Los lagos en una luna de Júpiter, una esperanza de vida extraterrestre
La menor de las lunas galileanas de Júpiter, Europa, no sólo tiene un océano global masivo, también posee enormes lagos debajo de su corteza helada, según un nuevo estudio.
Desde hace una década, la NASA está segura de que hay un enorme océano en Europa, de acuerdo con el científico de la agencia, Curt Niebur. Pero el océano está cubierto por una capa de hielo y nadie estaba seguro de su espesor. Europa es relativamente grande entre las docenas de satélites de Júpiter .
Algunos científicos pensaban que tenía de 1.6 a 3.2 kilómetros de espesor, pero la mayoría suponía que tenía varios kilómetros más. Una capa gruesa sería una mala noticia para la vida.
“Una de las opiniones de la comunidad científica ha sido: 'Si la capa de hielo es gruesa, eso es malo para la biología, ya que podría significar que la superficie no se está comunicando con el océano subyacente'”, de acuerdo con Britney Schmidt, una investigadora postdoctoral del Instituto de Geofísica de Austin de la Universidad de Texas y autora principal de un nuevo estudio publicado en la revista Nature .
Una nueva investigación, anunciada el miércoles, indicó que la corteza es gruesa, pero también muestra que hay lagos sobre los océanos y que se están agitando. Esto es clave, porque significa que las posibles formas de vida en los océanos de Europa podrían llegar a la superficie a través de los lagos para encontrar comida.
“Ahora vemos evidencia de que a pesar de que la capa de hielo es gruesa, puede mezclarse enérgicamente. Esto podría hacer a Europa y a su océano más habitables”, dijo en un comunicado.
Esta es una fantástica noticia para los científicos que esperan encontrar signos de vida en Europa, dijo Niebur.
Se estima que los lagos están entre 3.2 y 4.8 kilómetros por debajo de la corteza, y se calcula que los océanos están 48 kilómetros hacia abajo, dijo Niebur. “Es un eslabón que faltaba para la comprender si (Europa) podría albergar vida”.
Los científicos están basando parte de sus conclusiones en lo que han aprendido a partir de imágenes tomadas por la vieja nave espacial Galileo, que fue lanzada en 1989 para reunir datos e imágenes de Júpiter y sus lunas. (Se estrelló contra Júpiter en 2003).
Esas imágenes muestran protuberancias redondas llamadas terrenos caos. Con base en la forma en que el hielo se mueve alrededor de la Tierra, los investigadores desarrollaron un modelo para explicar las protuberancias.
La única manera de confirmar el modelo sería enviar una nave espacial a Europa para investigar. La NASA tiene entre sus planes una misión, pero aún no está aprobada, de acuerdo con Niebur.