Galerías mexicanas participan en la primera feria virtual de arte
Para los entendidos en el mundo del arte, las ferias son sitios de peregrinación: eventos como Art Basel en Suiza o Zona Maco en nuestro país representan oportunidades para todos: los artistas exhiben su obra frente a públicos nuevos, los galeristas se hacen de contactos (y potenciales clientes), mientras que los compradores evalúan qué artistas valen la pena para invertir su dinero.
Sin embargo, estas ferias suelen ser lejanas del público general y debido a su ubicación, sólo grupos selectos pueden acudir a ellas. Así las cosas, los galeristas neoyorquinos James y Jane Cohan, así como los emprendedores americanos Jonas y Alessandra Almgren, decidieron crear algo diferente: una feria de arte realizada totalmente en internet e inaugurada el pasado 22 de enero.
Fruto de su trabajo es la Feria de arte VIP , que pese a su elitista nombre, es el primer intento para llevar el arte contemporáneo fuera de los círculos tradicionales y llegar a una audiencia global usando la versatilidad de la web. En este proyecto se han apuntado 138 galerías de arte de todo el mundo, incluyendo dos mexicanas: OMR y LABOR.
Pamela Echeverría, directora de LABOR cuenta a CNNMéxico.com que, “nuestra galería abrió en 2009; nos especializamos en arte contemporáneo y recibimos la invitación a participar en la Feria de Arte VIP por medio de Patricia Ortiz Monasterio de la galería OMR”. Tras la invitación, el personal de LABOR preparó un grupo de piezas para su exhibición digital, “subimos fotografías de muy alta calidad de una decena de obras del catálogo de nuestros artistas”, entre quienes se cuentan Teresa Margolles y Pedro Reyes.
Pese a ser una galería que opera en un edificio en la Colonia Roma de la Ciudad de México, la directora de LABOR señala que “yo me paso hasta 16 horas frente a la computadora; la gente en la sociedad actual hace amigos y se enamora por internet, ¿por qué no podríamos usar ese medio conversar en torno al arte?”. Y así, a lo largo de la presente semana (la feria terminará el próximo 30 de enero), el stand virtual recibe lo mismo mensajes de curiosos (que no pagan un centavo) que solicitudes de posibles compradores, quienes por 20 dólares pueden conocer los precios de las obras y acceder a exhibiciones privadas.
En cuanto a las posibilidades económicas de la feria, Echeverría dice que, “no lo hicimos por el dinero que pudiéramos ganar allí, sino para acercarnos a esa capa de gente interesada en el arte, pero que quizá siente temor de abordar directamente al galerista”. Sin embargo, el formato impone ciertas limitaciones: por el momento sólo se pueden colocar imágenes bidimensionales, restringiendo la exhibición de objetos tridimensionales como esculturas e instalaciones.
Y aunque la red parece ser el camino para atraer nuevas audiencias (la directora de LABOR señala que han recibido mensajes en su mayoría de visitantes provenientes de Europa) dice también que la galería de ladrillos y concreto no desaparecerá, sobre todo porque de momento la experiencia real no padece problemas de conexión, que han afectado la exhibición virtual, quizá víctima de una popularidad lejana al exclusivo concepto VIP.