El municipio sonorense de Fronteras posee un tesoro paleontológico
Huellas y huesos ocultos bajo el suelo durante millones años han traído buenas noticias para la paleontología mexicana y para el turismo de un municipio del norte de México, dedicado principalmente al campo.
Cerca del 30 % de los huesos fósiles de un dinosaurio de unos 18 metros de longitud han sido recuperados en un arroyo que está a dos kilómetros de la cabecera municipal de Fronteras, un municipio de 10,000 habitantes ubicado al noroeste de Sonora, y a 70 kilómetros al sur de la ciudad fronteriza de Agua Prieta.
El fósil es el más grande de su tipo hasta el momento en todo el continente americano, confirmó en entrevista con CNNMéxico René Hernández, paleontólogo del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"Tenemos lo más importante que es la cintura, tanto el lado izquierdo y el lado derecho. Y ya sé hacia donde está el cráneo", dice Hernández.
Pertenece a la familia hadrosauridae, conocida como pico de pato. Era el hervíboro dominante en el Cretácico, es decir, hace 65 o 70 millones de años. "El grupo más general al que pertenecen son los ornitópodos o pie de ave", explica Hernández. Todavía se desconoce la especie y el género.
En mayo del 2010, Manuel Gámez, un trabajador del municipio de Fronteras, reveló el lugar en que su fallecido padre había encontrado huesos extraños, cuenta Jesús Villalobos, director de Obras Públicas del municipio.
La noticia pronto llegó a oidos de investigadores de la Universidad de Sonora (Unison) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que habían estudiado huellas de dinosaurio en la región. La primera temporada de excavación la llevaron a cabo entre mayo y septiembre del 2010.
El hallazgo del dinosaurio pico de pato reforzó otro descubrimiento que entusiasma tanto a estudiosos de fósiles como a los habitantes de esta región montañosa, con clima seco y paisajes llenos de matorrales: que el municipio de Fronteras es un depósito rico en tesoros paleontológicos .
Paso a paso: las huellas
En enero del 2010 investigadores de la UNAM y de la Unison viajaron a un depósito de cantera conocida como Carro Quebrado en la comisaría de Esqueda, a 20 kilómetros de la cabecera municipal de Fronteras.
Habían recibido fotografías de lo que parecía ser una huella de dinosaurio encontrada en una zona rica en cantera por Roberto Lucero, un trabajador, e iban a confirmar si las pisadas eran reales.
Sí lo eran. Tras mover algunas rocas los investigadores ubicaron 24, algunas de más de 30 centímetros de largo. Fue la primera vez que se encontraron huellas de dinosaurio en Sonora.
Hay siete huellas continuas de un animal, y entre 14 y 15 de otro, dice Ricardo Servín, estudiante de Biología y colaborador del paleontólogo Hernández en el estudio de las pisadas. También otras cinco aisladas. "Son tanto de herbívoros como de carnívoros de diferentes tamaños", explica Servín.
A más de un año del primer descubrimiento, investigadores de la Unison han contabilizado un total de 40 pisadas en una superficie de una hectárea, según un comunicado de la universidad de diciembre del 2010.
Las huellas son importantes porque revelan información sobre cómo caminaban los dinosaurios, a qué velocidad, qué tamaño tenían. También se puede saber cómo era su medio ambiente; "si es muy profunda (la huella) indica que era húmedo y blando. Si es poco profundo, era más seco", explica Servín.
Ahora se sabe, por ejemplo, que el actual depósito de cantera de Esqueda era muy distinto cuando las huellas quedaron impresas en el suelo. "Imagínate el lago de Chapala (el más grande de México) o el de Pátzcuaro (en Michoacán). Alrededor había mucha vegetación, los dinosaurios iba a beber, había mucha comida", describe Hernández.
El descubrimiento de fósiles en el municipio de Fronteras es importante pero no debería sorprender. México posee algunos de los depósitos más importantes de fósiles de dinosaurios a nivel internacional , según Hernández. Hay depósitos en Baja California, Coahuila, Chihuahua y Sonora .
Visitantes inesperados
Al poco tiempo de que se conoció el hallazgo de huellas de dinosaurio en enero del 2010, comenzaron a llegar visitantes.
"Después de que la noticia (se difundió) en la televisora estatal ya empezó a venir gente para verlas (…) No quieren quedarse con el pendiente de saber cómo están, cómo las encontraron", cuenta via telefónica el presidente municipal de Fronteras, Israel Quijada Hernández.
"Hay mucha gente interesada" en ver las huellas, coincide el director de Obras Públicas.
El municipio tiene el proyecto de abrir un museo para exhibir los hallazgos, apoyado por investigadores de la UNAM, la Unison, y la empresa que produce cobre en la región, Grupo México.
El reto, describió Hernández en el reporte que escribió tras el descubrimiento de las huellas, será estudiar la zona, "preservarla y finalmente dar a conocer su enorme importancia".