Internet, pieza clave en Egipto, ¿debe ser un derecho humano?
¿Estamos en la era de las revoluciones de internet, en las que Facebook, Twitter y los mensajes de texto son ingredientes esenciales para el cambio democrático?
Como quizás muestran las protestas en Egipto , ¿internet puede ser sólo una herramienta en este proceso, nada más que una versión moderna del teléfono?
Mientras las manifestaciones continúan en las calles de Egipto, donde muchas personas están inconformes con el resultado de los 30 años de Hosni Mubarak en el poder , los expertos tecnológicos y los blogueros intentan descifrar el papel que juega internet en esta situación.
Hay quienes dicen que Egipto está violando los derechos humanos modernos al cerrar el acceso a internet y a las redes de telefonía móvil. Otros dicen que el hecho de que las protestas continúen a pesar de estas barricadas revela una brecha enorme en el argumento de que los medios sociales engendran revoluciones sociales.
"Donde antes los activistas eran definidos por sus causas, ahora son definidos por sus herramientas", opina Malcolm Gladwell en The New Yorker.
Para ayudar a que estos complicados argumentos tengan sentido, a continuación presentamos un extracto de lo que la gente dice sobre el papel internet en Egipto, donde continúan las manifestaciones, y en Túnez, donde las protestas a principio de mes de enero derrocaron al gobierno y desencadenaron una ola de disturbios en otros países de Medio Oriente.
El vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, P.J. Crowley, dijo a Al-Jazeera que el acceso internet es un derecho humano moderno:
"Queremos asegurarnos de que Egipto no interfiera con el uso de los medio sociales. Es un derecho fundamental, y es tan claro como entrar a la plaza central de una ciudad. Estamos dejando claro éste aspecto a Egipto, de forma pública y privada".
Dave Pell, en el blog Tweetage Wasteland, dijo que internet no es esencial para una revolución, pero sin duda es de ayuda:
"Sí, amigos. El movimiento de los Derechos Civiles ocurrió antes de Twitter. Para los que están en casa, lo mismo sucede en torno a todos los movimientos históricos notables, desde el Big Bang hasta el lanzamiento del video de Bootylicious de Destiny's Child. Las redes sociales en tiempo en real no son un elemento necesario para organizar y llevar a cabo una revolución de amplio impacto. Tampoco es el megáfono, pero sin duda facilita que más gente te escuche".
Caroline McCarthy, de CNET, opinó que "no hay tal cosa como una 'revolución de medios sociales'":
"Un dictador derrocado por Twitter o corrido por los esfuerzos de un grupo de Facebook… es una idea atractiva, sobre todo para quienes están en el negocio de los medios sociales y tienen participaciones personales de todo tipo en el valor global de los medios sociales dentro de las primeras planas.
"Los expertos de Twitter han especulado si los levantamientos en Túnez o las subsecuentes protestas en Egipto podrían sumarse a la 'primera' revolución real engendrada por los medios sociales. Pero éste no es el camino correcto para medir las cosas: una 'revolución de medios sociales', a este punto, no debería ser ni digna de mención ni sorprendente. Si un dictador es derrocado o un gobierno es destituido, sería notable que Facebook o Twitter no fueran usados".
David Kravets, de Wired, informó que los egipcios están publicitando protestas con los anticuados panfletos a falta de internet:
"... No confundan las herramientas con las causas de raíz, o los fines con los medios. Las protestas en Túnez, Egipto y Yemen son contra dictadores que han estado en el poder y limitado a su gente desde hace décadas. Esto es combustible para el motor del disidente. La docena de protestantes que se autoinmolaron en Egipto no lo hicieron por los tuits, 'sino por los años de represión y dictaduras. Las revoluciones existieron antes de Twitter y Facebook', dijo Issandr el-Amrani, escritor y activista del Cairo, vía telefónica desde Túnez. 'No es más complicado que esto'.
"Sólo una cuarta parte de la población egipcia está en línea, según los cálculos de el-Amrani. Las protestas en las calles han crecido de forma anticuada, con panfletos y reuniones espontáneas".
