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La Universidad de Texas construye la computadora más potente del mundo

La máquina puede procesar 10,000 millones de operaciones por segundo y ayudaría a analizar más de 1,000 investigaciones por año
lun 26 septiembre 2011 03:11 PM
Universidad de Texas super computadora
Universidad de Texas super computadora Universidad de Texas super computadora

Tal vez realmente todo es más grande en Texas.

Las Lonestars, una serie de supercomputadoras extremadamente rápidas, pusieron al Centro de Computación Avanzada de Texas (TACC por sus siglas en inglés) en el mapa en 2003. Después llegó el sistema Ranger, que era 100 veces más potente que la primera de las computadoras Lonestar.

Ahora, con una ayuda de 27 millones de la Fundación Nacional de Ciencia, una nueva computadora se propone subir nuevamente el nivel del centro, con sede en la Universidad de Texas en Austin. Se llama Stampede, y se espera que empiece a funcionar en 2013. Si trabajara el día de hoy, dicen los funcionarios del TACC, sería la supercomputadora más rápida del mundo .

“La construcción de estos sistemas computacionales tan potentes le permite a los investigadores que están a la vanguardia en algunos campos realizar preguntas más profundas y simulaciones más grandes, para realizar las pruebas de sus teorías en los límites de lo que conocemos actualmente y desplazar estos límites”, dice el director del TACC, Jay Boisseau.

En el corazón de la Stempede estarán dos tipos de procesadores Intel . Más de 12,000 chips quad-core Sandy Bridge que se combinarán para producir dos petaflops (una medida de la velocidad de procesamiento de las computadoras). Pero el grueso de la potencia del procesamiento, de un sorprendente ocho petaflops, lo conformarán los más nuevos chips MIC (muchos núcleos integrados) de Intel, que tienen más de 50 núcleos de procesamiento por unidad.

La supercomputadora Stampede será la primera presentación importante de estos nuevos chips, dicen los científicos del TACC. Una vez que se termine su construcción, el sistema podrá realizar 10,000 millones de millones de operaciones por segundo, convirtiéndola en una de las computadoras más rápidas del planeta. La enorme computadora Watson de IBM, que derrotó a dos personas en el programa Jeopoardy! a principios de año, es mucho menos poderosa.

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La Ley de Moore predice que la velocidad de procesamiento computacional se duplica cada dos años, pero los avances en las supercomputadoras permiten a los sistemas como Stempede aumentar su poder incluso en un ritmo más rápido.

Algunos científicos como Omar Ghattas ven un gran potencial en la computadora Stampede que exponencialmente es más potente. Como profesor de geociencias de la Universidad de Texas, Ghattas usó las supercomputadoras para darle seguimiento a todo, desde el impacto global del terremoto de marzo en Japón, hasta cómo el deshielo en la Antártida aumentará el nivel del mar. Mientras más poderosa sea la máquina, se pueden procesar más datos.

“Es como la resolución de una cámara siempre intentamos aumentar los pixeles de nuestras cámaras”, dice Ghattas a CNN. “Bueno, algo parecido sucede con las supercomputadoras, cuando utilizas modelos matemáticos que representan los fenómenos físicos complejos. Tenemos las ecuaciones, las ecuaciones diferenciales que representan a estos fenómenos, y los resolvemos en una red e intentamos tener una resolución cada vez mejor”.

El poseedor actual del título de la supercomputadora más rápida del mundo es la computadora K, que se puso en línea en junio en un instituto de computación en Kobe, Japón, y tiene un rendimiento máximo de 8.162 petaflops. Teóricamente, Stampede tiene una velocidad máxima de 10 petaflops, y con eso le ganará, pero ya que no entrará en funcionamiento hasta dentro de varios años, es probable que las nuevas supercomputadoras lo superen en ese momento.

La supercomputación revoluciona las investigaciones abiertas dentro de la comunidad científica mundial, basados en la idea de que el conocimiento científico y el acceso a las supercomputadoras deberían compartirse de forma abierta y estar disponibles para todos.

Los científicos del TACC estiman que una vez que el sistema se complete, ayudará a procesar a más de 1,000 investigaciones diferentes cada año. Eventualmente el sistema será libre, pero el acceso se garantizará con base en el arbitraje nacional de la junta de científicos.

La supercomputadora Stampede también es un monstruo en cuanto al consumo de energía. Una vez que empiece a funcionar, se espera que consuma aproximadamente 9 megawatts de energía al año (una cantidad aproximada a la que consumen 9,000 familias). El TACC ya cuenta con una subestación eléctrica en el campus de la universidad, pero para ajustarse al crecimiento futuro del centro, tal vez necesiten otra.

Es un enorme gasto, pero el presidente de la Universidad de Texas, William Powers, apoya firmemente al centro y a su investigación.

“Estamos muy orgullosos del hecho de que va a ser un activo mundial, pero se construyó en Texas,fue una especie de construcción local. El diseño que comenzamos con Ranger y Lonestar y ahora con Stampede, por sí mismo es un gran avance”, dice. “Así que estamos orgullosos de la computadora, pero también estamos orgullosos de estar en la vanguardia en el diseño de cómo funcionan las supercomputadoras, de cómo se comunican y cómo interactúan con la comunidad científica”.

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