Facebook fue la chispa del cambio en Egipto
Vestidos de negro, permanecen de pie en silencio en las orillas del Río Nilo, de espaldas a Egipto. Han observado su país natal convertirse en un lugar de tortura y represión. Y ahora, en junio de 2010, están haciendo una declaración.
Las instrucciones para la protesta fueron claramente diseminadas en Facebook: pararse a metro y medio de distancia para no romper las leyes egipcias contra las manifestaciones públicas; estar absolutamente en silencio; no hacer señas; vestir de negro como se determinó en una votación en línea; ponerse de pie en las orillas del río o del mar durante una hora solamente, y luego alejarse.
Nadie sabía aún quién había organizado esta protesta contra la brutalidad policiaca. Había cinco administradores de la página en Facebook , activistas expertos en internet que realmente no se conocían entre sí. Se habían comunicado casi exclusivamente a través del sistema de correo electrónico de Google, que no permite a los externos rastrear las comunicaciones de una dirección específica de IP.
Los jóvenes, anónimos, disidentes empoderados por el internet detrás de la página en Facebook “Todos somos Khaled Said”, se volvieron populares en los meses siguientes. Eventualmente, el grupo recibió el crédito por ayudar a iniciar la revolución de 18 días que comenzó el 25 de enero y terminó con el gobierno del presidente Hosni Mubarak, quien estaba en el poder desde que estos jóvenes habían nacido.
Al hacerlo, actualizaron nuestra imagen de lo que significa ser un revolucionario. Quizás ya no es suficiente con esgrimir lemas, bates de béisbol y máscaras de gas; l as revoluciones modernas deben ser en parte impulsadas por un poco de tecnología geek también .
La ola de protestas a favor de un cambio de régimen comenzó después de que los tunecinos derrocaran exitosamente a su presidente en un levantamiento popular .
Los revolucionarios egipcios aún sin nombre convocaron a un “evento” en Facebook para el 25 de enero, como mucha gente hace para invitar a sus fiestas de cumpleaños.
Sin embargo, a este evento le dieron un nombre determinante: “El día de la revolución contra la tortura, la pobreza, la corrupción y el desempleo”.
Más de 80,000 personas hicieron clic en “Sí” a la invitación, indicando que asistirían, de acuerdo con Ahmed Saleh, uno de los cinco administradores de la página en Facebook.
Mahmoud Salem, de 29 años, uno de los blogueros más prominentes de Egipto, dijo que el evento de Facebook apareció en su línea de tiempo en Twitter. Al principio no creyó que fuera real.
“¿Quién hace un evento para una revolución en Facebook?”
Salem puso un escéptico “tal vez” en la invitación, pero acudió a las calles de El Cairo ese martes, dudando que asistieran muchos. Pero pronto se encontró entre una multitud de miles que empujaba las barricadas de la policía, tratando de hacer un camino para que los manifestantes pasaran.
Es en ese momento, para él, el movimiento digital se volvió real.
“Esperando el internet”
Saleh aprendió que su país era un lugar de exasperante tortura, violación y encarcelamiento en espacios inimaginablemente pequeños a los 10 años, cuando abrió uno de los libros de su padre.
El padre de Saleh, un conservador religioso, era un lector voraz y tenía libros en su casa que incluían material que criticaba al Estado.
Mientras crecía, Saleh, ahora de 32 años, se frustraba por lo poco que podía conocer del mundo desde los dos canales de televisión administrados por el gobierno. Por ello, se regocijó cuando, a sus 16, llegó el internet a su hogar en Alejandría, Egipto.
“ Estaba esperando por la llegada del internet a Egipto años antes de que llegara ”.
El rostro de la tortura
La fotografía de Khaled Said con el rostro golpeado, lleno de sangre y fracturado se volvió viral en línea.
El hombre egipcio fue supuestamente golpeado a muerte por la polícía afuera de un café internet . Se reportó que estaba en posesión de un video que mostraba la venta ilegal de drogas por parte de la policía.
Saleh y otros se impactaron. Pronto, crearon la página en Facebook llamada “Todos somos Khaled Said”.
El empleado de Google Wael Ghonim, quien trabajaba por las noches desde Dubai, encabezó este esfuerzo. Administrando el sitio anónimamente bajo el seudónimo “el shaheed”, que es el árabe de “el mártir”; llenó la página con noticias acerca del abuso y tortura de la policía.
Construyendo valentía
Pronto, protestas organizadas por Facebook mostraban apoyo a Khaled Said.
Una de las manifestaciones más prominentes fue en la que la gente se paraba en las orillas del Nilo vistiendo negro, realizada principalmente en Alejandría.
Pero la idea no fue de los cinco líderes de la página en Facebook. La idea vino de los usuarios de Facebook, dijo Nadine Wahab, otra de las cinco organizadoras de la página, quien era una administradora de respaldo, localizada en Washington.
“Realmente es un movimiento del pueblo”, dijo.
“Sin embargo, nadie estaba poniendo atención a Egipto”, dijo Wahab, quien trabaja en una oficina de prensa para un grupo de derechos humanos en Estados Unidos. “Sólo eran un montón de manifestantes”.
Una chispa tecnológica
Los organizadores en línea suelen decir que después de la mañana del 25 de enero, la protesta se desconectó de la web .
Los organizadores condujeron a multitudes en los barrios más pobres de El Cairo, gritando en altavoces para que aquéllos sin conexiones a internet se unieran a las personas que habían sabido del evento en línea, dicen los organizadores.
Cuando el gobierno egipcio canceló el internet durante cinco días durante las protestas , la gente en las calles se comunicaba de boca en boca, o asomándose a la ventana para ver qué estaba ocurriendo.
Quizás el internet fue la chispa de la revolución, pero la acción estaba sucediendo entre la gente real en el mundo real.
Los organizadores online en Egipto reparten el crédito. Dicen que ninguna persona, grupo, página de Facebook o partido político por sí solo planeó este movimiento. Sólo sucedió, dicen. En parte en respuesta a los eventos en Túnez , en parte por años y años de problemas económicos, sociales y de derechos humanos.