Matrimonio mexicano comparece por Skype y gana juicio ante corte de EU
Un matrimonio mexicano deportado de Estados Unidos y separado de sus cuatro hijos logró comparecer y ganar un juicio por la patria potestad de dos de ellos en una corte de Pensilvania, a través de Skype.
El abogado de la pareja, Gustavo García, dijo en conferencia de prensa que el caso puede sentar un "precedente histórico" para los indocumentados que se encuentran en sus países de origen, pero tienen pendientes judiciales en Estados Unidos.
Alfonso Mejía y Margarita Almaraz contaron que las autoridades del condado de Chester, en Pensilvania, decidieron quitarles a sus cuatro hijos por supuestas sospechas de abusos cometidos contra los menores.
La pareja de indocumentados emigró a Estados Unidos hace unos 10 años, y en 2004 la madre decidió llevar también a dos hijos que tenía de otro matrimonio y que vivían en México: Jonathan, hoy de 15 años, y Vianey, una niña de 14.
En 2007 el condado de Chester decidió que Jonathan debería quedar al cuidado de padres sustitutos, y en 2008 decidió lo mismo para Vianey.
Sin embargo, el matrimonio tuvo en territorio estadounidense a las niñas Ashanti, actualmente de ocho años, y Ashley, de tres.
La familia recibió en 2008 la orden de comparecer ante una corte, después de que las autoridades de Chester aseguraran que tenían sospechas de que la pareja también abusaba de las dos menores, nacidas en territorio estadounidense.
Mejía y Almaraz, temerosos de perder también a Ashanti y Ashley, decidieron que regresarían con ellas a México , pero fueron detenidos por la policía en el estado de California, que los consideraba "fugitivos" por no presentarse ante el tribunal de Pensilvania.
Después fueron arrestados, él durante 8 meses y ella 6 días, luego liberados sin cargos en su contra, y deportados a México sin sus hijas.
"Llevamos dos años sin verlas, solo hablamos con ellas por teléfono", indicó Almaraz.
En México, la familia buscó apoyo de varias dependencias y, tras ser rechazados por las federales, finalmente acudieron a la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad de la capital mexicana, organismo que les brindó asesoría y los puso en contacto con García, quien asumió el caso sin cobrar honorarios.
Mientras tanto, en el condado de Chester ya se había iniciado un proceso administrativo para quitarles la patria potestad de las dos niñas, y se les había declarado en desacato por no presentarse a ninguna comparecencia, lo que no podían cumplir por haber sido deportados y porque la embajada de Estados Unidos no da visados a deportados , así sean requeridos por un tribunal como testigos.
García explicó que la familia, por sus precarias condiciones económicas, tuvo que tomar la "difícil decisión" de luchar en los tribunales para recuperar sólo a las dos pequeñas, y dejar para el futuro la batalla por los otros dos adolescentes hijos de Almaraz, o esperar a que cumplan la mayoría de edad.
Con la ayuda de una abogada en Estados Unidos, a la que el matrimonio debe todavía 15,000 dólares por sus servicios, lograron interceder ante la corte de Pensilvania, que aceptó que comparecieran y siguieran a las diligencias judiciales en una videoconferencias a través de Skype.
Tras ocho audiencias por Internet, y unas 50 horas de comparecencia virtual, la jueza Katherine Platt sentenció en octubre de 2010 que el condado de Chester "no había probado que había sospechas legitimadas de abusos" cometidos contra las niñas.
Sin embargo, la odisea de la familia Mejía Almaraz no ha terminado todavía, porque ahora debe esperar la resolución de otra corte de Pensilvania, "únicamente para evaluar la reunificación de las niñas con sus padres ", lo que podría suceder este verano, señaló García.