La vida digital de Anders Breivik, autor confeso de masacre en Noruega
Nota del editor: La versión original de este texto fue publicada en julio de 2012.
Anders Behring Breivik, el responsable de los ataques del pasado 22 de julio en la capital noruega, Oslo, y en la isla de Utoya, utilizó, además de explosivos y armas de fuego, Facebook, videojuegos y otros recursos de internet y de tecnologías de información para preparar los ataques en los que murieron 76 personas y decenas más quedaron heridas, y para propagar sus ideas contra quienes consideraba una amenaza para la integridad europea: los islamistas y los marxistas culturales.
El diario del odio
De acuerdo con el documento 2083: A European Declaration of Independence (2083: Una declaración de independencia europea), de más de 1,500 páginas y colocado en internet horas antes del ataque, su labor inició entre 2006 y 2008.
En esa época comenzó a redactar su manifiesto, que llevaba por título únicamente A European Declaration of Independence (Una declaración europea de independencia), y que más tarde le serviría como eje ideológico y testimonio de la planeación del atentado.
Las primeras acciones de propaganda de Anders ocurrieron en noviembre de 2009. “He tomado algunas semanas para ayudar a establecer un diario conservador con distribución en Noruega. La idea es desarrollar Document.no , un blog conservador y convertirlo en una publicación con 12 ediciones anuales”.
El asesino empezó a explorar Facebook: “estoy usando Facebook para ubicar grupos nacionalistas e invitar a cada uno de sus miembros. He logrado recabar unas 1,700 direcciones de correo electrónico de esta forma. Intercambiando datos de blogs y sitios en internet, el número de direcciones que tengo es de entre 3,000 y 5,000”, cuenta en su diario.
Curiosamente, ni siquiera en los grupos nacionalistas su mensaje tiene mucho eco. “Facebook tiene un límite de invitaciones diario de 50 personas, de las cuales entre el 40% y el 50% acepta; de ellos, alrededor de la mitad revisa sus correos regularmente. Así que de 1,000 amigos, obtendré un índice de penetración de entre 20-30%”, calcula.
Un poco de diversión
Para enero de 2010, su estrategia en Facebook seguía adelante, pero lentamente.
“Es una estrategia extremadamente tediosa y aburrida esto de preparar contactos de calidad tras buscar en grupos patrióticos en Facebook y enviar 100 invitaciones diarias de las 2 cuentas que tengo”.
Para relajarse, Anders dedica horas a jugar World of Warcraft y Dragon Age Origins, los cuales se desarrollan en escenarios medievales.
Un mes después adquiere otro juego: Modern Warfare 2, “(como) parte de mi entrenamiento en simulador”. Su estrategia de enviar mensajes a nacionalistas termina, tras la obtención de correos electrónicos de legisladores, a quienes planea enviar el documento, ya que “las agencias de inteligencia europeas harán todo lo posible para limitar su distribución”.
En marzo de 2010, Anders escribe que ha conseguido armar un grupo con unas 8,000 direcciones de correo “entre nacionalistas en todos los países de Europa Occidental, Estados Unidos, Australia, Canadá, Sudáfrica, algunos países de Europa Oriental, Armenia, Israel y hasta India”.
Para borrar sus huellas, elimina de ambas cuentas en Facebook sus contactos y los transforma en lo que denomina perfiles políticamente correctos, sin referencias extremistas.
Información precisa
La siguiente herramienta digital que usó en la planeación del ataque fue Google Earth, con la que en julio de 2010 halló “una desolada ubicación, en lo profundo del bosque de Noruega” donde edificó una granja para probar las armas y explosivos que adquiría.
Como medida de protección, durante el verano y el otoño de ese año cambió el disco duro de su computadora un par de veces, para evitar tener demasiada información, por si llegaba a caer en manos de las autoridades. Quizá el único aparato que le acompañó en sus viajes por Europa en la búsqueda de armas fue el iPod, con el que pasó meses escuchando música vocal trance.
Pero Anders no sólo usó la red para difundir información. A través de tiendas en línea reunió materiales como nicotina líquida. “Convertiré las balas en armas químicas”, dice en su diario, así como detonadores y otros componentes para los explosivos empleados meses más tarde.
Supuestamente, inyectó sus balas con este líquido para asegurar que resultaran letales. Según versiones de la prensa , estas transacciones lo habrían puesto en el radar de las autoridades de aduanas de su país, aunque todavía no queda claro hasta qué punto sus compras lo delataron.
En noviembre de 2010 comenzó a planear la producción de un video que subiría a la red, donde explicaría sus ideas. Para pasar el invierno noruego, se abasteció de varios videojuegos, “Fallout: New Vegas, justo después de terminar Bioshock 2. Además, probaré el nuevo World of Warcraft: Cataclysm cuando sea lanzado en diciembre. Tiempo de desempolvar a mi mago…”
Propaganda digital
Entre el 15 y 26 de febrero de 2011, Anders preparó un video de 12 minutos para promover sus ideas, usando Photoshop y otras herramientas de edición digital.
“Después de 12 días de trabajo duro, puedo decir que estoy satisfecho con el resultado final (...) quería contratar a un productor asiático a través del sitio scriptlance.com , pero tuve que cuidar mis fondos”, escribió.
En la etapa de la construcción del artefacto que habría de detonar en el centro de Oslo —que inició el pasado mayo— como primera fase de su ataque, internet le proveyó de información sobre procedimientos químicos para la obtención de sustancias, como ácido sulfúrico concentrado, utilizadas en explosivos.
Para el 20 de julio, Anders subió a YouTube y Veoh el video que había preparado como resumen de su extenso compendio y distribuyó copias a través del protocolo Torrent (que permite su difusión de manera descentralizada desde cientos de computadoras).
Finalmente, a las 12:51 horas del 22 de julio, momentos antes de salir rumbo a Oslo , firmó la copia digital de su documento y lo envió a su lista de centenares de contactos obtenidos a través de Facebook. Su manifiesto, bajo el seudónimo de Andrew Berwick, contiene instrucciones para convertirlo en archivo PDF (originalmente era un archivo creado en Microsoft Word), verlo en todo tipo de aparatos —desde un iPad hasta un Kindle— así como un aviso liberando los derechos de autor de su escrito, para su uso por parte de cualquier persona.
Quizá lo más inquietante es el mensaje con el que presenta su texto: “por favor, ayuda a hacer este libro disponible a través de ‘torrentes’, blogs, sitios web, Facebook, Twitter, en foros y otras arenas. Es una herramienta única que puede y debe ser usada por los conservadores culturales en las décadas por venir”. Hasta el cierre de este artículo, de acuerdo con Google , en la red se hallaban por lo menos 3,170 copias de su texto.