teología de la Universidad de Bath Spa en Gran Bretaña “Las cifras reales son imposibles de conocer, porque muchos no se atreven a admitir que son paganos, y por lo tanto no existen estadísticas confiables”.
El paganismo abarca una gran gama de distintos grupos religiosos, que incluye a los wicca, a los druidas, al chamanismo, y tienen algunos denominadores comunes, como sus raíces en las antiguas creencias anteriores al cristianismo, y su visión de la naturaleza y del mundo físico como algo sagrado.
"En las religiones tradicionales existe un conflicto entre Dios y la naturaleza", dice York. "Pero para los paganos, la naturaleza se convierte en la más fiel expresión de lo divino”.
Esa, dice, es una gran razón por la cual el paganismo parece estar resurgiendo: "No es por otro motivo que la inminente destrucción de nuestro medio ambiente y nuestro enfoque para encontrar una forma de vida equilibrada con la naturaleza".
Otra creencia pagana clave es la libertad de cada persona para determinar su punto de vista de lo divino. "El paganismo no limita lo que puedes o lo que no puedes creer", dice Jason Pitzl-Waters, cofundador de Pagan Newswire Collective y el blog del paganismo The Wild Hunt (La búsqueda salvaje). “Va más allá de la ética de que no existe una sola forma sagrada para entender el mundo”.
Los conflictos del paganismo
Pero la falta de un dogma se convirtió en un obstáculo para el movimiento. “Debido a que el paganismo es muy individual, crea un problema de no tener una sola voz, porque nadie habla del movimiento como un todo”, dice York.
Otro problema al que se enfrentan los paganos es el de la imagen: durante siglos, incluyendo la época de la Inquisición católica, se denunció a los paganos como herejes y adoradores del demonio.
"Uno de nuestros mayores retos es superar la hostilidad de los grupos que todavía nos ven como malvados", dice Pitzl-Waters. "Para algunos grupos cristianos conservadores, somos una señal de advertencia temprana del colapso de la sociedad".
Tan solo la semana pasada, en una columna de opinión del periódico en línea The Christian Post, se advertía del "festival oscuro” de Samhain, como una invitación al demonio. La columna dice que “a pesar de que no invocas conscientemente a Satanás, sus demonios siempre están presentes en el momento en que los wicca atraviesan la puerta espiritual por medio de la magia”. Llama a que los wicca pidan perdón por sus pecados y se conviertan a Jesús.
“Parte de lo que da miedo de las religiones conservadoras es que como pagano, me considero parte de lo divino”, dice Holli S. Emore, directora ejecutiva de Cherry Hill Seminary de Carolina del Sur, quien tiene uno de los primeros programas de graduados para el ministerio pagano. “Eso significa que Dios vive en mí, y eso es una blasfemia para algunas personas. Para mí, es una gran responsabilidad para ser buena y actuar correctamente”.
Los estudiosos dicen que el punto de vista de los neopaganos de que Dios se encuentra en todos lados y es parte de todo no es una idea extraña en el escenario religioso mundial. “Gran parte del paganismo moderno observa a religiones más antiguas como el sintoísmo, el hinduismo, y otras religiones que ven al Espíritu en todos lados”, dice Jenny Blain, profesora de Sociología en la Universidad Sheffield Hallam en Inglaterra y autora de varios libros sobre el paganismo.
“Si los agregas a todos al paganismo moderno, significa que una parte considerable del mundo no vive con los tradicionales puntos de vista de Abraham”, señala.
Hay indicios de que el paganismo gana aceptación en el mundo no pagano. El año pasado, por primera vez, el gobierno de Gran Bretaña reconoció a los druidas , un antiguo sistema de creencias pagano, como una religión.
"Otras personas ven al paganismo como algo peligroso o como una broma", dice Pitzl-Waters. “Pero es un movimiento mundial serio. El paganismo se convirtió en una religión mundial. No solo como una forma de contracultura con tipos que juegan a la brujería”.
Dicho esto, los rituales tradicionales de la brujería, como reunirse en círculos o hacer hechizos, tienen un lugar importante en el paganismo moderno, lo que inquieta más a los creyentes religiosos más conservadores.
"Ya que el cristianismo es más conservador, cualquier cosa que es vista como sobrenatural o mágica, automáticamente se vuelve mala”, dice York. “Debido a la dicotomía del paganismo, automáticamente se le ve como satánico”.
“La gente teme a lo que no entiende”, dice Emore. “Pero los hechizos básicamente son oraciones con accesorios. Lo que llamamos magia es el uso intencional del poder para lograr el cambio, y al igual que una oración, lo que haces es aprovechar un recurso interno. Reunirse en un círculo y reconocer los cuatro elementos no es nada nuevo; es algo que los nativos del continente americano y muchas religiones antiguas basadas en la naturaleza hacían”.
Para los neopaganos, los cuatro elementos —tierra, aire, agua y fuego— están estrechamente relacionados con su visión de un planeta sagrado. “Los atributos que se asocian con cada elemento se convierten en herramientas para meditar y en prácticas para esos hechizos”, dice Emore.
“El agua se asocia con las emociones y la intuición, el aire con la inteligencia y con la comunicación, la tierra con la base y con la estabilidad y el fuego con la pasión y con la acción”.
Para York, los antiguos rituales del paganismo también regresan una sensación de encanto con la vida. "Los antiguos tenían un sentido de lo mágico, pero con el cristianismo vino su disminución”, dice. "Se negó lo mágico, todo se convirtió en inanimado y desde una perspectiva pagana, perdimos nuestra conexión con lo sagrado. Creo que ahora la estamos redescubriendo".
“Los paganos entienden que llega el invierno, y que es el momento para prepararse para volver a nacer”, menciona York. "Para nosotros, los últimos 2,000 años fueron un invierno pagano".