10 mandamientos para 'aprender a comer' después de una cirugía bariátrica
El primer esposo de Debbie Benzine murió a los 44 años a causa de una enfermedad cardiaca. Tras su muerte, ella tuvo que criar sola a sus hijos. Permaneció soltera durante 16 años porque “pasar por eso una sola vez era suficiente”. Cuando conoció a Dale Benzine, él pesaba cerca de 135 kilos pero tenía una condición física bastante buena. Sin embargo, con el tiempo vio cómo el exjugador de futbol americano empezó a tomar pastillas para controlar su elevado colesterol y su presión arterial alta, otras para la ansiedad y la gota e inyecciones de insulina para contrarrestar su diabetes tipo II.
“Su cintura creció y también su cuello, lo que le provocó apnea del sueño”, recuerda. Después de que la pareja de Atlanta se casara, ella notó que la ropa que compraba para él era cada vez más grande.
Cuando su aseguradora anunció que el plan de la pareja cubría la cirugía bariátrica (cirugía para perder peso), le dijo a su esposo. “Sabía que tenía que hacer algo, pero no estaba segura de que estuviera listo para algo tan drástico”, dice.
Lo estaba.
El médico le había dicho tajantemente a Benzine: “Si no bajas de peso, morirás”. Y él estaba harto de tomar tantos medicamentos y de no tener la energía para tan solo vivir la vida.
“Un día… te das cuenta de que tienes solo 56 años y de que si quieres llegar a los 66 es mejor que hagas algo al respecto”, dice.
Hay varias clases de cirugía bariátrica. Con el bypass gástrico se crea un nuevo estómago del tamaño de una pelota de golf al cortar a través de la parte superior del estómago y conectar la bolsa de menor tamaño resultante con los intestinos. Otro tipo comprende colocar una banda ajustable alrededor de la porción superior del estómago. El dispositivo puede ajustarse o aflojarse en consultas médicas subsecuentes. Puede ayudar a que los pacientes se sacien más pronto y a que coman menos. A diferencia del bypass gástrico, los procedimientos con banda gástrica ajustable pueden revertirse fácilmente.
Benzine decidió someterse a la cirugía de bypass gástrico. Aunque los médicos no saben a ciencia cierta por qué, algunos estudios han demostrado que el bypass gástrico hace que la diabetes tipo II entre en remisión en la mayoría de los pacientes obesos. Dale tampoco quiso tener la opción de revertir la cirugía.
“En el fondo, piensas que siempre te puedes quitar la banda”, dice, haciendo referencia al procedimiento de la banda gástrica. “No quería tener la opción de retroceder”.
El recibir aprobación para someterse a cirugía fue más difícil de lo que esperaba. Muchas personas que se someten a cirugía bariátrica vuelven a subir de peso, así que las aseguradoras con frecuencia actúan con cautela al pagar por el procedimiento. Benzine acudió con su médico de cabecera, con un nutriólogo, un cardiólogo, un gastroenterólogo y un psiquiatra, quienes tenían que darle autorización.
El psiquiatra le dijo que rechazaba a más de la mitad de sus pacientes porque no estaban listos para hacer los cambios en el estilo de vida necesarios después de la cirugía. Benzine reconoció que hace 10 años tampoco habría estado listo.
“Soy originario de Wisconsin (Estados Unidos)”, dice. “Disfrutaba demasiado de la cerveza, las salchichas y el queso”. Sin embargo, los hijos y los nietos “hacen que las cosas cambien”. No obstante, estaba listo.
Finalmente le dieron luz verde. La cirugía fue un éxito, pero no era precisamente el paciente ideal. Poco después de su cirugía se comió una paleta helada demasiado rápido y empezó a vomitar. Cuando llegó a casa, siguió con su periodo de prueba y error, se enfermaba conforme conocía sus limitaciones.
“Imagina cómo te sientes después de la cena de Día de Acción de Gracias, multiplicado por diez”, dice, acerca de comer demasiado con su estómago reducido. “Y no hay nada que puedas hacer. Simplemente te sientes miserable y la comida tiene que salir”.
Empezó con una dieta líquida y luego con purés. Poco a poco empezó a comer alimentos sólidos.
“No íbamos a la hora feliz o a cenar con nuestros amigos porque se sentía incómodo”, dice Debbie Benzine. “Empecé a esconderme para comer porque me sentía culpable”.
