Un vistazo al historial médico de Steve Jobs
Nota del editor: Esta historia se publicó originalmente el 26 de agosto de 2011, luego de la renuncia de Jobs como CEO de Apple.
(CNN) — Steve Jobs ha sido notoriamente reservado cuando se trata de su salud, pero ahora que se retira como presidente ejecutivo de la empresa que ayudó a inventar y reinventar, abunda la especulación sobre su enfermedad.
En su discurso de renuncia, aludió a su incapacidad para continuar en su puesto en la empresa.
“Siempre he dicho que si llegara un día en que ya no pudiera cumplir con mis obligaciones y expectativas como presidente ejecutivo de Apple, yo sería el primero en hacérselos saber. Desafortunadamente, el día ha llegado”, escribió Jobs en una carta dirigida a la Junta de Directores de la empresa y a la comunidad de Apple.
Ni Jobs ni la empresa han revelado los detalles concretos de su condición. Con base en la información pública acerca de su historial de salud, existen muchas posibilidades, incluyendo la recurrencia del cáncer y el rechazo al trasplante de hígado.
Jobs reveló en 2004 que tenía un tumor neuroendocrino pancreático , un tipo de cáncer de páncreas que tiende a crecer lentamente. Es relativamente poco común, ya que representa sólo el 5% de todos los tumores de páncreas . El diagnóstico por lo general ocurre cuando el cáncer ha avanzado, y los tumores a menudo se detectan después de que el cáncer se ha propagado al hígado, dijo el médico Craig Devoe, especialista en cáncer de páncreas del Sistema de Salud de North Shore LIJ en New Hyde Park, Nueva York, quien no ha tratado a Jobs.
Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, reemplazo hormonal, quimioterapia y radiación.
En un raro momento de apertura acerca de su condición, Jobs reveló algunos detalles de su diagnóstico en un discurso de 2005, en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.
Jobs relató que una mañana de 2003 se sometió a una ecografía, que mostraba un tumor en el páncreas y los médicos le dijeron “que éste era casi seguramente un tipo de cáncer incurable y que no debía esperar vivir más de tres a seis meses”.
“Más tarde esa noche, me hicieron una biopsia en la que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través de mi estómago e intestinos, colocaron una aguja en mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células bajo un microscopio, los médicos empezaron a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático, que es curable mediante cirugía. Me operaron y ahora estoy bien”.
Pero en ese momento, no fue una situación tan clara. Entre el diagnóstico y la cirugía, Jobs siguió un método de terapia alternativa durante nueve meses, con la esperanza de que una dieta especial le permitiera evitar la cirugía, de acuerdo con un artículo de la revista Fortune de 2008.
El 31 de julio de 2004, en la Clínica Médica de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California, Jobs se sometió a cirugía para extirpar el tumor .
“Este fin de semana me sometí a una cirugía exitosa para remover un tumor canceroso de mi páncreas”, escribió Jobs en un correo electrónico al personal de Apple la semana siguiente. “Voy a estar recuperándome durante el mes de agosto, y espero volver a trabajar en septiembre”.
Los informes han sugerido que esta cirugía es un procedimiento de Whipple, una operación compleja que implica la eliminación de la cabeza del páncreas, además de la vesícula biliar y partes del estómago, el intestino y el conducto biliar. Esto puede provocar problemas digestivos y pérdida de peso.
Jobs dijo en enero de 2009 que los médicos le informaron que perdió mucho peso debido a “un desequilibrio hormonal que ha estado robándome las proteínas que mi cuerpo necesita para estar saludable. Sofisticadas pruebas de sangre han confirmado este diagnóstico”.
El ex presidente ejecutivo nunca reveló más detalles, médicos no relacionados con su atención dicen que una variedad de condiciones podrían haber causado la pérdida de peso, incluyendo el cáncer y la diabetes.
Si estuviera relacionado con una recurrencia de su cáncer, un tumor de páncreas generalmente conduciría a una sobreproducción de hormonas como el glucagón, que se traduce en pérdida de peso si se produce en exceso, dijo el Dr. Jeffrey Mechanick en 2009. Mechanick, profesor clínico en el Centro Médico Mount Sinai en Nueva York, no estuvo involucrado en el cuidado de Jobs.
Ese mismo año, Jobs se sometió a un trasplante de hígado en Tennessee . El Dr. James D. Eason, del Instituto de Transplante del Hospital de la Universidad Metodista, anunció en junio de 2009 que “el señor Jobs se está recuperando bien y tiene un pronóstico excelente”.
Las probabilidades están en contra de un paciente de cáncer con un tumor neuroendocrino de páncreas que tiene un trasplante de hígado, pero cerca de la mitad de los pacientes pueden estar libres de cáncer cuatro o cinco años después del trasplante, dijo el Dr. Simon Lo, director del Programa de Enfermedades Pancreáticas y Biliares del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles, quien no trató Jobs.
Sin embargo, relativamente pocos trasplantes de hígado se han realizado como tratamiento para tumores neuroendocrinos, por lo que es una opción un tanto experimental, detalló Devoe. Pero no hay garantía de que esto elimine todo el cáncer que queda en el cuerpo.
Y los medicamentos inmunosupresores necesarios después de un trasplante de hígado podrían permitir que cualquier tipo de cáncer restante crezca más rápido, explicó Devoe.
En raros casos, la inmunosupresión en sí también puede causar cáncer, dijo el Dr. James Yao, oncólogo del Centro de Cáncer Anderson de la Universidad de Texas MD, en Houston, quien no ha atendido a Jobs.
En el lado positivo, existen dos nuevos medicamentos contra el cáncer que fueron aprobados este año, que se pueden aplicar a una persona en la situación de Jobs, dicen los expertos.
Everolimus está disponible para el tratamiento de tumores neuroendocrinos pancreáticos y evita el rechazo al trasplante . Sin embargo, existen graves efectos secundarios que pueden incluir problemas pulmonares o respiratorios, infecciones e insuficiencia renal, lo cual puede conducir a la muerte.
El malato de sunitinib está indicado para el tratamiento de tumores neuroendocrinos pancreáticos, el cáncer de riñón y el GIST (tumor gastrointestinal estromal), un raro tipo de cáncer del intestino, esófago o estómago. Éste también conlleva sus riesgos, ya que puede causar problemas de hígado y la muerte.
“Las buenas noticias son que ésta es un área en la que hay una gran cantidad de avances”, dijo Yao.