En el blog TechCrunch, Alexia Tsotsis escribió que Twitter está convirtiendo a la gente en redes de noticias individuales:
"Los humanos funcionan como comunicadores de noticias de facto, usando las herramientas de publicación que están disponibles. Aunque no es una idea nueva, realmente nos llamó la atención en las últimas semanas con las dos revoluciones subsecuentes en Túnez y Egipto. De lo que yo, y quizá ustedes, ya nos dimos cuenta, es que las personas interesadas que seguimos se convirtieron en nódulos individuales de información, usando las herramientas que tienen para que fungieran como sus propias redes de noticias".
En The New Yorker, Nicholas Thompson, experto en medios sociales, dijo que internet puede beneficiar ambos lados del conflicto:
"Los gobiernos controlan los medios por los que fluye la información. Esto significa que pueden bloquear sitios, o como al parecer hizo Egipto, pueden cerrar el acceso a internet y confundir a todos los que confiaban de él. En Irán, claramente el gobierno tuvo cierto éxito usando internet para reducir el paso de la revolución verde. En Túnez, el gobierno hackeó la contraseña de casi todos los usuarios de Facebook en el país. Si Ben Ali no hubiera caído tan rápido, esa información habría sido muy útil. Las herramientas tecnológicas pueden ser usadas con cierta efectividad por las masas, o por el hombre".
En el blog de políticas exteriores, The Net Effect, el experto en internet, Evgeny Morozod, escribió que internet y la telefonía móvil facilitan a los regímenes autoritarios a encontrar a los disidentes:
"La tecnología, no sólo internet sino los teléfonos móviles, facilita el hallar protestantes y disidentes. Sería muy difícil, por ejemplo, encontrar el nombre de todos los que se reunieron en la plaza central de Minsk para oponerse a los resultados de las elecciones recientes en Bielorrusia antes de que los teléfonos móviles tuvieran tal presencia".
En conversaciones con CNN, el profesor de periodismo, Jeff Jarvis, dijo que internet es un derecho humano que permite a la gente 'hacerse cargo' del gobierno:
"Creo que el derecho a conectarte se vuelve un derecho humano fundamental. El problema aquí es que vemos que el gobierno es el único punto de caída de internet, como el botón de apagado, como lo usó Egipto, o como el hecho de que controlan la estructura de internet.
"Y nuestro futuro, los medios por los que crearemos a la siguiente sociedad, es vulnerable en este lugar, y eso me da miedo. Al mismo tiempo, celebro el hecho de que la gente de un país pueda usar estas herramientas para hacerse cargo".
Jillian York, de Harvard, escribió que las protestas en Túnez habrían ocurrido con o sin Twitter y Facebook, pero quizás no nos habríamos enterado:
"¿El Departamento de Estado se hubiera involucrado antes? (¿recuerdan los primeros comentarios públicos en torno a la libertad de las redes en Túnez?). ¿Al Jazeera, sin oficiales en el lugar, hubiera podido informar la historia como lo hizo? Y más importante, ¿algo de eso habría importado?”.
El acceso a internet es "fundamental" para las protestas en Egipto, escribió Khadija Sharife del Huffington Post:
"Más que nunca, internet sigue siendo un vehículo crucial para sostener y transmitir resistencia, permitiendo a los egipcios 'tener acceso al mundo' e informarle sobre la maquinaria del brutal régimen. Aunque no es tecnología que haya dado vida a la revolución, sino a los egipcios mismos, catalizado en parte por sus vecinos tunecinos, el acceso es fundamental".
En The New Yorker, Malcolm Gladwell señaló que las protestas y revoluciones ocurrían mucho antes que internet. Un ejemplo es el movimiento de Derechos Civiles:
"Miles fueron arrestados y otros miles fueron radicalizados. Estos eventos a principios de los años 70 se convirtieron en una guerra de derechos civiles que sepultaron al sur por el resto de la década, y ocurrió sin correo electrónico, mensajes de texto o Facebook y Twitter".