Era como ser un bebé y tener que aprender a comer de nuevo, dice Benzine. Se dio cuenta de que la carne —de res, pollo o pavo— era demasiado pesada para su estómago. Sin embargo, las palomitas de maíz pasaban fácilmente. Desarrolló diez reglas para sí —y para otros pacientes como él— y empezó a bajar de peso.
En seis meses, había bajado más de 57 kilos.
Lo más difícil para él había sido ocupar su tiempo libre. Tuvo que aprender a recompensarse con actividades en lugar de comida. Ahora fuma un puro en vez de comer una bolsa de frituras o planea un escape de fin de semana para celebrar un éxito en el trabajo. Pide una entrada en vez de un plato fuerte cuando sale a jugar a las cartas con sus amigos.
Su dieta diaria rutinariamente consiste en yogurt griego, barras de proteína, sopa, palomitas de maíz, queso y galletas. No hace comidas abundantes, sino que cuando tiene hambre, come porciones pequeñas.
De cierta forma, su esposa ha debido alterar su estilo de vida para ajustarlo al de él. No ha sido fácil, dice la pareja, pero ha valido la pena.
“Tengo 57 años y me siento de 37” dice Benzine, riendo. “Fuera de broma, soy como un niño en una dulcería”. Planea asistir con orgullo a la 40ª reunión anual de su generación de preparatoria, en junio. “Ahora seré una de las únicas personas que pueden decir que pesan menos ahora que cuando estaban en la escuela”.
Lo más importantes es que “tendré a mi esposo y mejor amigo conmigo por largo tiempo”, dice su esposa.
Estos son los Diez Mandamientos de Dale sobre la cirugía bariátrica
1) Traza tus metas con anticipación, tanto en la cantidad de peso a perder como en la fecha en la que quieres haberlo logrado. Lleva un diario o registro de los kilos que bajas .
2) Será necesario que sigas un proceso de prueba y error con los alimentos y los líquidos, aunque será doloroso. Para mí los arándanos fueron terribles, pero las palomitas de maíz sin mantequilla me funcionaron muy bien. Quién lo diría. Recomendación: Conserva cerca tus píldoras contra las náuseas, porque al principio definitivamente las necesitarás.
3) Encuentra un desayuno y un almuerzo alto en proteínas con el que puedas vivir todos los días. (El mío consistía en yogurt griego para el desayuno y smoothies de fresa, plátano y proteína con chocolate). También sigue fielmente tu régimen de vitaminas, especialmente de vitamina B12, vitamina D y calcio.
4) Concéntrate en cambiar tus hábitos alimenticios diarios: en vez de hacer tres comidas abundantes al día además de bocadillos, haz cinco o seis comidas pequeñas.
5) ¡Mantente hidratado! Es muy importante que evites la deshidratación, así que evita la cafeína, los refrescos carbonatados, la cerveza y el alcohol.
6) Muévete más y come menos. Empieza caminando 30 minutos, de cuatro a cinco veces por semana . Poco a poco camina más lejos, más rápido y con más frecuencia, mientras agregas ejercicios de levantamiento de pesas de dos a tres veces por semana. Te sorprenderás de lo rápido que empezarás a bajar de peso una vez que empieces esta rutina, ¡además de que a tu perro le gustará más que a ti!
7) Recompensa a tu nuevo cuerpo con actividades en vez de comida. Recompénsate al ir a ver a tu artista favorito cuando cumplas una meta al bajar de peso. Únete a un club de juegos de cartas, retoma la lectura, ve al cine todas las semanas con tu pareja. El reemplazar tus “salidas a comer” con actividades demostrará ser lo mejor que puedes hacer durante todo este viaje.
8) ¡No es malo que quede comida en tu plato! Sin importar lo que tu madre te dijo mientras crecías , los niños de África, la India o China no se verán afectados si dejas comida en tu plato cuando comes fuera de casa. La gente te preguntará por qué, pero créeme, no herirás sus sentimientos si les dices que estás satisfecho.
9) Pide una entrada en vez de un plato fuerte cuando comas fuera. Te sorprenderá lo satisfecho que te sentirás cuando comas las porciones más pequeñas y tu cartera también lo agradecerá.
10) Finalmente, pero definitivamente no menos importante, apégate a tu red de apoyo, ya sea tu esposa, un amigo, un colega, etc. Tendrás días buenos y algunos malos, ¡pero el amor y apoyo incondicional que esas personas te ofrecerán te ayudará a salir adelante de lo malo y a celebrar lo bueno!
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