OPINIÓN: El rastreo con GPS amenaza el derecho a la privacidad
Nota del editor: Catherine Crump es una abogada del Proyecto de Privacidad y Tecnología de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
Este martes, la Corte Suprema de Estados Unidos se enfrentará al profundo impacto que las nuevas tecnologías de rastreo y localización tienen sobre la privacidad. El caso, Estados Unidos contra Jones, presenta la cuestión sobre si la policía necesita una orden judicial antes de plantar un dispositivo GPS de rastreo en el automóvil de una persona. La respuesta para esta pregunta es importante por sí misma, pero el caso probablemente tenga repercusiones más amplias.
Colocar un dispositivo GPS en un carro no es la única manera en la que el gobierno puede seguir los movimientos de las personas. De hecho, toda la gente que tiene un teléfono móvil ya carga consigo un dispositivo que el gobierno puede utilizar para rastrear su ubicación . Como resultado, el principio que está en juego en este caso bien podría darle forma al derecho de privacidad durante los próximos años o décadas.
La policía en el caso actual sospechaba que Antoine Jones violó leyes relacionadas con drogas y rastreó sus movimientos de forma continua durante un mes por medio de un dispositivo GPS que instaló en su automóvil. Sin embargo, cada vez más las fuerzas del orden rastrean nuestros movimientos a través de los teléfonos celulares que la mayor parte de la gente carga consigo.
No importa si tu teléfono es un smartphone o si lo usas sólo para realizar llamadas. Siempre y cuando tu teléfono esté encendido, se registra su ubicación con las redes de telefonía celular varias veces por minuto, y todas las empresas de teléfonos móviles en Estados Unidos (y en México) conservan esos datos , algunos de ellos durante años.
Este tipo de rastreo es muy invasivo, porque si el Gobierno sabe en dónde estás, sabe quién eres. La corte de apelación de Jones explicó en su fallo que el gobierno violó la Cuarta Enmienda estadounidense —relacionada con órdenes de cateo, revisiones e incautaciones—.
“Una persona que conoce todo sobre los viajes de otra persona puede deducir si cada semana va a la iglesia, si es un bebedor empedernido, si va regularmente al gimnasio, si es un esposo infiel, si es un paciente que recibe un tratamiento médico, si se asocia con algunas personas en particular o con grupos políticos, y no sólo es un solo hecho sobre una persona, sino que son todos estos hechos”, indicó la autoridad judicial.
El rastreo de teléfonos celulares puede revelar nuestras asociaciones privadas y nuestras relaciones con otras personas. El gobierno podría tomar nota cada vez que la persona a quien sigue se encuentra con alguien o si pasó un tiempo con alguien más, y sabría quiénes son sus amigos, socios y amantes .
El Departamento de Justicia de Estados Unidos algunas veces obtiene órdenes judiciales para rastrear la ubicación, y algunos departamentos de policía local lo tienen como política, lo que demuestra que no es un requisito inviable. Pero los jueces estatales y federales de todo ese país formularon resoluciones contradictorias sobre las normas que se requieren para que el Gobierno pueda obtener la información de rastreo por parte de las compañías de telefonía celular.
La nueva tecnología proporciona al gobierno una herramienta poderosa y de bajo costo para seguir a las personas mientras viajan por áreas públicas y privadas. A menos de que la Corte concluya que ese rastreo requiere de una orden judicial, los movimientos de cualquier persona podrían ser sujetos a monitoreo remoto y registro permanente a discreción de cualquier policía curioso, sin ningún tipo de supervisión judicial.
Y a pesar de que no es realista pensar que el gobierno pueda instalar un dispositivo GPS en todos los automóviles, tampoco es inverosímil pensar que el gobierno le solicitará a los proveedores de telefonía celular que le entreguen la información de rastreo de ubicación de forma masiva... y bien podría ser el caso que ya lo esté haciendo.
El mes pasado se supo que la policía de Londres tiene un sistema que le permite rastrear a cientos de teléfonos en tiempo real en un área geográfica específica, una tecnología que fácilmente le podría permitir al gobierno identificar a cualquier persona de las protestas de Occupy, de las manifestaciones del Partido del Té o de cualquier reunión política.
La genialidad de la Constitución es que los límites para el Gobierno también se pueden aplicar en un mundo moderno que quienes la redactaron no podían ni imaginar. Cualquier persona que valore la privacidad debería tener la esperanza de que la Corte Suprema de Estados Unidos asegure que el Gobierno no puede utilizar los avances tecnológicos para socavar las libertades con las que se fundó este país.
Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente de Catherine Crump y no de CNNMéxico.